domingo, 31 de mayo de 2009

PILDORAS PRE-ELECTORALES (II)

Dicho: “Esta crisis no la han provocado los trabajadores ni las familias. La ha provocado la codicia y la falta de control sobre los mercados financieros amparada por la política y los políticos de la derecha. Por eso ahora hay que establecer un nuevo orden económico. Quienes con sus ideas equivocadas nos condujeron a esta crisis no serán quienes nos saquen de ella”. (Carta de Zp y López Aguilar a los votantes)
Hecho: “Los paraísos fiscales para el gobierno Zp. (El Confidencial 28-5-09)-El Grupo Socialista presentó el día 26 una proposición no de ley en el Congreso en la que solicita un endurecimiento de la normativa que afecta a esos refugios opacos a Hacienda. Pero, al mismo tiempo, el Ejecutivo de Zapatero está tramitando un Decreto Ley que exime de cualquier obligación de información a las compras de deuda pública desde paraísos fiscales, lo cual les permite ser totalmente opacos impunemente.
Ya el año pasado aprobó un decreto que permite a los residentes en paraísos fiscales adquirir deuda pública española sin retención fiscal; dicho de otro modo, las compras de bonos del Estado desde estos países están completamente libres de impuestos desde entonces.
Pero no contento con eso, ha elaborado otro Real Decreto que va más allá y suprime la obligación de declarar la identidad de los compradores de deuda, así como su país de origen y el importe de las rentabilidades obtenidas”
.


(En Europa hay catorce paraísos fiscales: Suiza, Gibraltar, Andorra, Malta, Liechtenstein, Luxemburgo, Vaticano, Chipre, Mónaco, Isla de Man, Jersey, Guernesey, Sark y Aldemey. El 34 % de las operaciones económicas registradas en Gibraltar en 2007 tuvieron a España como origen o destino. En Andorra fueron el 61 % y en Luxemburgo el 14 %.)

sábado, 30 de mayo de 2009

PILDORAS PRE-ELECTORALES (I)

Dicho: “Estamos luchando para superar la crisis económica y a la vez apoyar a quienes más la sufren: los trabajadores, las familias, las empresas que tienen dificultades para salir adelante” (Carta de ZP y López Aguilar a los votantes)
Hecho: Salgado se alía con la banca: los hipotecados deben responder con todos sus bienes en caso de embargo. (El Confidencial 27-5-09).-La batalla política contra la obligación legal de responder con todos los bienes en caso de embargo hipotecario está en marcha. La inició Izquierda Unida en la Asamblea de Madrid, presentando una proposición no de ley contra la actual legislación nacional. Pero ahora ha sido la vicepresidenta económica quien ha puesto pie en pared. Salgado dejó ayer bien claro que el Ejecutivo no tiene ningún interés en cambiar la norma, toda vez que “son las entidades financieras las que exigen garantías”.
¿Y qué dice el Código Civil?, pues ni más ni menos que “del cumplimiento de las obligaciones responde el deudor con todos sus bienes, presentes y futuros”, aclara la norma.
Quiere decir esto que el riesgo de depreciación de los activos inmobiliarios no corre a cargo de la entidad financiera que presta el dinero, como sucede en los países anglosajones. Es decir, que el piso puede valer menos que la hipoteca. La situación es todavía más paradójica si se tiene en cuenta que la mayoría de las compañías de tasación inmobiliaria pertenecen a la banca, lo que puede provocar problemas de conflicto de intereses.

viernes, 29 de mayo de 2009

EL ESTADO DE LAS PENSIONES (y V)

No mucho más cabe decir sobre el estado presente de las pensiones publicas en España, tras haber visto como todos los que han venido configurando el ataque a ese sistema persisten en sus objetivos de hacerse con el negocio aun a costa de depauperar a un enorme sector de la ciudadanía.
No han importado los errores y las equivocaciones de sus pasados augurios. Nadie les ha descalificado definitivamente por haber predicho la ruina del sistema, para el 2000, para el 2010, mas tarde para el 2015, luego para el 2025 y ahora para el 2050, y como nadie les descalifica y con ellos a sus pretensiones, los sindicatos entregados a las “coimas”, los gobiernos pensado en la cosecha personal que recolectarán cuando tras favorecer a los bancos dejen la administración, y en buena lógica, su lógica, los oligarcas de la patronal y de la banca, insisten, todos, en querer salvarnos aduciendo que la pirámide de población demuestra que el sistema no se sostendrá financieramente a mitad de siglo.
Ninguno de estos sitiadores de sistema, a fin de dar consistencia a sus argumentos, aduce caso de similar desequilibrio en ningún otro país, próximo o lejano, que haya pasando por tal experiencia. Menos aun les sirve de elemento de disuasión para sus pretensiones los casos, todos fracasados, de privatización de sistemas públicos de pensiones. De nada les valen las múltiples demostraciones en contra de sus planteamientos por las cuales las previsiones de comportamientos sociales, económicos, políticos, demográficos o de cualquier otra índole que superen los cinco o como máximo los diez años están condenados a equivocar y a equivocarse, y es tan así que las propias entidades bancarias, en todos sus estudios actuariales, en todas sus planificaciones económicas, financieras y de mercado, jamás contemplan plazos temporales que superen los cinco años.
Por el contrario, nos quieren hacer creer que miran por nuestros intereses, ocultando que reduciendolas y dificultando el acceso a las pensiones, mañana, una vez privatizadas, los pensionistas de alto poder adquisitivo por ellos asegurados, no tendrán la mas mínima zozobra respecto a sus ingresos económicos, mientras que los que no hayan podido pagarse una póliza privada de jubilación y/o sanidad estarán como en los USA, en la mas absoluta indigencia económica y asistencial.
Este es el modelo de dualidad social que persiguen. Y no solo lo persiguen los bancos y las aseguradoras, los que con toda visibilidad ya están en esas áreas de negocio y por lo tanto ansían ampliarlo reduciendo la competencia, es que los dos sindicatos mayoritarios, hoy, también están establecidos en esos sectores de aseguramiento individual y colectivo, de aquí que los intereses que sobre la mesa de ese degenerado pacto social se han planteado son intereses compartidos por todos los que a ella se sientan, por lo que se da la paradoja que los únicos intereses que no están representados son los de los afectados por las medidas que allí se dilucidan, los intereses de los trabajadores en activo y los pensionistas.
Como la propia prensa de entonces puede demostrar hoy día, las huelgas de antaño les obligaron a todos a reconsiderar la forma de actuar sobre las pensiones, y tanto los gobiernos surgidos del PSOE como los surgidos del PP convinieron que toda actuación respecto a las pensiones publicas serían en lo sucesivo pactadas, no en vano todos saben que mas vale un mal acuerdo que una buena sentencia. Así, y poniendo dinero encima de esa mesa, el primer gobierno de Aznar instauró el fondo de reserva como hucha en la que, publicitándolo hasta el hartazgo, meterían solo parte del dinero excedentario, y ocultándolo bajo mil amenazas se aseguraron meter sus sucias manos, las de todos los que en el Pacto de Toledo están representados. De esta forma, con este “quid pro quo”, consiguieron que los minoritarios sindicalistas, que hasta entonces condicionaban parcialmente el desmontaje del sistema, quedasen “convencidos” de las virtudes que en metálico tal mercantilización les proporcionaba.
Hasta hoy. Hasta que en coincidencia total de objetivos, plazos y formulas los “representantes” de la voluntad política de los ciudadanos, los “representantes” de la voluntad laboral de los trabajadores y los representantes genuinos del capital, en perfecta comunión de intereses, están agotando etapas en su recorrido hacia la consecución de un estado tan residual en lo social como en lo político, económico y administrativo cual está resultando el de las autonomías, pluri-estado que también facilita la dispersión de acciones y reacciones de pensionistas y trabajadores, al tener diferente trato económico según el lugar geográfico de esta confederación española en la que cada uno se encuentre.
Como exponía el profesor Rodríguez Cabrero, lo único que les retarda en su avance es la cautela, el miedo a posibles reacciones electorales de los trabajadores y pensionistas; la desgracia para estos es que ese miedo lo comparten al cien por cien tanto la supuesta izquierda como la original derecha ya que ambos en cuanto a los dineros de las pensiones tienen la misma genética y por ello actúan de forma similar.
Para ellos, para los saqueadores del sistema de protección social, no existen mecanismos alternativos a sus propuestas, ni tan siquiera en un ejercicio teórico aceptan contemplar la posibilidad de elevar los ingresos del sistema en el caso de que fuese necesario, extremo mas que dudoso ya que como se está demostrando, aun en la mayor crisis económica mundial el sistema tiene superávits. En su cerrazón, menos aun admiten contemplar la posibilidad de que el sistema, en caso de dificultades, se nutra parcialmente de aportaciones del presupuesto general del Estado, como en tantos años anteriores sucedió sin que eso supusiese problema económico o social alguno.
No cabe aceptar soluciones intermedias en los derechos constitucionales ya que aquí nos están mintiendo para robarnos nuestros dineros y nuestros derechos, por lo que es evidente que el sistema solo peligra por su ataque. Por su ataque, el sistema es cada vez mas injusto e insolidario y ante su ataque solo cabe una reacción, oponerles nuestra fuerza, nuestra fuerza política negándoles el voto a partidos y a sindicatos corruptos y nuestra fuerza económica retirándoles nuestro dinero a banqueros codiciosos.
Antaño hubo quienes se jugaron generosamente todo lo poco que tenían por defender la esperanza de una vida mejor y mas justa para los que los sucediesen. Hoy tenemos la ocasión de emularles y luchar por un mejor futuro para nuestros hijos y nietos.
Todas las generaciones han tenido a lo largo de su historia la ocasión más o menos cruda de luchar por lograr mejores condiciones de vida para ellos y sus sucesores. Desde hace treinta años, aquí, solo se lucha por lo inmediato y lo personal. Así, nuestros hijos están en precario o en el paro, hipotecados, más dependientes del capital que nunca y ahora los explotadores quieren que su vejez tenga las mismas características de escasez e insolidaridad.
No debiera ser una alternativa aceptable el quedarnos de brazos cruzados, eso nos inscribirá en la historia como los protagonistas del tiempo de la cobardía.

jueves, 28 de mayo de 2009

EL ESTADO DE LAS PENSIONES (IV)

