Tiene don Luis Solana un blog al que ha denominado “Una delgada línea roja”, denominación que a los que conocemos su trayectoria, nos provoca una gruesa sorpresa ya que aunque la línea que él dibuje sea delgadísima, por ser roja, en él ese color está fuera de lugar. Si no, vean lo bien que le sienta el azul pastel y el Rolex casualmente exhibido.
Fue este don Luís un bizarro caballero que antaño, desde las alturas de la aun pública Telefónica, se caracterizo por hibernar la compañía en los mas prometedores inicios de las expansión global de las comunicaciones, y como su cerebro empresarial debe ocupar lo que esa delgadísima línea roja, llego en el paroxismo de estrujárselo a establecer las llamadas líneas eróticas, de las cuales, por entonces, las malas lenguas mantuvieron que se quedó con alguna de ellas. Ese fue el máximo logro empresarial que alcanzó.
Pues bien, hoy, apartado don Luís del quehacer político se ha subido al pulpito bloguero y parece impartir ideología liberaloide como formula que pudiera permitirle volver a pillar algún despachito oficial . Tal es su babosa adulación al zapaterismo oficial .
Y es que hoy don Luís riza el rizo con el tema de los impuestos, ya que aconseja que nadie entre a preguntarse sobre los impuestos sin antes haberlo hecho sobre los servicios que estos pagan. Y ya no se si con este planteamiento pretende salvar al zapaterismo de su debacle o, en volatín de lo mas inteligente, ayudar a hundirlo, porque si la gente se preguntase sobre qué nuevos o mejores servicios vamos a tener con el incremento de la fiscalidad que fundamentalmente los asalariados vamos a tener que soportar, quizás concluyésemos todos en hacer a don Zp una grandiosa y definitiva butifarra.
Y como más me inclino por lo primero, la bobada, que por la astucia de don Luis, aquí les dejo su sin par parto fiscal-laudatorio, para que Vds. decidan por si mismos.
“Si tuviera algo que criticar al Gobierno Zapatero eso sería que ha caído en la trampa de hablar de impuestos antes de hablar de servicios e inversiones. Como todos los balances, el de los Presupuestos tiene dos columnas, una recoge las cifras de lo que se gasta y otra columna refleja lo que se ingresa. Una columna cuenta para qué y en qué se gasta el dinero el Estado y la otra nos dice con qué recursos se afronta esas cifras de la otra columna. Lo tradicional es empezar el debate con los impuestos como tema central. Lo progresista es empezar el debate con los servicios como tema central y luego hablar de cómo se pagan esos servicios y esas inversiones.
Toda organización política conservadora pide y exige que se hable de impuestos antes de hablar de ninguna otra cosa más. Me refiero a los debates sobre los Presupuestos Generales del Estado.
No se si os dais cuenta lo cómodo que es hablar de impuestos si no se exige hablar a la vez de gastos y servicios. A mí me piden hablar sólo de impuestos y pido rápidamente que se reduzcan. Y tú. Y vosotros. Pero es una propuesta tramposa.
Los impuestos sirven para pagar unos servicios y financiar unas inversiones. Si separamos la razón de ser de los impuestos del para qué sirven, lo lógico es pedir que los impuestos sean menores: más aún, que los impuestos desaparezcan.
El Gobierno de Rodríguez Zapatero ha hecho todo esto de los Presupuestos bastante bien, pero se ha equivocado al entrar al trapo de los impuestos en vez de exigir hablar primero de gastos, servicios e inversiones.
Por ejemplo, si ahora se reducen los impuestos (como dice el PP) ¿se incrementarán el consumo y la inversión? No, se incrementará el ahorro. Es curiosos que esto no lo sepan los del PP: en el ciclo bajo de una crisis económica, una reducción de los impuestos es contraproducente, sólo aumenta el ahorro. Hay que esperar a que el ciclo empiece a cambiar hacia el lado positivo.
¿Por qué Angela Merkel ha dicho que hay que bajar los impuestos, pero hacia el año 2011? Pues porque tiene asesores lógicos: se bajan los impuestos cuando el ciclo empieza a ser positivo, nunca antes. Como ha dicho Zapatero.
Estas cosas tan sencillas me gustaría que el Gobierno y la oposición las tuvieran claras. Y luego que dijese la oposición qué gastos y qué inversiones hay que reducir. Al final todos hablaremos de impuestos, pero nunca antes”.
