miércoles, 29 de febrero de 2012

UN PSOE BORBONICO

Ni qué decir tiene que no hay, que yo sepa, un solo Borbón entre los militantes del Psoe, sin embargo y atendiendo al comportamiento de muchos de sus dirigentes, muchos son los que de tercer apellido, por aquello de respetar a los respectivos progenitores, debieran llamarse Borbón.


El artículo 56.3 de la Constitución española, esa llamada ley máxima que nada ni nadie cumple, dice que la persona del rey es inviolable y que no está sujeta a responsabilidad, algo que todos sabemos y que día tras día comprobamos que en efecto, así es. No hay quien viole ni responsabilice de algo a su majestad.
En esta misma línea, nadie en el interior del Psoe se plantea el motivo por el cual todos los dirigentes del llamado partido de los “progresistas” comparten con el actual jefe del Estado la cualidad que solo a este le confiere la Constitución, ser prácticamente inviolables y no estar sometidos a responsabilidad alguna por sus actos.
Este próximo fin de semana celebran los social-liberales madrileños el congreso regional derivado y obligado del congreso federal que hace unas semanas entronizó a Rubalcaba como su “nuevo” líder, y llegan a este congreso regional en la emulación más ridícula que puede hacerse respecto a lo ocurrido en el federal de Sevilla. Se presentan como candidatos a secretario general del Psm dos curtidos militantes con tantos “muertos” en sus respectivos armarios que de exigírseles responsabilidades políticas por sus desmanes, estos llenarían cientos de nichos de la Almudena.
Tomás Gómez es el mismo Tomás Gómez que siendo alcalde de Parla fue digitalizado por José Luis Rodríguez Zapatero, alias “el innombrable”, cuando por el resultado electoral obtenido por otro de sus pupilos, Miguel Sebastián, este fue puesto en cuestión por la ejecutiva de Simancas tras la debacle municipal de 2007. Es el mismo Tomás Gómez que tras perder la gracia del señor que le digitalizó se enfrentó a la Trini en primarias por la candidatura a la presidencia de la comunidad de Madrid.
Ese Tomás Gómez, autodenominado Invictus, regente socialista del PSM, es el que, de ser el Psoe el partido socialista, obrero y español que antaño era, hoy estaría formando parte de los casi seis millones de parados que malviven en España ya que bajo su dirección política el Psm ha pasado de contar con un millón de votos en las elecciones autonómicas de 2007 a recolectar 783 mil en 2011, logro que ha supuesto alcanzar el más bajo nivel de respaldo ciudadano en todo el periodo democrático.
En su haber también hay que anotar al menos dos éxitos electorales en el ámbito municipal, el conseguir haber dejado en su camino a más de ciento veinte mil votantes que, en el municipio de Madrid, también rechazaron al PSM en 2011.
Su “contrincanta”, Pilar Sánchez Acera, tampoco es alma pura y limpia en esto de la política, cierto que su currículo político es de menos enjundia que el de Tomás pero no por ello es menos sangrante su irresponsabilidad borboniana.
Pilar, militante de Alcobendas, es junto a su hermano una de las manos que hace ya más de cuatro años mecieron la cuna de Pepe Caballero, y con tanto ahínco lo hicieron que lo defenestraron, consiguiendo de una tacada perder el cincuenta por ciento de los votos obtenidos en 2007, pasando de tener 11 concejales y con IU detentar el gobierno de Alcobendas, a ocupar el tercer lugar de las fuerzas políticas de Alcobendas por detrás de PP y de UDyP con quienes se emparejaron a cinco concejales.
En resumen, los militantes del Psm se encaminan a un congreso en el que validarán, sea cual sea el resultado de su decantación, la irresponsabilidad de sus dirigentes políticos, pues tanto uno como otra proceden de un tiempo en el que la corrupción conceptual del socialismo democrático ha implantado como norma una forma de estar y actuar en política que está a caballo de los usos de las familias mafiosas y de los utilizados por la nobleza feudal.
Nada ni nadie va a impedir que, como ayer y pase lo que pase interna o electoralmente, todo permanezca estable en el interior de una empresa política, el Psoe, que en cualquiera de sus ámbitos territoriales, su objeto social ya no es la representación y defensa de los intereses de un concreto sector de la ciudadanía, sino la exclusiva defensa de los privilegios que el sistema otorga a los que no cuestionan la corrupción del mismo.

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