Como antes se ha podido ver, la degradación de las pensiones, todas, unas más y otras no tanto, se ha venido produciendo en una época en la que el sistema ha presentado superávits como nunca antes los había tenido.
A lo largo de la historia del sistema de pensiones públicas español la acumulación de excedentes jamás había llevado aparejada una rebaja de las cuantías de las prestaciones como la que en los últimos diez años han impuesto. Tampoco nunca antes se había producido un incremento en la afiliación como en la que en esta década se ha dado, pero junto a lo anterior, tampoco antes se había dado un expolio como el ya relatado. Un saqueo a las arcas de la seguridad social que por valor de más de 26000 millones de euros ha volado a nidos de poder que son los que precisamente han determinado el devenir del actual declive social del sistema.
¿Donde y cómo se inició el camino de deterioro del sistema y como han actuado los actores de tan opresiva representación social y en que punto y tendencia se encuentra tal proceder? Vean lo que, entrecomillado, decía, proféticamente, por el año 2002 el profesor de la Universidad de Alcalá, Gregorio Rodríguez Cabrero en su estudio “La reforma del sistema público de pensiones en España”
La reforma de 1985 pone en marcha dos procesos que llegan hasta hoy de manera lenta pero continua: por una parte, se pone en marcha un proceso de ajuste financiero mediante el cual se trata de moderar el gasto en pensiones a largo plazo, endurecer las condiciones de acceso e ir aproximando la proporcionalidad entre las aportaciones de los trabajadores y las pensiones percibidas; por otra parte, y lo que es quizás más importante, se van a ir construyendo las condiciones ideológicas y los instrumentos legales e institucionales para favorecer sistemas complementarios privados de pensiones.”
El núcleo del debate político desde 1985 hasta la actualidad se centra en la disyuntiva entre el mantenimiento reformado del sistema de reparto o su transformación en sistema de capitalización (publico o privado). El debate y la negociación no están pudiendo evitar, (más bien todo lo contrario) que esté teniendo lugar una transición ideológica e institucional en favor de un sistema mixto obligatorio (de reparto y de capitalización mitad por mitad) que podría abocar en el futuro a un sistema obligatorio de capitalización privada.”
Veamos como han actuado los protagonistas de la ofensiva contra el sistema de protección social.
"La política sindical se ha caracterizado en cuanto a pensiones por dos rasgos: primero, asume la moderación salarial como práctica permanente a cambio del mantenimiento y perfeccionamiento del sistema de protección social y, en segundo lugar, la defensa estratégica pactada hasta donde sea posible del actual sistema de pensiones de reparto a cambio de reforzar su contributividad y no tolerar el desarrollo de sistemas privados complementarios de pensiones.
Para los empresarios su actitud ante el Pacto de Toledo y su desarrollo ha sido siempre recelosa, calculada y estratégica. Ha sido siempre “calculada” porque el objetivo prioritario ha sido casi en exclusiva la reducción de las cotizaciones de las empresas a la Seguridad Social bajo la tesis de que son muy elevadas y no contribuyen a la creación de empleo. Esta posición se ha manifestado en su distanciamiento del Pacto de Toledo y en su retirada del Acuerdo de 1996. La participación en el Acuerdo de 2001, junto a CCOO y el Gobierno, respondió a la promesa de reducción de las cotizaciones sociales. También ha sido “recelosa” de que los Acuerdos pudieran suponer un incremento del gasto social y una consolidación del actual sistema de reparto. Finalmente, la actitud ha sido siempre “estratégica”, ya que se favorece la transformación del actual sistema de reparto en otro de tipo privado; todos los esfuerzos políticos y mediáticos han caminado siempre en esta dirección"
“La estrategia de los partidos políticos, en base a la experiencia del periodo 1985-95 y el apoyo popular al sistema público de pensiones ha sido la de hacer de las pensiones materia no electoral y objeto de consenso político. El Pacto de Toledo es el punto de partida de dicha estrategia. Siempre ha existido una gran prevención a las consecuencias electorales que pudieran derivarse de un tratamiento político de las pensiones”. Lo cual no solo no ha impedido, sino que ha favorecido, con la paulatina bajada de las pensiones, un lento pero decidido avance hacia la contributividad del sistema y la convivencia de este con sistemas privados de aseguramiento complementario"
Finalmente, los expertos, “los think tanks que dependen de entidades financieras. En España tres son los grupos de pensamiento que defienden la necesidad de un sistema mixto: dos fundaciones pertenecientes a entidades financieras (el BBVA y la Caixa- FEDEA) y una institución empresarial (El Círculo de Empresarios). Básicamente tres son los argumentos que sostienen estos grupos de importante influencia académica y política: en primer lugar, la base de partida son las perspectivas demográficas de la población española en el año 2050, en la que se daría un deterioro radical de la relación entre contribuyentes y pensionistas que incrementaría hasta niveles muy elevados el gasto en pensiones (15% del PIB) y el déficit de la Seguridad Social (5,96% del PIB en el citado año); en segundo lugar, la opción del paso inmediato a un sistema privado sería rechazada políticamente por la sociedad española y el coste económico de transición muy elevado (2.5 el PIB); y en tercer lugar, habría de adoptarse un sistema de pensiones mixto (en la línea de los existentes en el Reino Unido, Suiza, Holanda, Irlanda, Dinamarca y Suecia), es decir, un sistema de tres ejes: pensión mínima asistencial; planes de pensiones obligatorios profesionales de capitalización hasta al menos el 50% del salario, el resto voluntario o de reparto; y un tercer nivel de planes de pensiones individuales libres.
Esta realidad pareciera que hace necesario un largo proceso de transición hacia un sistema mixto de capitalización y de reparto. Ahora bien, como debe ser tal sistema mixto es el objeto del debate, ya que para una parte de los expertos se trata de mantener el sistema actual hasta lograr la máxima adecuación entre contribuciones y pensiones, mientras que para otra parte se trata de establecer un sistema mixto en el que la parte de reparto estaría en la Seguridad Social pero no la de capitalización; finalmente, para los representantes de las empresas de seguros, el modelo mixto es solamente una transición que debe abocar a un sistema claramente privado, manteniendo eso sí, las pensiones asistenciales del Estado para los que no han desarrollado carreras de seguro completas.
En todo caso no hay que olvidar que las proyecciones realizadas por los expertos siempre son tentativas cuando no erróneas. Piénsese, por ejemplo, que la Fundación BBVA cifraba el déficit de la Seguridad Social para el año 2000 en el 1,65% del PIB y la Fundación Fedea-Fundación la Caixa en el 2,7% del PIB para ese mismo año. Previsiones que no se han cumplido ya que desde 1999 la Seguridad Social está generando superávits con los que se está constituyendo el Fondo de Reserva de Pensiones
”.
(Continuará)

miércoles, 27 de mayo de 2009

EL ESTADO DE LAS PENSIONES (III)

Hasta el momento se han demostrado como falsas las afirmaciones que respecto al sistema de pensiones públicas se hacen con total inercia. Ni es un sistema de reparto, ni es solidario, a no ser que se refieran a que reparten entre los gestores políticos, sindicatos y patronal y que otro tanto practican respecto a la solidaridad. Y así las cosas, tras las rebajas practicadas y los atracos cometidos, queda ver en que se ha concretado tal ataque concertado al único refugio que a los trabajadores les queda tras su vida laboral activa.
Es por lo tanto imprescindible ilustrar el presente de las pensiones públicas con unos cuantos datos numéricos, tras los que sin ocultarse están, no se olvide otros tantos trabajadores, otras tantas familias que así disfrutan del estado de bienestar zapaterista.
A 1 de febrero pasado el sistema daba cobijo a casi 8,5 millones de pensiones contributivas de las cuales 4,8 millones no llegaban a los 624 euros brutos al mes que es el salario mínimo interprofesional.
Atendiendo a la igualdad de género, tan querida de los zapateristas, esta no ha llegado aún al sistema, ya que de los 3,2 millones de pensiones de jubilación existentes el mismo 1 de febrero pasado, 1,01 millones correspondían a hombres que cobraban menos de los citados 624 euros brutos al mes, mientras que las mujeres pensionistas con pensiones inferiores al salario mínimo interprofesional eran 1,4 millones.
Si atendemos a las pensiones de viudedad esa misma discriminación por genero se dispara, ya que de 2,26 millones de pensiones 1,56 millones de ellas corresponden a mujeres que no alcanzan el mínimo interprofesional, mientras que solo son 129 mil las equivalentes de hombres.
En sentido contrario es notablemente curioso que al tiempo que se dan esas raquíticas pensiones, el mismo sistema tenga en vigor 3.375 pensiones de jubilación de hombres y 356 de mujeres que cobran más de 2.441,76 euros brutos al mes, al igual que hay otros 13 hombres y 44 mujeres que esa cantidad cobran como pensión de viudedad. Sería interesante saber sus pomposos apellidos.
Por seguir en la misma fecha, 1 de febrero de este año 2009, ha de saberse que la cuantía de la pensión de jubilación e invalidez no contributivas está establecida en 336,3 euros brutos al mes, pero que por artes diabólicas la pensión media efectiva de jubilación no contributiva es de 315,77 euros. Dicho en cristiano, (descreído por supuesto) este estado de bienestar zapaterista, a aquellos trabajadores que no han podido presentar cotizaciones por al menos 15 años de su vida laboral activa, los condena a sobrevivir a partir de los sesenta y cinco años con 52.500 pesetas brutas al mes.
Y como no es cuestión de abrumar con una riada de datos sépase que el 27,15 % del total de pensiones contributivas, por su ínfima cuantía, requieren, a 1 de febrero, ser complementadas hasta los mínimos establecidos para este año 2009. Son, entre las cinco clases de pensiones, 2,3 millones, 2,3 millones de ciudadanos casi marginados.
Y ya que estamos con pagos de prestaciones sociales que se efectúan con cargo a la hacienda pública y no a las arcas de la seguridad social, un dato interesantísimo que pone de relieve como excluyen de la normalidad, de las prestaciones sociales contributivas en cuantías medias a aquellos trabajadores que el sistema laboral maltrata arrojándolos al paro, a la exclusión social y como mal menor a los infra-salarios, ese dato proviene de contemplar la evolución que ese gasto por complementos a mínimos ha tenido desde el año 2000 a la actualidad, gasto que de los 97,9 millones de euros ha pasado a los 2.406,3 millones para este año 2009, un crecimiento de casi el 2500 %, lo cual pone de manifiesto la depauperación generalizada de las pensiones, especialmente las más bajas y, consecuentemente, la degradación de la calidad de vida de los pensionistas españoles.
La misma demostración cabe hacer para las pensiones no contributivas. Mientras que en el año 2000 la hacienda pública transfería a la Seguridad Social 2.386,5 millones de euros para atender el pago de esas pensiones, para el año presente están presupuestadas unas transferencias por este mismo concepto de 3.256 millones, un crecimiento del 36,5 %, crecimiento que hay que imputar tanto a las actualizaciones de miseria que han aplicado a las PNC, -no se olvide su actual cuantía, 315,77 euros/mes-, como al aumento de ciudadanos que rechazados por las condiciones cada vez mas leoninas del sistema para acceder a una pensión contributiva son “cristianamente” alojados en el asilo de las no contributivas.
Llegados a este punto no creo necesario aportar más datos numéricos que a la realidad respalden, resta únicamente analizar y valorar las determinaciones de carácter político y las presiones societarias que están conduciendo al sistema de pensiones públicas a su deterioro, al desapego de la ciudadanía y al creciente contento de aquellos que mintiendo “urbi et orbe” destrozan el único pilar de solidaridad intergeneracional para sustituirlo por otro templo de negocios que comerciará con los derechos sociales de los trabajadores, negocio tan rentable para unos pocos, como desestructurador social para todos los demás.
(Continuará)

