lunes, 20 de agosto de 2007

POR PRESCRIPCION MÉDICA

Por prescripción médica, y puesto que la sanidad nacional ya no es nacional, sino autonómica, me ha tocado volver de Alicante a Madrid a fin de cumplir la planificación de jeringazos de quimioterapia que para este mes de agosto tenía previsto.
Y aunque intenté que este jeringazo, - mi amigo Pedro Núñez lo llama baquetazo, ya que según él me meten la baqueta por el cañón de la escopeta, -intenté, decía, que me lo administrasen en algún hospital público de Alicante; pues ha sido que no, que los costes y las molestias administrativas han de ser muchas, de tal forma que son menores las que un paciente ha de soportar si tiene que volver a Madrid. 425Km de nada. Lo que ya dije en su momento, el sistema está para justificarse por sí mismo, no por los servicios que presta.
Pero bueno, en estas estaba, de retorno a Madrid, dándose la circunstancia de estrenar GPS, el TomTom ese, que sabe más que los ratones coloraos.
Y tanto ha sido así, que me he planteado si estas tecnologías, tan listas, son de derechas o de izquierdas.
Y digo yo que por el precio, y el coste de acceso a los suministradores de servicios de internet, tienen que ser de derechas o para ricos, pero hace ya algún tiempo hubo quien aseguró que no, que estas tecnologías iban a cambiar el mundo, a democratizarlo y a hacer el conocimiento más accesible para todos.
Pero pasado el tiempo, sucede que los más desfavorecidos no ya de África, sino de este primer mundo español, siguen sin tener acceso al conocimiento libre de la red, sin conocer los mecanismos y formas de ese conocimiento, y tan solo los más poderosos se aprovechan de la globalización y de su herramienta, estas nuevas tecnologías.
Y de muestra un botón, aún no se ha puesto en funcionamiento de manera masiva ese ordenador portátil que por menos de 100 dólares iba a facilitar el acceso de todos a las posibilidades que deparan estas herramientas y la red. Y es que yo creo que eso nos les interesa.
A lo que iba, mi TomTom ha funcionado perfectamente, y sin error alguno me ha conducido de Alicante a Madrid, avisándome cuando sobrepasaba la velocidad máxima legal, cuando había radares, e indicándome las direcciones o desviaciones que tomar.
Lo malo es que, creyendo yo en lo que antes he dicho sobre estas nuevas tecnologías, este puñetero TomTom, me ha jodido. Y me ha jodido, pero bien, ya que me ha hecho dudar de mis creencias, con lo cual he decidido que lo mejor que puedo hacer es regalárselo a Zapatero.
El puñetero aparatito, a lo largo de todo el trayecto, sin equivocarse ni una sola vez, siempre que a mí se ha dirigido, siempre, me ha dicho lo mismo, “Permanezca en la izquierda. Siga recto.”
Así que como este me ha salido rojo, se lo endoso a Zapatero. A ver si aprende.

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