sábado, 12 de febrero de 2011

TRES DE TRES

Como a tantos otros me ha llegado el eco de la intervención del Pepiño en la convención de Sevilla y en esta se puede comprobar que bajo el cielo del Psoe zapateril, nada nuevo hay. Y nada nuevo tienen aun con algunas caras nuevas que allí se hayan concitado,-que pocas son para que nada cambie-, sino por la ya acendrada capacidad de mentir que tienen todos ellos y en especial el analfabeto de Palas, que de tres cosas que ha dicho, las tres son mentira.
Pretendiendo enardecer a los que únicamente se enardecen ante sus nominas, presentes o pretendidas, afirma el de Fomento que nada hay ganado cuando, si se refiere a sus pertenencias, estas han engordado cuantiosamente en los últimos años, pudiendo, más de un notario o registrador de la propiedad material, que no intelectual, dar fe de lo que a su particular bolsillo, en forma de billetes y ladrillo, se ha adherido.
Pero si el don Pepiño se refiriese a la cosa política-electoral venidera, es tan evidente que tienen fincas electorales que no cambiaran de titularidad como que hay otras plazas que ni aun emborrachando a la mitad de sus electores conseguirían poner pica alguna en Madrid o Valencia, por citar los dos ejemplos que él mismo afirma no dar por perdidos.
La tercera mentira, que reconozco que no lo es tanto como las anteriores, se contiene en su afirmación por la que si “nuestra gente acude a votar, ganaremos”.
En este último caso la afirmación mentirosa es lo de menos, -acostumbrados como habriamos de estar a sus embustes-, ya que está por ver cuántos mas serían los votantes de esta derecha de ahora que votan Psoe y aquellos otros de la derecha de siempre que votan PP. Lo importante que se trasluce de su afirmación radica en el pronombre “nuestra”, pronombre que en el contexto de su frase evidencia el sentido patrimonialista que el ministro miope también tiene sobre su posible electorado, al cual ni tan siquiera le concede de forma hipotética la libertad de pensar por sí mismos y decantarse por la opción electoral que les pete.
Afortunadamente, y aun en el encogimiento y reducción de los espacios de derechos y libertades públicas, la ciudadanía toda y especialmente los que se sienten de izquierda, el próximo mayo les vamos a enviar un mensaje inequívoco, les vamos a decir ¡fuera!. Por más que aquellos otros que inasequibles al desaliento, -como antaño-, por lentejas metálicas o de papel se sigan declarando voluntariamente presos de su estulticia y corrupción y mantengan cerrada la puerta de su libertad, bien por el odio al de enfrente o en la espera del pago a su ciego e irrazonable seguidismo a quienes ni tan siquiera son coherentes consigo mismos y con su supuesta identidad de izquierda.

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