EL ESTADO DE LAS PENSIONES (II)

Como se ha podido comprobar por el simple desarrollo de los componentes de la fórmula de cálculo de las pensiones de jubilación, nada hay en ella que soporte la repetida afirmación de que estamos ante un sistema de reparto, y menos aun que tal sistema sea un sistema solidario, ya que estando cómo está diseñado el cálculo y cómo establecidas las cotizaciones, ni un solo euro de los que más cotizan va destinado a engrosar las pensiones de los que menos hayan cotizado.
Toda la concepción del andamiaje económico de la Seguridad Social, tras un largo devenir más o menos palpable, se ha basado en que las cotizaciones sociales se destinaran a pagar las pensiones, faltaría más, pero con dos condiciones que se han venido manteniendo en el tiempo fuese quien fuese el gestor y su color político.
La primera de esas dos condiciones es y ha venido siendo, que el sistema fuese económicamente autosuficiente, o dicho de la forma en que ellos nunca lo dirán, que las arcas públicas no hayan tenido que poner ni un solo euro proveniente de impuestos para pagar una sola pensión contributiva. Bajo el supuesto orgullo de no necesitar las pensiones públicas de la ayuda del tesoro público y bajo la supuesta conveniencia de diferenciar las fuentes de financiación de las diversas pensiones se ha venido ocultando la determinación económica y financiera de los poderosos del dinero y de sus herramientas de mano, los políticos, de no consentir que de la fuente de financiación principal del Estado, los impuestos, sean directos o indirectos, se “distraiga” un solo euro para gasto en previsión social, con solo dos antiguas, y ya ineludibles excepciones practicadas desde los mejores tiempos de Felipe González, las pensiones no contributivas y los complementos a mínimos, que aunque su pago lo realiza la Seguridad Social, el Estado, la hacienda publica le reintegra, bien que tarde y sin intereses, las cuantías por estos conceptos adelantadas.
La segunda condición ha consistido en establecer una dinámica, continuada en el tiempo y creciente en la intensidad, por la cual contando con el poder de los medios de “persuasión” públicos y privados, sostener un ataque al sistema a fin de, en primer lugar, ir disminuyendo paulatinamente la cuantía de las pensiones, inducir a que parte del ahorro de los trabajadores mejor retribuidos se derive a fondos de pensiones, -que no son tales-, comercializados por bancos y aseguradoras, y obtener en épocas de grandes superávits económicos del sistema unas disponibilidades económicas que sustraídas al sistema les han servido para financiar “actuaciones económicas discrecionales” ajenas al terreno de la protección y gasto social.
En el primero de los dos gráficos adjuntos, elaborados con datos oficiales del INSS y de la Tesorería General de la Seguridad Social se puede comprobar cómo ha ido creciendo la distancia existente entre la base máxima anual de cotización al Régimen General y la pensión de jubilación máxima de la S. Social, lo cual demuestra la intencionalidad recaudatoria y premeditadamente excedentaria de tal proceder.
El segundo grafico muestra la evolución de los sucesivos superávits de las cuentas anuales de la Seguridad Social y como se han repartido dichas cantidades. De nuevo queda meridianamente claro que más de un tercio de los superávits habidos en el sistema han sido extraídos de él y que se han destinado a otros menesteres nada relacionados con la protección social.
En los últimos nueve años los gobiernos, los sindicatos y la patronal han dispuesto, mediante su acuerdo en el llamado Pacto de Toledo, de más de 26.000 millones de euros que no solo no se han integrado en el Fondo de Reserva de la Seguridad Social sino que a falta de datos oficiales, -el obscurantismo en este punto es total-, hay que temerse lo peor, que hayan sido transferidos a los más necesitados de los ladrilleros y banqueros en apuros, tras el cobro, -nadie da besos de balde-, de las correspondientes comisiones.
Aun así, tras soportar el aparente latrocinio de parte de los superávits del sistema, tras ver como los autodenominados progresistas mantienen orgullosamente pensiones públicas contributivas para cientos de miles de ciudadanos españoles por menos de 400 euros al mes sin que se les caiga la cara de vergüenza y sin la mas mínima intención de reparar tal injusticia, aun así, en la más cruda crisis de afiliación y de ingresos, como los gastos siguen siendo muy inferiores a los ingresos, el sistema presenta superávit.
Tanta es la fortaleza, que mirando por nosotros quieren “fortalecerlo” más, y lo van a hacer, si nadie se lo impide, debilitando pensiones y pensionistas, pretenden que el gasto siga disminuyendo, y para ello van a utilizar dos mecanismos, uno, bajar las pensiones de los nuevos pensionistas, y dos, persuadir al personal para que se jubile más tarde poniéndoles el cebo de incrementar la pensión que les corresponda un 2% por cada año de retraso a partir de los 65, lo cual es un negocio ruinoso para quien tal timo acepte, y no solo por la cuantía que realmente se pierde, sino que el timo lleva aparejada la insolidaridad intergeneracional de seguir ocupando un puesto de trabajo que biológicamente debería pasar a un joven.
Así, los superávits seguirán produciéndose, -2009 cerrará con un superávit cercano a los seis mil millones de euros- y parte de estos dineros detraídos a los trabajadores seguirán financiándoles su insaciable avaricia, su inacabable afán de apropiación de lo ajeno, pues no se ha de olvidar que desde el punto de vista de la legalidad internacional no solo las cuotas que aportan de sus salarios directos los trabajadores van a la Seguridad Social, también las llamadas cuotas patronales están conceptuadas como salario indirecto de los trabajadores en activo y por lo tanto la propiedad social, colectiva, ha de ser imputada a los mismos, por lo que son los trabajadores, no el sistema quienes son expoliados con ese proceder.
No deja de ser curioso, pero nada casual, que cuando la suma de las cuotas patronal y obrera a la Seguridad Social alcanzan casi un tercio del salario bruto de los trabajadores, sea un tercio del total de los superávits lo que han estado enajenando del sistema y este se pierda en impresentables vericuetos económicos-financieros-gubernativos-sindicales-ladrilleros..
Y encima se atreven a hablarnos de reparto y solidaridad. Aunque bien pensado, en lo de la solidaridad nos engañan, pero en lo del reparto…..ni “miejita”, que el que parte y reparte……ya se sabe.
(Continuará)

martes, 26 de mayo de 2009

EL ESTADO DE LAS PENSIONES (I)

Cuando el temporal contra las pensiones publicas ha alcanzado cotas nunca vistas y la coincidencia de intereses de banqueros, sindicatos y políticos están arrastrando a la ciudadanía a la resignación y a la apatía ante el destrozo premeditado del sistema de previsión social publico, merece el esfuerzo demostrar cuantas trampas hay en sus argumentos y cuantas razones hay para defender los pocos soportes de un cada vez más menguante estado de bienestar.La primera trampa conceptual es denominar al sistema público de pensiones como un sistema de reparto, que antaño lo fue, pero que en la actualidad no lo es, ni por asomo. El actual sistema es totalmente contributivo, personalizado, que atiende exclusivamente a lo aportado individualmente al sistema, y que no tiene ni el mas mínimo acento de solidaridad entre los participes. Y como no es cuestión de cambiar mis costumbres, soportar opinión sobre hechos o datos numéricos incontestables, primero expondré como se calculan las pensiones para, más tarde, volver sobre esta primera afirmación.
La determinación de una pensión, la de jubilación ordinaria en el régimen general, la más numerosa y común del sistema, se efectúa calculando la base reguladora de la pensión, calculo que atiende conjuntamente a dos factores, tiempo y cuantía económica por la que se ha cotizado, dos factores que son donde se esconde el “tío Paco” de las rebajas de las pensiones públicas. Veamos.


Base reg.=(Suma bases 24 meses sin act. + Suma bases 156 meses ante. actua. IPC) / 210


En donde:
S. Base 24 meses sin act. = Es la suma de las cantidades mensuales por las que se cotizó en los dos años previos, inmediatos al momento de la jubilación las cuales no se actualizan por IPC
S. bases 156 meses ante. actua. IPC= Es la suma de las cantidades resultantes de aplicar a cada una de las cantidades por las que se cotizó durante los mas lejanos 156 meses de los 180 que se contemplan el incremento del IPC que en cada uno de ellos hubo.
Por último a la base reguladora así calculada hay que aplicarle un coeficiente, % E, que es el porcentaje de reducción establecido en función del número de años completos cotizados. La escala aplicable parte del 50 por 100 para los que hayan completado 15 años de cotización y aumenta un 3 por 100 cada año cotizado entre el 16º y el 25º y un 2 por 100 por cada año cotizado entre el 26º y el 35º, hasta llegar al 100 por 100 a los 35 años de cotización.
Tras esta operación se obtiene el valor bruto mensual de la pensión de jubilación que en caso de ser superior a la máxima de cada año su cuantía se verá limitada, en este año 2009, a 2441,75 euros/mes.
Como se puede comprobar el primer componente del numerador establece el sumatorio de las bases por las que se cotizó durantes los dos años mas próximos al momento de la jubilación, cantidades que no se actualizan por el IPC habido durante esos 24 meses, lo cual significa la equivalente pérdida, para siempre, de lo que esta ausencia de actualización genera en la pensión. Primera e importante rebaja ya que sobre las cantidades mas altas de las cotizadas, son sobre las se deducen los porcentajes por IPC habidos en esos dos últimos años de actividad laboral.
El segundo componente del numerador es el sumatorio de las cantidades mensuales por las que se cotizó durante los 156 meses más lejanos al momento de la jubilación y que en este caso sí se actualizan por el IPC que en su momento les correspondió.
Una vez que ambos sumandos se han agregado y posteriormente se han dividido entre 210, cifra que representa a las 180 pagas ordinarias mas las 30 extraordinarias que como mínimo han debido de haber en los quince años del computo, se habrá cuantificado la base reguladora de la pensión en calculo, pero……no se acaban aquí las rebajas.
Por si fuesen pocos los recortes así practicados a la futura pensión de cada aspirante a jubilado, a la cantidad finalmente obtenida, a la base reguladora de la pensión de jubilación, se le ha de aplicar un coeficiente reductor que es función de los años completos totales que a lo largo de su vida activa el futuro pensionista haya cotizado a la Seguridad Social, es el termino que en la fórmula de cálculo aparece como %E, y que es igual a la unidad solo para aquellos que lo hayan hecho por al menos de 35 años completos, lo cual no deja de ser un castigo a los trabajadores, un correctivo que en un país como este, en el que siendo los puestos de trabajo tan escasos como enorme la facilidad para despedir a los trabajadores, provocan, estos dos hechos, que exista una amplia capa de trabajadores a los que además de haberlos mantenido en situaciones de precariedad e incertidumbre mientras eran potencialmente activos, cuando les llega el momento de la jubilación se carga a sus espaldas el coste económico, -reducción de su pensión-, culpabilizándolos así de haber estado largas temporadas en paro y sin haber cotizado.(Continuará)

