lunes, 6 de febrero de 2012

CREDIBILIDAD 0,0

Acabó el circo del congreso y, recogidos los bártulos, los domadores se aprestan a dar de comer a sus respectivas fieras. Los unos desde la tarima de Ferraz y los otros…..recogiendo las hierbas que los primeros despreciarán.
Que si integración, que si desintegración, unidad o fractura, fortaleza o debilidad, que si apaciguamiento o confrontación, los medios han tenido un fin de semana en el que poder fabular algo más que sobre el tiempo o Mouriño.
Se han esforzado en convencernos que Rubalcaba es Felipe, que este es el socialismo fetén y el único que puede tener futuro y que por el contrario, Ibarra dixit, lo de Chacón es lo de Zp pero con faldas. Y se han quedado tan orondos.
Ni Rubalcaba es Felipe, ni la Chacón es Zp con faldas, pues uno y otra son hijastros atetados por ambos. No me cabe en la cabeza que haya alguien dentro o fuera del Psoe que no haya visto que la única confrontación real habida en el congreso sevillano ha sido la resistencia del centralismo carpetovetónico y trabucaire a la posible implantación en el poder de Ferraz del liberal-socialismo catalán.
Ni proyectos nuevos y menos aun diferenciados, ni nuevas ni viejas ideas, ni un solo mensaje hacia el exterior que fuese más allá de la demagogia de revisar el concordato cuando vuelvan al gobierno. El congreso federal del Psoe ha sido exclusivamente una lucha por el poder entre gente que se alineo en función de filias y fobias personales, de ahí los sorprendentes alineamientos habidos.
Con Chacón, los ninguneados por Zp y su entorno. López Aguilar, Barreda, Alarte, Pajín, Tomas Gómez, Zerolo, Belloch y dado el enfrentamiento con Chaves, José Antonio Griñan y con ellos la mayoría de los delegados del PSC haciendo corporativismo provinciano, que no socialismo internacionalista. En resumen casi el 50 % del partido.
Con Rubalcaba, Felipe y Guerra en “desinteresada” reconciliación, Ibarra, Pachi López, y Oscar López a los que se sumaron las divididas fracciones de delegados procedentes de federaciones más o menos irrelevantes en lo numérico.
Nadie con algún trienio de militancia en el Psoe duda sobre la importancia y transcendencia de las resoluciones congresuales, sobre los planteamientos políticos que aprobados por el congreso identifican ideológica y políticamente al Psoe. En el jamás de los jamases el Psoe ha observado y cumplido esas resoluciones, por lo que ya hace muchos años, una de las ejecutivas de González acordó no publicarlas, practicando aquello tan ilustrado de lo que no se conoce no se desea, a lo que yo añadí en su momento, ni sobre su incumplimiento se pueden pedir responsabilidades.
Así el panorama, las fotos de la nueva familia rubalcabista presenta como antes decía sorprendentes caras. Desde los niños de dios, léase Pepiño, Oscar López, maltrecho aspirante a la presidencia de Castilla-León, hasta mi nunca bien ponderada Trini, cierto que en su caso si puede aducir que en su momento fue felipista, pues siempre apoyó sus políticas horizontales, sin olvidar algún que otro lumbrera, a quienes los más enterados de Prisa auguran un futuro brillante. Me refiero al balbasista Antonio Hernando, triunfal secretario de política municipal con Zp y por ello responsable del éxito electoral de mayo pasado y a Juan Moscoso, sobrevenido diputado por Navarra tras la casual defenestración de los tres candidatos a diputados que le precedían en la lista electoral de 2004.
Y como poco mas se puede decir sobre el congreso sevillano sin entrar en dimes y diretes, todos ellos concentrados en las actividades comerciales que la noche del viernes al sábado allí hubo, queda para el tiempo inmediato analizar las reacciones que tendrán los cuatro millones de ciudadanos disidentes del Psoe sobre la credibilidad de quienes van a dirigir ese partido. Y para mi tengo que en lo tocante a credibilidad política, el Psoe, con Rubalcaba y Botín o la Chacón y Fainé, será como la cerveza San Miguel sin alcohol, 0,0.

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