lunes, 11 de enero de 2010

EL CONSEJO REGULADOR DE LA DENOMINACIÓN POLITICA

Me viene a la cabeza uno de aquellos pasajes de la biblia que, cuando el nacionalcatolicismo franquista, -no este de ahora que le regala a Rouco 6000 millones de euros al año-, nos metían a la fuerza aplicando aquello tan pedagógico de….. “la letra con sangre entra”. Me refiero al pasaje del rico Epulón, un señorito que debía ser el único "Botín" de por entonces y que pasó a los anales bíblicos por algún abuso sobre los currantes de su tiempo, abuso que comparado con los expolios a los que hoy nos someten, debió ser una fruslería.
Pues viene todo esto a cuento de que estando en la Moncloa el progresista universal y manteniendo este aquello de hacer más por los que menos tienen, pues resulta que se están afanando en reducir más aun el Estado. Ese estado que según los más rancios manuales de la progresía es imprescindible para poder ejercitar la acción redistribuidora, entre la que cabe incluir el acceso a la cultura y al ocio. Y como estos progresistas, ni eso son, han determinado que una empresa pública, de todos, RTVE, que arrastra unos déficits tan históricos como abultados, -hay quien lo cifra en más de billón y medio de las antiguas pesetas-, ha de quedarse sin publicidad, para así facilitar el engorde de las cuentas de resultados de las cadenas privadas no solo de sus amigos, sino también las de los no tan amigos, ya que con este cuantioso regalo habrán de serlo más.
No solo es escandaloso que el silencio impere entre los socialistas que aun se mantengan en el Psoe, lo que habría de colmar las tragaderas de los ciudadanos es que en pocos meses procederán a imitar a la señora Thatcher y tras vendernos lacrimógenamente que para la continuidad de la televisión de todos es necesario que todos paguemos su mantenimiento, nos impondrán un canon por cada televisor que en casa tengamos. Como si ahora no sostuviéramos la televisión pública mediante los impuestos.
Y pasando de la Biblia al condumio, se me ocurre que así como el vino de Rioja y tantos otros, el queso manchego y los miles de otros más que por aquí se dan, como los jamones y los chorizos ibéricos, como las cerezas del valle del Jerte, y como tantos y tantos productos que cuentan con su correspondiente consejo regulador de la denominación de origen, el cual vela por la autenticidad y calidad del producto que respaldan, así habría de existir un consejo regulador de la denominación política que respaldase o renegase de los partidos políticos que siendo, según sus dirigentes, de izquierda, actúan como la derecha más genuina.
Si existiese ese consejo regulador, a semejanza del Banco de España con las Cajas de Ahorro, obligaría a fusionarse al PP y al Psoe de Zp. Que derecha no debería haber más que una y a Zp lo encontraron por León.

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