domingo, 24 de mayo de 2009

LO QUE DICE J. Mª. IZQUIERDO

Dejadme solo, que ya veo los 'brotes verdes', publicado en "El Pais", 15-5-09
José K., a dos pasos de la ancianidad, se despierta aterrorizado. Tembloroso, rememora la terrible pesadilla que le tiene, a estas horas de la noche, incorporado en la cama bañado en un sudor de hielo. Revive el desvarío: negros cuervos le acosaban con gestos fieros y sonidos amenazadores que salían de sus negras fauces: estaba seguro de haber oído, entre horrísonos gemidos y pasear de cadenas, cosas como pensión, años de cotización, no hay dinero. Precedía a estos monstruos de la razón un gran personaje: de inmediato se percibía su mucha autoridad. Era muy educado, tenía el hablar pausado y gestos de profesor. A José K., vaya usted a saber por qué, una tontería, le recordó al gobernador del Banco de España. Con paciencia, desgranaba argumentos: subprime, burbujas inmobiliarias, crisis mundial, contracción del crédito, circulante, demanda interna, aumento del desempleo. Así que como consecuencia de tantos movimientos telúricos, en su boca todo tenía una lógica aplastante: tú, José K., te vas a quedar sin la dispendiosa pensión, que es una pasta y un derroche. No tenemos un duro, decía el señor principal, y lo poco que hay lo estamos destinando a salvar a un hatajo de banqueros rufianes, luz de nuestras vidas, soporte de nuestra civilización.
Ahora, sentado ante su mesa de siempre en el café de siempre, aún le tiemblan las manos cuando rememora el terror nocturno, sin haber decidido qué le producía más espanto, si el graznido de los cuervos o la suave dialéctica del muy razonable profesor. Ha ojeado su periódico -tarda poquito: será para talar menos árboles; decisión encomiable de la dirección del medio, se dice- y reflexiona. Lleva días aún más perplejo de lo habitual... si tal cosa fuera posible.
José K. vive desde hace años, muchos años, atrapado en el desconcierto y el asombro permanentes, sumido en un sinfín de dilemas de salida imposible. A nuestro veterano amigo le asedian, una y otra vez, ciclópeos problemas sin solución, comparables al teorema de Fermat, la conjetura de Hodges o la hipótesis de Riemamm. Por ejemplo: ¿Por qué serán tan inanes nuestros jóvenes socialistas? O, ¿por qué son tan zafios los dirigentes de la derecha? Cuestiones irresolubles, enigmas esotéricos, incógnitas del destino.
José K. se arremanga dialécticamente, dispuesto a la pelea cuerpo a cuerpo. Porque vamos a ver, señores míos -¿advierten su progresiva elevación del tono, el aumento de la vena en la frente, el acero en su mirada?-, no es de recibo asistir al día a día de la cruda realidad, económica y política, y contemplar, cada vez más irritados, cómo unos viven y medran en la impunidad, y otros callan, sorprendentemente acobardados como aquel viajero del metro que asiste impasible a la vejación de la pasajera emigrante. Nadie de su alrededor en el café lo nota, pero José K. se ha calzado el taparrabos del sumo, los guantes del boxeador, el bate del beisbolista y el florete del esgrimista. Reconvertido mentalmente en un temible M-198, comienza a disparar razonamientos como proyectiles M-155.
Recurre a tan aparatoso arsenal nuestro amigo porque es consciente de la enorme distancia que le separa no ya de Superman o Lobezno, sino de muchos ciudadanos más inteligentes, más fuertes, más listos, más cultos, más preparados. A José K. le parece normal creer que Pedro Solbes sabe más de economía que él. El reconocimiento de nuestra debilidad debe ser nuestra fuerza, epigrama que José K. no recuerda si es precepto confuciano, consejo de Sun Tzu, reflexión de Clausewitz, verso suní o máxima de Camino. Por eso se indigna cuando el joven presidente juega a don Tancredo, quieto en mitad del ruedo, sin ayudantes ni peones, a sortear al descomunal toro de la mayor crisis que hemos padecido en décadas. Ha prescindido de pesos pesados en los saberes imprescindibles en estos momentos, y ha decidido jugar la carta de Soy Yo Quien Va A Resolver Esta Dura Situación. Así reveló a los mortales en el debate sobre el Estado de la nación Mi Cambio Histórico Del Sistema Productivo, con el que logró dos cosas: no tener que pisar el sucio fango de la realidad, mejor fijar la mirada en el horizonte siempre promisorio, y, de segundas, volver a noquear al adversario consuetudinario que ya de por sí vive noqueado. Claro que para esos grandes proyectos de futuro, gentes como Obama han reclutado a los mejores economistas para su gobierno; ¡pobre tipo sin confianza en su carisma! Ignora José K. qué ha llevado al inquilino de La Moncloa a confiar en este insólito dejadme solo, decisión que más que heroica aparece ridícula por prepotente. ¿Cree acaso que no hay recoveco económico que no domine, envite financiero que no pueda frenar, tsunami monetario que no sepa amansar? Y si eso piensa, ¿por qué lo piensa? ¿Se engaña solo? ¿Tanto le halagan sus íntimos: "Oh, capitán, mi capitán"?
Se sorprende nuestro hombre con la primera y gran comparecencia pública de la gran esperanza blanca del nuevo Gabinete. Se esperan, claro, espectaculares medidas anticrisis. ¿Alguien las vio? ¿Quizá estábamos distraídos cuando la nueva vicepresidenta económica anunció decisiones espectaculares que acabaron con las incertidumbres de los mercados? ¿Acaso dormitamos en esos momentos y sólo despertamos para oír el momento Heidi y los brotes verdes? ¿Quizá nos las perdimos porque estábamos corriendo camino de la agencia de viajes para anular los billetes de avión, ante el singular anuncio del nuevo ministro de Fomento de que la mundialmente famosa T-4, hombre, bonita sí es, pero de seguridad, un desastre?
Vamos bien, piensa José K. Ya hemos logrado que José Luis Perales escriba los discursos de la vicepresidenta económica, y Stephen King los del ministro del gasto. Sólo falta que alguien le diga al Gran Timonel que conviene que en el debate del estado de la nación ofrezca algo más a los cuatro millones de desempleados que echar a correr a comprar un coche o un piso para hacerse con unas rebajillas fiscales. Para volvos y adosados estamos, dirán cargados de razón: ¡cualquiera pierde la vez en la cola del paro!
Porque millones de ciudadanos que no votan al PP asisten asombrados a las premoniciones que nos juran que las europeas las va a ganar -José K. está a punto de pedir una ristra de ajos cada vez que pronuncia su nombre- Jaime Mayor Oreja, espectro del pretérito, ectoplasma de emanaciones ignotas, brillantemente apoyado en su campaña, señoras y señores, por José María Aznar, doble espectro, triple ectoplasma. Por eso la vena ya está a punto de estallarle a José K., que asiste, incrédulo, a que este baile de los monstruos tenga el refrendo de los votos -de sus votos- y que la izquierda huya despavorida al campo, al mar, al supermercado o, al paso que vamos, a los comedores sociales, una vez más espantada ante el panorama de sus gaseosos dirigentes.
¿Contribuirá a ello, se dice nuestro pendenciero amigo, ya de vuelta a casa, el hecho de que importantes dirigentes regionales del PSOE anden dormitando por las esquinas, entretenidos en vaya usted a saber qué miserables peleas de mesa camilla, mientras los presuntos culpables de pingües untos de la oposición sigan impertérritos ocupando escaños, cargos y cinturillas? ¿Alguien sabe en qué grandes aprietos ha puesto el número uno del socialismo madrileño, Tomás Gómez, a su rival Esperanza Aguirre o a sus presuntos pillos? ¿Alguien recuerda su valiente actuación, sus artículos brillantes, sus sólidas argumentaciones? Similares medallas luce, ya se cabrea José K., Jorge Alarte, secretario general del Partido Socialista valenciano, poseedor del magnífico récord de permanecer invisible en toda España cuando ha recibido el regalo de los dioses de que el presidente de su región luzca en la primera página de todos los periódicos, acusado un día sí y otro también de graves irregularidades.
Ha tomado su tila José K., y no puede evitar que regrese el recuerdo de la pesadilla de cuervos negros y profesor meloso. Gusta durante el día de evadirse con análisis y otros circunloquios, pero en la noche, ahora lo es y cerrada, le asalta, como a millones de españoles, la triste realidad del hoy y ya veremos mañana. Echa mano de un librito de José Emilio Pacheco, el mexicano recién galardonado, y allí relee tres, cuatro, cinco veces, dos humildes versos: "No me deja pasar el guardia. / He traspasado el límite de edad