Finalmente, les anticipo que para compensar la patochada solanacea, antes de que acabe el día les propondré que lean algo mas divertido y a la vez serio, también respecto a los impuestos zapateriles.
Fue este don Luís un bizarro caballero que antaño, desde las alturas de la aun pública Telefónica, se caracterizo por hibernar la compañía en los mas prometedores inicios de las expansión global de las comunicaciones, y como su cerebro empresarial debe ocupar lo que esa delgadísima línea roja, llego en el paroxismo de estrujárselo a establecer las llamadas líneas eróticas, de las cuales, por entonces, las malas lenguas mantuvieron que se quedó con alguna de ellas. Ese fue el máximo logro empresarial que alcanzó.
Pues bien, hoy, apartado don Luís del quehacer político se ha subido al pulpito bloguero y parece impartir ideología liberaloide como formula que pudiera permitirle volver a pillar algún despachito oficial . Tal es su babosa adulación al zapaterismo oficial .
Y es que hoy don Luís riza el rizo con el tema de los impuestos, ya que aconseja que nadie entre a preguntarse sobre los impuestos sin antes haberlo hecho sobre los servicios que estos pagan. Y ya no se si con este planteamiento pretende salvar al zapaterismo de su debacle o, en volatín de lo mas inteligente, ayudar a hundirlo, porque si la gente se preguntase sobre qué nuevos o mejores servicios vamos a tener con el incremento de la fiscalidad que fundamentalmente los asalariados vamos a tener que soportar, quizás concluyésemos todos en hacer a don Zp una grandiosa y definitiva butifarra.
Y como más me inclino por lo primero, la bobada, que por la astucia de don Luis, aquí les dejo su sin par parto fiscal-laudatorio, para que Vds. decidan por si mismos.
“Si tuviera algo que criticar al Gobierno Zapatero eso sería que ha caído en la trampa de hablar de impuestos antes de hablar de servicios e inversiones. Como todos los balances, el de los Presupuestos tiene dos columnas, una recoge las cifras de lo que se gasta y otra columna refleja lo que se ingresa. Una columna cuenta para qué y en qué se gasta el dinero el Estado y la otra nos dice con qué recursos se afronta esas cifras de la otra columna. Lo tradicional es empezar el debate con los impuestos como tema central. Lo progresista es empezar el debate con los servicios como tema central y luego hablar de cómo se pagan esos servicios y esas inversiones.
Toda organización política conservadora pide y exige que se hable de impuestos antes de hablar de ninguna otra cosa más. Me refiero a los debates sobre los Presupuestos Generales del Estado.
No se si os dais cuenta lo cómodo que es hablar de impuestos si no se exige hablar a la vez de gastos y servicios. A mí me piden hablar sólo de impuestos y pido rápidamente que se reduzcan. Y tú. Y vosotros. Pero es una propuesta tramposa.
Los impuestos sirven para pagar unos servicios y financiar unas inversiones. Si separamos la razón de ser de los impuestos del para qué sirven, lo lógico es pedir que los impuestos sean menores: más aún, que los impuestos desaparezcan.
El Gobierno de Rodríguez Zapatero ha hecho todo esto de los Presupuestos bastante bien, pero se ha equivocado al entrar al trapo de los impuestos en vez de exigir hablar primero de gastos, servicios e inversiones.
Por ejemplo, si ahora se reducen los impuestos (como dice el PP) ¿se incrementarán el consumo y la inversión? No, se incrementará el ahorro. Es curiosos que esto no lo sepan los del PP: en el ciclo bajo de una crisis económica, una reducción de los impuestos es contraproducente, sólo aumenta el ahorro. Hay que esperar a que el ciclo empiece a cambiar hacia el lado positivo.
¿Por qué Angela Merkel ha dicho que hay que bajar los impuestos, pero hacia el año 2011? Pues porque tiene asesores lógicos: se bajan los impuestos cuando el ciclo empieza a ser positivo, nunca antes. Como ha dicho Zapatero.
Estas cosas tan sencillas me gustaría que el Gobierno y la oposición las tuvieran claras. Y luego que dijese la oposición qué gastos y qué inversiones hay que reducir. Al final todos hablaremos de impuestos, pero nunca antes”.
Finalmente, les anticipo que para compensar la patochada solanacea, antes de que acabe el día les propondré que lean algo mas divertido y a la vez serio, también respecto a los impuestos zapateriles.
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