jueves, 31 de diciembre de 2009

FINAL DE AÑO


Lo único que no es recuperable en esta vida es el tiempo y a los efectos de la igualdad, de la solidaridad, de la justicia, de la libertad y del bienestar social, este año 2009, ha sido un año prácticamente vacío y de retrocesos.
No cabe hoy extenderse en análisis que a lo largo del año todos hemos podido hacer. Siempre he mantenido que lo importante está por llegar y que solo de lo pasado se puede aprender. Es por esto que a pesar de los deseos de felicidad que en esta época nos deseamos para los próximos 365 días, todos podemos tener por seguro que el año 2010 no será mejor que el 2009 que termina.
Del pasado reciente solo se puede proyectar hacia el futuro malestar social, paro, inseguridad económica, incremento de las desigualdades y reducción de los servicios públicos que solo unos pocos pagamos.
El impedir una mayor ruptura social como la que están fraguando es lo que ha de motivar a quienes desde los valores clásicos del socialismo democrático, con la fuerza de la historia y de la verdad, de nuestra verdad, hemos de tomar nuevo impulso para seguir luchando, para impedir la definitiva desaparición del cada vez más difuso y lejano horizonte de igualdad, justicia y libertad.
Esa ilusión, -aun sabiendo que es solo eso, una ilusión-, quiero hoy materializarla en la imagen de alguien a quien a lo largo de este año algunos hemos tratado de hacer feliz. Mi nieta Elena.
Si no por nosotros mismos, por todas/os las/os nietas/os de este país que se merecen que no nos rindamos. A todas/os ellas/os, mis mejores deseos.

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