sábado, 23 de mayo de 2009

LO QUE DICEN OTROS

El retraso social de España por Viçent Navarro

Una de las características del estado del bienestar en España es su subdesarrollo. Según Eurostat, España en el año 2006 (el último año con datos comparables) era el país, después de Portugal, que tenía el gasto social por habitante más bajo de la Unión Europea de los Quince (UE-15), el grupo de países de desarrollo económico semejante al nuestro. En aquel año, el PIB per cápita de España había alcanzado ya a ser el 93% del promedio de la UE-15 y, sin embargo, el gasto público social per capita era sólo el 70% del promedio de la UE-15.
¿A qué se debe este retraso social? Una de las mayores causas es el enorme subdesarrollo social que la España democrática heredó del sistema dictatorial anterior. Cuando el dictador murió, el gasto público social en España era sólo un 14% del PIB, muy inferior al promedio (22%) de los países que más tarde constituirían la UE-15. Ni qué decir tiene que mucho se ha hecho durante los 32 años de democracia. Pero el hecho es que en 2006 –29 años en democracia– continuábamos a la cola de la Europa (UE-15) social. Y es probable que en 2009 continuemos a la cola a pesar de los avances considerables que se han hecho durante el periodo 2004-2009.
De ahí que debamos considerar que existen otras causas, además de la insensibilidad social de la dictadura, que determinan el retraso social de España. Y una de ellas es el enorme poder que las fuerzas conservadoras (la monarquía, la nomenclatura del Estado franquista, el Ejército, la Iglesia, la banca, la patronal, y los medios conservadores) tuvieron en el proceso (erróneamente definido como modélico) de transición de la dictadura a la democracia, que lideraron aquel proceso y dominaron la vida económica y política del periodo democrático. Las enormes movilizaciones populares en el periodo 1975-1978 (España fue el país con mayor número de huelgas en Europa durante aquellos años) fueron determinantes en forzar el fin de la dictadura (el dictador murió en la cama, pero la dictadura murió en la calle), mas no fueron suficientemente fuertes para provocar una ruptura y cambiar las condiciones que permitieron la continuación del dominio político de aquel enorme bloque de poder. Y una de estas condiciones fue la Ley Electoral, cuyos primeros borradores surgieron de la nomenclatura del Estado dictatorial, y que, tras ser modificado fue adoptado, por el Gobierno Suárez en 1978, dando gran dominio a las fuerzas conservadoras, discriminando a las zonas urbanas, a la clase trabajadora y a los partidos de izquierda (tal y como autores de aquel proyecto, como Herrero de Miñón y Calvo Sotelo, reconocieron).
Una consecuencia de ello es que el sistema electoral español es uno de los menos proporcionales y menos representativos de los existentes. Ello explica que aún cuando en todas las elecciones legislativas al Parlamento español (excepto en 1977, 1979 y 2000), el electorado español ha dado muchos más votos a los partidos de izquierdas que a los partidos de derechas, España no ha tenido un Gobierno mayoritario de izquierdas (o apoyado por una mayoría de izquierdas) durante la mayor parte del periodo democrático. Sólo ocurrió durante el periodo 1982-1993; en los otros periodos el partido mayoritario de las izquierdas, el PSOE, se alió con las derechas nacionalistas más que con los partidos a su izquierda, resultado en parte de la enorme discriminación que el sistema electoral ejerce hacia estos partidos y también consecuencia de la enorme presión ejercida por aquel bloque de poder que lideró la transición. Y es ahí donde hay que buscar las causas del subdesarrollo social de España. Es bien conocido que, en general, a mayor fuerza de las izquierdas, mayor desarrollo de los derechos sociales y laborales en un país, y de su estado del bienestar. El mejor indicador de esto es Suecia, donde las izquierdas gobernaron por más tiempo desde la II Guerra Mundial. En aquel país, 32 años (1945-1977) fueron suficientes para convertirse en el país con mayor sensibilidad social del mundo. No así en España. La debilidad de las izquierdas es causa de ello.
El bipartidismo refrendado en la Ley Electoral, continuista del año 1985, ha favorecido al aparato del partido mayoritario dentro de las izquierdas, el PSOE, permitiéndole tener más escaños, pero ha dificultado la implementación de su programa, pues este no se ha podido desarrollar en su totalidad por falta del apoyo parlamentario de las otras izquierdas, apoyo que podría haber tenido si hubiera existido en España un sistema auténticamente proporcional. Por cierto, tal falta de proporcionalidad aparece también en las CCAA como lo muestran las últimas elecciones gallegas, en las que los votos a los partidos de izquierda (PSOE, BNG y EU-IV) fueron 811.641, más que los votos a los partidos de derecha (PP y TEGA), que sumaron 808.153. A pesar de ello, el PP ganó la mayoría de escaños, permitiéndole gobernar.
Pero queda por responder cómo es que este subdesarrollo del estado del bienestar no ha tenido mayor visibilidad política y mediática en España. La razón es que los establishments políticos y mediáticos, constituidos en su mayoría por individuos que pertenecen al 30% de la población de renta superior del país, no quedan afectados por las grandes insuficiencias de los servicios públicos del estado del bienestar. Envían a sus hijos a las escuelas privadas concertadas (que tienen un gasto por alumno superior a las públicas) y, cuando caen enfermos, van a la medicina privada (cuyo tiempo promedio de visita es de 18 minutos; el promedio en la pública es de 8 minutos), o reciben trato preferencial en la pública. De ahí que no sean plenamente conscientes del retraso social en España. Y su poder político y mediático es enorme. Y así estamos.
Vicenç Navarro es Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas de la Universidad Pompeu Fabra

viernes, 22 de mayo de 2009

LOS OTROS CHIRINGUITOS

Hace ya unas semanas leí que desde el gobierno zetaperista se iban a ocupar de los chiringuitos, y metidos como estamos en eso de la crisis financiera mas grande del mundo mundial, un servidor pensó que el gobierno se iba a ocupar de los chiringuitos financieros que en este país, tan ricamente, proliferaron al calor del ladrillo y de los que alguno de ellos está magníficamente representado en el Consejo de Ministros. Y no. De lo que se iba a ocupar el gobierno, en su afán de pisar todos los callos de todos los españoles, es de atender a la “unánime demanda social” que así se lo reclama todos los días, resolver la problemática que al medio ambiente le plantean los chiringuitos playeros.
De todos es sabido que los chiringuitos playeros son fuente de contaminación medioambiental de dificilísima reparación, ya que excluyendo las naturales deposiciones que los comensales de los chiringuitos realizan en sus hoteles y apartamentos, la dispersión que los chiringuiteros efectúan de raspas de boquerones, escamas de melvas, cartílagos de calamar, conchas de coquinas y otros bivalvos, así como de los restos de aceites de esas fritangas, provocan que, año tras año, las playas, sobre todo las de Andalucía, se degraden en forma inaceptable.
De hecho, en el ministerio de la cosa medioambiental y no se cuantas cosas más, como irrebatible prueba de sus argumentos, tienen recentísimas fotos de playas andaluzas, como son las de Muxía, Carnota, Fisterra, Laxe y Camariñas, afeadas por la contaminación del chapapote chiringuitero de noviembre de 2002, es más, no se extrañen si en poco tiempo, cuando empiece la temporada de verano, aparece por la prensa del “movimiento” algún informe científico alertando sobre la toxicidad radiactiva, química y biológica que el tinto de verano de los chiringuitos contiene.
Para los preclaros ecologistas del zapaterismo no basta con el gasto que los ayuntamientos costeros afrontan limpiando diariamente playas y recogiendo basuras clasificadas por su naturaleza para su posterior tratamiento, consiguiendo así infinidad de banderas azules de la U.E., no basta con que quienes hoy quieren derruir esas instalaciones playeras se raspen el parentesco a la hora de mantener el equilibrio medioambiental no solo en las playas sino en lo que es mas importante, en el saqueado litoral español totalmente enladrillado, ahí está el informe Auken, y no basta porque al imbécil que se le ha ocurrido tal insensatez, quizás, solo persiga el tapar la dejación intencionada, la prevaricación, que ha supuesto y está suponiendo el mirar a otro lado si del Hotel “El Algarrobico” o de Villa PSOE, o de tantos otros casos de ladrillismo costero corruptor se trata.
Del mismo modo, estos eco-zapateristas nada tienen que decir respecto a cuatro de las centrales térmicas mas contaminantes del mundo, todas próximas a las costas, que en suelo patrio operan con todos los parabienes oficiales; pero es que casualmente son propiedad de los amigos del Sebastián.
Como en tantas otras ocasiones la acción de estos zapateristas solo está guiada, bien por intereses concretos que benefician a los que tales determinaciones toman, bien para favorecer intereses de alguien de su cuerda, que a la postre pudieran acabar repercutiéndoles a ellos mismos en el inmediato futuro.
Y este caso de los chiringuitos es claro y determinante de su corrupción. Ni los chiringuitos contaminan, ni rompen equilibrio paisajístico alguno, lo que hacen los chiringuitos es mermar de unos ingresos considerables a los establecimientos convencionales, sean hoteles, bares y restaurantes, que miren por donde, cuentan con asociaciones patronales con peso en las decisiones, siempre interesadas, de la administración (in)competente en esta materia. Les importa un bledo el empleo que generan, el gasto que de visitantes extranjeros provocan, los ingresos que por impuestos y tasas originan a las diversas administraciones, y mucho menos aún les importa la aceptación ciudadana y la satisfacción que en autóctonos y foráneos su oportunidad espacial y de servicios, estos locales, a todos prestan.
Y no es nada casual que ahora, en plena crisis, cuando los oligarcas del turismo costero ya han comprobado que sus ingresos disminuyen, es cuando aprietan a sus comisionistas de la política para que les quiten esa competencia que en épocas de vacas gordas ningún daño les hacían.
Pero como no se trata solo de descalificar a los lerdos zapateristas, a fin de acabar con el problema que las mentes mentecatas del ministerio del cuarto y mitad de ambiente se han creado, propongo que don Isidoro, -Álvarez por supuesto-, tome la iniciativa de poner un solo chiringuito allá en la playa que mas le plazca, solo uno. Con solo ese chiringuito, un “Cortinguito”, se salvarían todos los demás. Seguro.
Claro que todo pudiera proceder de que a don Zp le hayan puesto uno de estos baretos delante de su chalet en Vera y de ahí que, para quitarle lo que a sus vistas afea, tengan que cargarse a todos los demás. Si fuese así podríamos entender que así actuasen, pero que al menos lo expliquen, que los ciudadanos responsables comprendemos las apetencias del conducator y lo aplaudiríamos con las orejas, no vaya a ser que nos declaren desafectos al régimen.

jueves, 21 de mayo de 2009

LO QUE DICE PEREZ REVERTE

Cuadrilla de golfos apandadores, unos y otros.

Refraneros casticistas analfabetos de la derecha. Demagogos iletrados de la izquierda. Presidente de este Gobierno. Ex presidente del otro. Jefe de la patética oposición. Secretarios generales de partidos nacionales o de partidos autonómicos. Ministros y ex ministros –aquí matizaré ministros y ministras- de Educación y Cultura. Consejeros varios. Etcétera.


No quiero que acabe el mes sin mentaros –el tuteo es deliberado– a la madre. Y me refiero a la madre de todos cuantos habéis tenido en vuestras manos infames la enseñanza pública en los últimos veinte o treinta años. De cuantos hacéis posible que este autocomplaciente país de mierda sea un país de más mierda todavía.
De vosotros, torpes irresponsables, que extirpasteis de las aulas el latín, el griego, la Historia, la Literatura, la Geografía, el análisis inteligente, la capacidad de leer y por tanto de comprender el mundo, ciencias incluidas. De quienes, por incompetencia y desvergüenza, sois culpables de que España figure entre los países más incultos de Europa, nuestros jóvenes carezcan de comprensión lectora, los colegios privados se distancien cada vez más de los públicos en calidad de enseñanza, y los alumnos estén por debajo de la media en todas las materias evaluadas.
Pero lo peor no es eso. Lo que me hace hervir la sangre es vuestra arrogante impunidad, vuestra ausencia de autocrítica y vuestra cateta contumacia. Aquí, como de costumbre, nadie asume la culpa de nada. Hace menos de un mes, al publicarse los desoladores datos del informe Pisa 2006, a los meapilas del Pepé les faltó tiempo para echar la culpa de todo a la Logse de Maravall y Solana –que, es cierto, deberían ser ahorcados tras un juicio de Nuremberg cultural–, pasando por alto que durante dos legislaturas, o sea, ocho años de posterior gobierno, el amigo Ansar y sus secuaces se estuvieron tocando literalmente la flor en materia de Educación, destrozando la enseñanza pública en beneficio de la privada y permitiendo, a cambio de pasteleo electoral, que cada cacique de pueblo hiciera su negocio en diecisiete sistemas educativos distintos, ajenos unos a otros, con efectos devastadores en el País Vasco y Cataluña.
Y en cuanto al Pesoe que ahora nos conduce a la Arcadia feliz, ahí están las reacciones oficiales, con una consejera de Educación de la Junta de Andalucía, por ejemplo, que tras veinte años de gobierno ininterrumpido en su feudo, donde la cultura roza el subdesarrollo, tiene la desfachatez de cargarle el muerto al «retraso histórico». O una ministra de Educación, la señora Cabrera, capaz de afirmar impávida que los datos están fuera de contexto, que los alumnos españoles funcionan de maravilla, que «el sistema educativo español no sólo lo hace bien, sino que lo hace muy bien» y que éste no ha fracasado porque «es capaz de responder a los retos que tiene la sociedad», entre ellos el de que «los jóvenes tienen su propio lenguaje: el chat y el sms». Con dos cojones.
Pero lo mejor ha sido lo tuyo, presidente –recuérdame que te lo comente la próxima vez que vayas a hacerte una foto a la Real Academia Española–. Deslumbrante, lo juro, eso de que «lo que más determina la educación de cada generación es la educación de sus padres», aunque tampoco estuvo mal lo de «hemos tenido muchas generaciones en España con un bajo rendimiento educativo, fruto del país que tenemos» .
Dicho de otro modo, lumbrera: que después de dos mil años de Hispania grecorromana, de Quintiliano a Miguel Delibes pasando por Cervantes, Quevedo, Galdós, Clarín o Machado, la gente buena, la culta, la preparada, la que por fin va a sacar a España del hoyo, vendrá en los próximos años, al fin, gracias a futuros padres felizmente formados por tus ministros y ministras, tus Loes, tus educaciones para la ciudadanía, tu género y génera, tus pedagogos cantamañanas, tu falta de autoridad en las aulas, tu igualitarismo escolar en la mediocridad y falta de incentivo al esfuerzo, tus universitarios apáticos y tus alumnos de cuatro suspensos y tira p'alante.
Pues la culpa de que ahora la cosa ande chunga, la causa de tanto disparate, descoordinación, confusión y agrafía, no la tenéis los políticos culturalmente planos. Niet. La tiene el bajo rendimiento educativo de Ortega y Gasset, Unamuno, Cajal, Menéndez Pidal, Manuel Seco, Julián Marías o Gregorio Salvador, o el de la gente que estudió bajo el franquismo: Juan Marsé, Muñoz Molina, Carmen Iglesias, José Manuel Sánchez Ron, Ignacio Bosque, Margarita Salas, Luis Mateo Díez, Álvaro Pombo, Francisco Rico y algunos otros analfabetos, padres o no, entre los que generacionalmente me incluyo. Qué miedo me dais algunos, rediós. En serio. Cuánto más peligro tiene un imbécil, que un malvado.

CORTINAS DE HUMO.

Están que no paran, que echan humo en la Central Zapaterista de Emisión de Ocurrencias Polémicas (el conocido CEZEOP) a causa del descafeinamiento que las maravillosas ofertas zetaperistas han sufrido en el Congreso con tal de no ser derrotadas de otra forma. Por ello, de nuevo, recurren a la emisión de cortinas de humo lanzadas por dos de las estrellas del firmamento friki-progresista a fin de distraer la atención del personal propio y ajeno, que, embobado por unos y otros, es impulsado a respirar tan maloliente humo.
Una, la experimentada fumarola rubia, doña Trini de la Chupa, conocida ex edila madrileña que tras jurar y perjurar que su compromiso con los madrileños era casi eterno y amoroso, se largó a hacer las Américas y los americanos para solo retornar si pillaba coche, cartera y retrato de ministra en algún pasillo ministerial, como así ha sido, ya que ha pillado nada menos que la sanidad nacional, por lo que a su vuelta ha aprovechado y nos ha traído al virus de la gripe porcina, gorrina o gonorreíca, que más que pandemia parece un alboroto tras el cual están los laboratorios farmacéuticos, que con esto de la crisis ya ni venden aspirinas y a quienes la Trini les ha encargado 10 millones de vacunas que dicen son agüita de la fuente, inocuas, para ese virus.
Pues como decía antes, que como lo del debate no ha dado para mucho, y para los zapateristas el paro en la Carrera de San Jerónimo no existe, pues que sale doña Trini de la Chupa y obliga a vender en todas las farmacias y sin receta la famosa pildorita del día de después, generando tan acalorada polémica como la que del ardiente ejercicio corporal previo a la ingesta de la mencionada pastillita se desprende, calor, y por lo tanto energía, que un antiguo estudio científico demostró que en una sola coyunda se generaba entre ambos partenaires energía suficiente como para mantener encendida una bombilla de 100 W, de las de antes, durante todo un día.¿O era solo una hora?. (Pues no me acuerdo, pero dependerá del reciproco interés de los amantes, digo yo).
Y por si no bastase ese humo y para no perder comba en el reality gubernativo, la otra friki, la del ministerio de la igualdad, la Bibi de los Gazules, apoyada en su amplio y contrastado saber académico establece una “sutil” discusión sobre la diferencia existente entre un ser vivo y un ser humano, por lo que me temo que, desde su denso y acendrado criterio, esa diferencia debe ser parecida a la que hay entre un miembro y una miembra.
Y como al chamán máximo la cosa no le ha debido parecer que lo del paro haya quedado así suficientemente obscurecido, este, don Zp, se lanza a la palestra y concluye que las chicas de 16 años no tienen por que soportar la ingerencia de los padres si, una vez embarazadas, deciden abortar.
Pero tranquilos, que nadie se alarme, como con este progresista lo que hoy vale, mañana estará prohibido, y viceversa, hemos de tener por seguro que si algún irrecuperable “fumeta” se cepillase, ¡San Obama no lo quiera!, a alguna de sus niñas, cambiará de opinión, y a partir de entonces la legislación amparará a los padres y estos serán los que decidirán si abortan sus niñas o no, y estas, a cambio, decidirán cuanta paga semanal les han de dar los progenitores. Lo normal en el mundo zetaperiano.
Menos mal que alejada del “inmudanal” ruido, doña Salgado, plena de coherencia política, ha nombrado como secretario de estado de hacienda a un tal profesor Campa, liberal, defensor del libérrimo mercado, favorable a la desregulación y flexibilización del mercado de trabajo, y que si se atiende a lo que pregonan, le han contratado para hacer precisamente lo contrario de lo que piensa y de lo que dicen que sabe hacer.
El caso es intentar liar a la gente, engañarla, y con estas tretas, dejarnos como a los salmones noruegos, sin cabeza, abiertos en canal, colgados de un palo y ahumados. Pues va a ser que no. El día 7 los espero.

miércoles, 20 de mayo de 2009

LO QUE DICEN OTROS

A VUELTAS CON LA PROPIEDAD PRIVADA por Joaquim Sempere, publicado en "Publico" el 27 de abril pasado. Ilustracion por Gallardo.
Cuando vemos uno y otro y otro episodio de cierre empresarial que deja en el paro a unos cientos, cuando no miles, de trabajadores, muchos sentimos undesasosiego que no acertamos a traducir en un discurso alternativo. Percibimos que las cosas no funcionan. Pero ¿qué salida le vemos?
Habría que distinguir entre situaciones de crisis, como la actual, en las que el mercado se retrae y las empresas no venden y entran en bancarrota, de otras situaciones sin crisis. En el presente artículo voy a centrarme en estas últimas. En años anteriores, sin crisis, hemos asistido impotentes a casos de empresas viables, que obtenían beneficios, y sin embargo cerraban su factoría para instalarse en otros países con costes ambientales y salariales menores, en busca de beneficios mayores. La decisión empresarial dejaba en la calle a unos cientos de asalariados y sin ingresos vitales a ellos y sus familias. El recorte de los ingresos de esos cientos de familias repercutía en otros sectores económicos de la comunidad local (comercios, pequeña industria local, servicios…), que veían menguada también su actividad.Y todo esto en la más estricta legalidad. La pregunta es inmediata: ¿cómo es posible que la ley permita que unas cuantas personas poseedoras del capital de la empresa o del paquete determinante de acciones de la misma puedan tomar decisiones que afectan a la supervivencia y seguridad económica de unos cientos o miles de personas aunque la empresa arroje beneficios?
A principios del siglo XX, el economista británico R.H. Tawney, en un libro titulado La sociedad adquisitiva, sometía la propiedad capitalista a un análisis hoy muy actual. Se suele presentar la propiedad como un derecho ilimitado de disposición sobre lo poseído. Pero no es lo mismo poseer un paraguas o una casa que poseer una tierra cultivable o una fábrica. La tierra y la fábrica son medios de producción necesarios para crear riqueza, mientras que el paraguas y la casa son bienes de consumo. En una economía moderna, las personas que, sin ser propietarias, utilizan esos medios de trabajo para producir bienes a cambio de un salario y ganarse así la vida entran con esos medios en una relación peculiar e intensa, vital para ellas. Es una relación distinta a la del propietario con su propiedad, pero una relación humana significativa. Y si consideramos la comunidad local en que está situada la tierra o la fábrica, deberemos admitir que esa comunidad humana adquiere también una relación y una dependencia respecto de estos medios de producción.
¿Por qué el orden jurídico sólo contempla derechos de la propiedad y no derechos del trabajo ni de la comunidad? Es obvio que el propietario arriesga un patrimonio, y parece de justicia que reciba compensación. Pero el trabajador y la comunidad arriesgan su fuente de ingresos y su seguridad económica. ¿Acaso no merecen compensaciones también ellos? Tawney proponía que la propiedad del capital que se invierte fuera recompensada con un pago al uso de ese capital. Esto tiene un nombre: interés del capital. Y que los derechos de decisión (sobre inversiones, nivel de capitalización, organización del trabajo, gestión del riesgo, política comercial, etc.) estuvieran repartidos entre los tres componentes sociales de la empresa y su entorno: capital, trabajo (incluido el técnico y administrativo) y comunidad.
Tawney era socialista, y, como se ve, muy moderado. Ni siquiera planteaba estatalizar o socializar el capital; aceptaba que siguiera siendo –al menos una parte del mismo- de propiedad privada. Pertenecía a la corriente fabiana, muy criticada por Lenin por su moderación. Pero el análisis descrito es sumamente desmixtificador, porque desvela con gran claridad que unos derechos asociados a la propiedad quedan ocultos tras una amalgama confusa de derechos distintos, y nos permite comprender mejor que las relaciones capitalistas no son relaciones meramente técnicas entre “factores de producción”, sino relaciones sociales de dominación en que unos pocos detentan, con el amparo del orden jurídico-político. Un poder desmesurado sobre otros muchos, sobre sus vidas, sus ingresos, su seguridad.
A estas alturas, el razonamiento de Tawney me parece, si no revolucionario, sí subversivo. Tiene el mérito de poner en cuestión el poder capitalista sobre las personas y hurtarle legitimidad. Sin requerir que sea abolida la propiedad privada del capital, señala la necesidad de redefinir los roles y los derechos de quienes intervienen en la actividad empresarial o son afectados por ella. A partir de esta idea, cabe imaginar muchas fórmulas para articular capital (o sea, el ahorro destinado a la inversión), trabajo y comunidad local, ya sea en un capitalismo regulado o en un socialismo, dando a los trabajadores y a la sociedad unos derechos que hoy no se les reconoce.
La Historia está llena de episodios en que obreros y técnicos han tomado en sus manos la gestión de empresas en crisis convirtiéndolas en cooperativas, sociedades anónimas laborales o empresas intervenidas públicamente. Y han funcionado. Cuando una clase fracasa en el cometido de crear riqueza, alguien tiene que tomar el relevo. Los trabajadores que se hacen cargo de una empresa, por otra parte, están más interesados en preservar sus puestos de trabajo (incluso aceptando reducciones en sus ingresos) que en aumentar los beneficios. Están más interesados en una economía de las necesidades (con mercados locales, estables y seguros) que en una economía de los negocios.No es capital lo que falta, ni trabajadores dispuestos a trabajar, sino una dinámica económica distinta. El capitalismo está destruyendo nuestro tejido empresarial. ¿Seguiremos asistiendo impávidos al proceso o trataremos de buscar alternativas?


Joaquim Sempere es Doctor en Filosofía y profesor de Teoría Sociológica y Sociología Medioambientalde la Universidad de Barcelona.

martes, 19 de mayo de 2009

“PROGRESANDO”

Como ya hace tiempo que decidí que lo mejor que se puede hacer en política es denunciarles con sus propios hechos y palabras, hoy toca otra más sobre la realidad de estos progresistas de Zp.
Hoy don Octavio Granado, a la sazón Secretario General de la Seguridad Social y al tiempo Secretario Federal de Economía de la Ejecutiva Federal de Zp, ha mantenido que “es más importante que se ayude a mantener la liquidez de la empresas, retrasándoles el cobro de las cuotas, a que la Seguridad Social tenga más capacidad económica”. Don Octavio, haciendo referencia a los aplazamientos de las dotaciones económicas al fondo de reserva de la S. Social, explicó que las dotaciones al fondo se retrasan este año porque también se aplazan los cobros de las cuotas empresariales ante la crisis, y recordó que las empresas son la primera fuente de mantenimiento del sistema y que, por tanto, "tiene más sentido ayudarlas en este momento”.
No obstante, y ante "un posible quebranto" derivado de los aplazamientos concedidos, Granado anunció que se invertirá en deuda española parte del fondo de Prevención y Rehabilitación de la Seguridad Social, que tiene más de 3.000 millones de euros y gasta "escasamente" unos 100 millones de euros.
Así, la posible pérdida que se produzca debido a los aplazamientos "que seguiremos concediendo a las empresas" se compensará con la inversión en activos financieros a corto y medio plazo.
Hasta aquí lo reflejado en la prensa sobre la preferencia de respaldo económico y financiero del gobierno en el campo de la protección social. Es evidente que prefieren defender a las empresas que no a los trabajadores en unos tiempos en los que los gestores del sistema de la S. Social y la banca coinciden de forma pero que muy interesada en mantener que el futuro de las pensiones está en entredicho.
Ante tal hecho cabe preguntarse solo dos cuestiones. Si pasado mañana a un trabajador despedido y que haya agotado todas las prestaciones, las existentes y aquellas que aun no se han puesto en funcionamiento y que ya veremos si llegan a concretarse, le llega el momento de la jubilación legal y resultase que por la acción despedidora de las empresas así protegidas por don Octavio, su vida laboral última reflejase periodos de carencia, sin cotización a la Seguridad Social, por no haber encontrado trabajo en algún o alguno de los años que se contemplan, quince, para la determinación de la cuantía de la pensión, ¿Qué comprensión y ayudas encontraría este trabajador por parte de ese mismo sistema que a las empresas aplaza el pago de cuotas? ¿Alguien cree que estos progresistas tendrían en consideración la situación antes descrita, que con toda seguridad a miles de trabajadores afectará, y en equivalencia a la comprensión que muestran hacia las empresas, les mantendrá la cuantía de la pensión que les hubiese correspondido de no haber sido despedidos por aquellos a los que ahora estos progresistas de lo suyo ayudan?
En caso de que alguien conteste afirmativamente a esta última cuestión, estoy en condiciones de recomendarle a un amigo, eminente siquiatra, que se ha distinguido profesionalmente por rescatar a muchos pacientes de adiciones tan perniciosas como alienantes.

UNA DEMOCRACIA POR HACER

Hasta la gente mas razonable de la derecha civilizada echa su cuartos a espadas en defensa de otra democracia. José Luis Gonzalez Quiros lo hizo en "El Confidencial" el dia 6 pasado.
"Javier Marías escribió que España es un país monoteísta. Suscribiría el diagnóstico, aunque habría que hablar, más bien, de maniqueísmo, de entrega al Uno y al Otro, sin la menor heterodoxia. De esa falta de herejes se quejaba Unamuno, y en ella se funda ese conformismo, nada quijotesco, que nos caracteriza, por encima de la passion for life que proclaman los carteles turísticos.
El caso es que deberíamos caer en la cuenta de que la democracia se ha desarrollado entre nosotros con un mínimo de debate, con auténticas carencias de participación, como una simple fachada, valiosa, sin duda, pero insuficiente. Me parece que eso es especialmente evidente si se mira de cerca la forma en que los españoles nos relacionamos con el poder. De Pío Cabanillas se cuenta una anécdota que creo sirve para ilustrar el caso: alguien le hizo notar que el joven Aznar se parecía cada vez más a Fraga, a lo que el interpelado respondió: “a Fraga no; se parece directamente a Franco”.
El problema sería relativamente menor si solo Aznar se hubiese parecido a Franco, porque lo cierto y verdad es que el general gallego hizo auténtica escuela por doquier. No solo se parecen a Franco los líderes de la derecha, sino los de la izquierda, los directores de El País, los catedráticos, los líderes sindicales, los periodistas, los conductores de Metro, por no decir nada de los presidentes de Banco. Los españoles tendemos a creer que la única forma de mandar es que todo el mundo calle en nuestro derredor. No tenemos una tradición democrática y liberal, sino una educación autoritaria que, además, no se inició con el franquismo sino que viene muy de atrás. Se suponía que la democracia iba a acabar con eso, pero todavía no ha sido el caso.
Las consecuencias del autoritarismo son muy pesadas, y tienen una tendencia a permanecer y multiplicarse. El debate auténtico queda proscrito o criminalizado, y lo que se hace a cambio es tener monótonos y repetitivos contrastes de pareceres con escuetas fórmulas en las que no cabe profundizar. Nuestra atmósfera política es extremadamente cansina: se puede leer un periódico de hace seis meses, o seis años, y tomarlo por uno de ayer, sin mayor problema. Y, a cambio de ese quietismo rutinario, una absoluta anomía práctica: en todo lo que a nadie importa, como la educación, movida a tope. Lo único que parece interesarnos son los sucesos, si son con mujeres bellas, como las que le gustan a Berlusconi, mejor.
En una atmósfera así, es casi imposible que aparezca nada realmente nuevo y competitivo porque tendería a ser ahogado desde las dos esquinas del peculiar planeta ibérico con un entusiasmo inquisitorial, aunque ahora se vilipendie a la Inquisición para disimular las nuevas reglas de obligado cumplimiento. La devotio ibérica, que ya llamó la atención a los romanos, sigue muy viva entre nosotros, de manera que la adhesión al líder sustituye cualquier capacidad de análisis de la situación, cualquier patriotismo, el mero buen sentido: una conducta interesada que oculta la cobardía. Esta ausencia de competencia real mata por completo cualquier pluralismo y subvierte la legitimidad. No son los de abajo los que eligen al de arriba, sino el de arriba el que elige a los de abajo. Ya no se trata de ser representativo, sino de ser un hombre-de o una mujer-de, que también las hay.
En esta atmósfera moral, la izquierda se ha transformado en un partido de posibilistas que sigue a ciegas las ocurrencias del líder, aunque muchos sean conscientes de que todo puede acabar en un desastre; ni rastro de esa izquierda liberal que podría haber surgido, si creyésemos en los milagros. Aquí la izquierda pasó, a toda prisa, de ser dogmática y marxista a ser oportunista y disciplinada: ha comprobado la eficacia de la táctica y conoce el desdén de los españoles por las verdades abstractas, sin dueño y sin provecho.
La derecha, bien nutrida de altos funcionarios que aprenden a servir al que manda por encima de cualquier otra moral, ha conseguido, hasta ahora con éxito, reprimir su componente liberal para que triunfe su matriz autoritaria. Para certificar su mal fario, enteramente ajena al debate al que teme más que al demonio, comete además, muy frecuentemente, el error de adoptar las ideas y el lenguaje del enemigo, se ejercita en gestos absurdamente tardo-progres esperando a que la fruta le caiga madura en la boca, por efectos de un turnismo no apoyado en el mérito, sino en el hartazgo.
Lo demás, viene por si solo: subvenciones por doquier para que aprendamos que todo don viene de lo alto, protección al que forma parte del equipo aunque sea un robaperas de primera, y mucho darle leña al mono hasta que se aprenda el catecismo. Lo escribió Galdós al final de sus Episodios: “Un país sin ideales, que no siente el estímulo de las grandes cuestiones tocantes al bienestar y a la gloria de la Nación, es un país muerto. […] Prensa, Gobierno, Partidos, altos y bajos Poderes, todo ello anuncia su irremediable descomposición”: ¿Estamos a tiempo de evitarlo?"

lunes, 18 de mayo de 2009

LO QUE DICEN OTROS

El falso problema de las pensiones por Viçent Navarro

Según las declaraciones de Joaquín Almunia, comisario de Asuntos Económicos de la Comisión Europea, el sistema de pensiones públicas en España, a fin de garantizar su viabilidad, debe cambiar sustancialmente retrasando la edad de jubilación y calculando la pensión basándose en un periodo laboral más largo que el que hoy se utiliza para calcular la pensión de una persona que se jubila. Propuestas semejantes las ha hecho Miguel Ángel Fernández Ordóñez, el gobernador del Banco de España, y más recientemente el Partido Popular Europeo (al cual pertenece el PP español).Ni que decir que tales declaraciones han sido especialmente citadas y ampliadas en los medios de información y persuasión conservadores y liberales (que son la mayoría), contribuyendo a crear una ansiedad en la población basada en el temor de que habrá recortes significativos de las pensiones, necesarios para que puedan continuar existiendo. Como era previsible, la banca y las cajas están también promocionando esta ansiedad, pues quieren que la población vaya corriendo a aquellas instituciones para comprarse seguros de pensiones privados que sustituyan o complementen las pensiones públicas.
Los argumentos que se utilizan para cuestionar la viabilidad de las pensiones, sin embargo, no tienen peso. Veamos. Almunia, para apoyar sus propuestas, hace referencia a un estudio de la Comisión Europea que señala que el gasto público en pensiones aumentará mucho más en España que en la Unión Europea. Según tal informe, España, que destinó el 8,4% del PIB a la jubilación en 2007, subirá este porcentaje hasta el 15,1% del PIB en el año 2060, porcentaje que el informe considera excesivo, puesto que España necesitará recursos públicos para otros fines –escuelas, servicios sanitarios y otros servicios públicos– que las pensiones absorberán. Esta explicación parece lógica y razonable. Parecería que España no pudiese dedicar tantos recursos, un 15,1% del PIB, en jubilaciones, pues ello significaría que habría menos recursos públicos para otros servicios y transferencias. Pero, por muy lógico y razonable que parezca, este argumento es profundamente erróneo. Y es fácil demostrarlo.
Supongamos que el crecimiento anual de la productividad es de un 1,5% (una cifra razonable utilizada incluso por el Banco de España) durante el periodo 2007-2060. En este supuesto, el PIB del año 2060 sería 2,25 veces mayor que el PIB del año 2007. Lo que esto quiere decir es que si consideramos el valor del PIB del año 2007 como 100, entonces el valor del PIB en el año 2060 será de 225. Pues bien, los recursos disponibles para gastarse en otras actividades que no sean pensiones en 2007 fue de 100 menos 8,4 (siendo 8,4 la cantidad que nos gastamos en pensiones aquel año), es decir, 91,6. Y en el año 2060 sería el 15% de un valor del PIB igual a 225, es decir, 33. Lo que quedaría para los no pensionistas sería 225 menos 33, es decir, 192, una cantidad muy superior (más del doble) a la que nos quedaba para pagar otras transferencias y servicios además de las pensiones en el año 2007. La sociedad en 2060 tendrá muchos más recursos para pagar las pensiones y todo lo demás. En realidad, el gasto en pensiones hace 50 años en España era sólo de un 3% del PIB.
Hoy es de un 8% (más del doble del de entonces), y ello no quiere decir que haya menos recursos en España para los no pensionistas que hace 50 años. Todo lo contrario, hay muchos más.Otro error es no considerar el aumento de la población que trabaja como solución a la posible disminución de fondos de las cotizaciones sociales. Si España tuviera la tasa de participación de la mujer en el mercado de trabajo que tiene Suecia, habría tres millones más de trabajadoras pagando impuestos y cotizando a la Seguridad Social. De ahí que invertir en escuelas de infancia y servicios domiciliarios que ayuden a la integración de la mujer al mercado de trabajo es una inversión pública de gran calado que los economistas del Gobierno español (la mayoría hombres de clase media alta) no habían captado hasta hace poco.
Por otra parte, el retraso de la edad de jubilación es enormemente regresivo a nivel social, pues la salud de los ancianos y la edad en que mueren depende de su clase social. Las personas que están en la decila superior de renta en España viven diez años más que las que pertenecen a la decila inferior. Y ello se debe a que el nivel de salud es mucho mejor en el primero que en el segundo grupo. Las mujeres de la limpieza del Banco de España tienen a los 60 años el mismo nivel de salud que un gobernador de tal banco tiene a los 70. De ahí que pedirle a las clases populares que trabajen todavía dos años más (algunos incluso piden cinco años más) para pagar las pensiones de las personas de rentas superiores que vivirán muchos años más es una enorme injusticia.
Pero el mayor error que Almunia, Fernández Ordóñez y el Partido Popular Europeo cometen es asumir que el sistema de pensiones puede colapsarse por falta de cotizaciones sociales. El sistema de pensiones es uno de los programas públicos más populares de cualquier país, no sólo entre los ancianos, sino entre la población adulta. Los intentos fallidos de muchos analistas que han intentado sustituir la lucha de clases por la lucha de generaciones han fracasado, pues los ancianos son los padres de los adultos y las pensiones son la garantía de estabilidad para estos últimos y sus hijos. Si las cotizaciones sociales no fueran suficientes en el año 2060 (y no hay evidencia que indique que no lo serán), el Estado podría financiarlas directamente con impuestos (como ya hacen muchos países europeos), con lo cual el que fueran o no viables no es una cuestión económica sino política. Es más que dudoso que el programa más popular existente hoy en nuestras sociedades dejara de apoyarse públicamente.
Vicenç Navarro es Catedrático de Políticas Públicas de la Universidad Pompeu Fabra y ex catedrático de Economíade la Universidad de Barcelona. Ilustración de Enric Jardí

jueves, 14 de mayo de 2009

EL ESTADO DE SU NACION

No deja de ser curioso que los zapateristas que me retiraron el saludo ya hace tiempo por esta mi “fea” costumbre de demostrar que Zp y ellos son la derecha vergonzosa española, hoy, tras oír eso que llaman el debate del estado de la nación, coincidan en sus parabienes al “conducator” con los representantes oficiales de la derecha social y económica española.
No pretendo que tales coincidencias sirvan de respaldo a mis opiniones, pero para quien quiera apreciarlo es llamativo y a la vez ridículo que gente que vive en y del núcleo de poder ferraciano como los concejales del ayuntamiento de Madrid, Pedrito Sánchez, y Ángeles Álvarez así como otros alevines de rémora zapateriana, se dejen vergüenza y faltas de ortografía en sus blogs a la hora de ponderar lo maravilloso que es todo lo que se le ocurrió a Zp, mientras que todos los que en el Congreso se reclaman de izquierda las han rechazado.
Es realmente desalentador para los que en este país se reclamen de la igualdad, de la solidaridad y de la justicia social, que estando como estamos, alojados en el vórtice del tornado económico mundial, el que está provocando la crisis social mas profunda de la historia de este país, los que dicen dirigirlo, solo se estén ocupando de poner parches parciales en aquellos sectores económicos que mas capacidad de influencia o chantaje tienen ante los que deciden sobre el destino de los dineros públicos.
Hoy sabemos que el inspirador de la ocurrencia de eliminar las deducciones por compra de vivienda ha sido Pedro Pérez, antiguo progresista que bien que progresó al conseguir ser el representante del G-14, los ladrilleros potentes de España. Aun no sabemos quienes habrán inspirado lo de las ayudas a las aerolíneas que mas clientes enlaten en los aviones, ni quien de los fabricantes de coches, ninguno de capital español, habrá sido el que mas haya pujado para la obtención del dinero procedente de nuestros impuestos, pero podemos suponer que lo de bajar los impuestos a las sociedades se les ha ocurrido a estos socialistas de ahora, con lo cual se demuestra de nuevo que no hay fervor mas alto que el del converso, en este caso, en los que del socialismo han transitado al societarismo. También sabemos que el ahorro en el gasto publico, 1000 millones de euros, el 0,33 % del total, se va a producir solo en partidas de gasto social, ni militar, ni publicitario, ni protocolario.
Son estos los días en los que los medios de propaganda y aleccionamiento coinciden, por haberlo convenido, en que lo mas trascendente para el ciudadano es saber quien ha sido el ganador del debate, y lo peor es que muchos entran en tan grotesco capote cuando los zetaperistas habían determinado que su caballo había ganado el debate ya la semana pasada, y los peperianos, estando como están, -que si “matan” o no a Rajoy-, han esperado a que sea él mismo el que haya dicho “el ganador soy yo”.
Nadie quiere reparar en que al sumatorio de ocurrencias de Zp no le ha sido contrapuesto el propio del PP y que estos solo se han limitado a retrucar en cuestiones tan puntuales como secundarias. Nadie quiere resaltar la llamativa coincidencia de criterio y los consecuentes parabienes, que desde la patronal y la banca se han dedicado al paquete de medidas zapateristas. Nadie se molesta en resaltar que en ningún momento se ha contemplado una sola actuación, pasada o futura, encaminada a impedir, a evitar, a sancionar la producción de parados. Ni los sindicatos.
Algunos de los medios de aleccionamiento social resaltan la ausencia de propuestas del PP, y todos ocultan que el PP no puede plantear alternativas a las ocurrencias zapateristas por la sencilla razón de que esas ocurrencias se las ha “levantado” Zp, porque esas medidas, con algún matiz, son las de la patronal y por lo tanto son las suyas.
Como en tantas otras ocasiones, no se ha debatido sobre la nación, menos aun se ha debatido sobre los nacionales, ni que decir tiene que sobre la situación de aquellos nacionales parados o “regulados” a quienes tan mal les va, no gastan un solo segundo y que por lo tanto la nación, su nación, es la de los bancos, la de las corporaciones industriales, la de los que regentan los sectores de actividad económica con capacidad de influir y de beneficiarse de un estado del cual, en su cinismo paradojico, reniegan cuando les va bien y al cual exigen tanto amparo cuando les va mal, cuanto rechazan que ampare a otros, esos a los que hay que tener sometidos a sus intereses. Esa es su concepción de esta su nación.
Y como han conseguido todo lo que pretendían, hoy deben estar comiendo perdices, prestos a poner el fin a este su injusto cuento de la política nacional.
En tanto, sus alternantes representantes políticos, los que se dicen progresistas, están encantados de que Zp haya ganado, supuestamente, el debate mientras el socialismo, por su proceder, pierde credibilidad y respeto.
Hoy y aquí, al frente de esa nación, tenemos a un tercer hombre, un vivo muy vivo, un nuevo Harry Lime, que diciendo querer curar a niños enfermos, los está matando, ya que como el de la película, nos está vendiendo penicilina adulterada. Ha de saber, que el protagonista de la película de Carol Reed muere en las alcantarillas de Viena a manos de su amigo el incorruptible Holly Martins. Claro que…..¿quien decente hay en las cercanías de Zp que impida el contrabando ideológico y la corrupción económica de esta nuestra devastada Viena democrática?
Para qué hablar de la citara de Antón Karas cuando todo es griterío.