lunes, 19 de julio de 2010

EL MAYOR ATRACO DE GUANTE BLANCO

A punto de consumarse el segundo de los atracos de los que en poco tiempo van a acometer, -el primero fue la obligada cooperación de funcionarios y pensionistas al mejor vivir de los banqueros y el segundo la mal llamada reforma laboral-, hay que apostar por una rápida y agosteña reforma del sistema de pensiones público a fin de conseguir que en lugar de dos huelgas generales, con una ya convocada, las partes contratantes se den por satisfechas.
Hace poco más de un año, los días 26 a 29 de mayo del pasado 2009, encadené aquí cinco post titulados “El estado de las pensiones”, donde, con datos oficiales del Ministerio de Trabajo, demostraba la salud del sistema y mostraba alguna de las ya por entonces primeras opiniones contrarias a la estrategia de difundir incertidumbre sobre el mantenimiento de las pensiones y sobre el sistema de financiación de las mismas.
Transcurrido ese año de intervalo parece que se aprestan a dar la orden de fuego para que los dinamiteros de Zp procedan al derribo por etapas del sistema de protección social al tiempo que facilitan el equivalente crecimiento de los planes de pensiones bancarios.
De todos es sabido que uno de los principales objetivos de la eterna campaña contra la seguridad social era y es transferir paulatinamente ese área de negocio a manos privadas, ocultando que en ningún lugar del mundo tal atropello social ha funcionado. Lo que no es tan conocido es que en el caso español se dan unas circunstancias especialmente ofensivas para la inteligencia de los ciudadanos en general y de los trabajadores en particular. Esa circunstancia no es otra que el sistema de pensiones público lleva casi una década presentando sustanciosos superávits de los cuales algo más de un tercio de los capitales así obtenidos han sido enajenados a otras áreas de gasto público. En otras palabras se han saqueado los fondos de la Seguridad Social transfiriendo cerca de 40.000 millones de euros procedentes de salarios directos y diferidos de los trabajadores a manos del capital.
Sabido es también que en esos años de superávits del sistema se ha ido engrosando el llamado fondo de reserva de la Seguridad Social, fondo creado con la intención de que sirviera de soporte financiero en caso de que la situación económica se tornase tormentosa, como así ha sido.
Lo que no es tan conocido es que la práctica totalidad de los 64.000 millones de euros que habrían de constituir ese fondo de reserva, -exceptuados unos 10.000 millones que fueron comprometidos en 2008 y 2009, pero no aportados al fondo-, se han invertido en deuda pública, por lo que la liquidez de esas inversiones es prácticamente nula. Más claro, los administradores del fondo de reserva pueden decir que el fondo dispone de ese dinero pero esos mismos administradores no podrían utilizarlo ya que los títulos de la deuda pública tienen un determinado vencimiento y en caso de ser vendidos a terceros esto implicaría asumir una devaluación del interés asignado a cada una de las emisiones. O sea que dinero contante y sonante para los pensionistas, ahí, de ser necesario, mejor no buscarlo.
Pero volvamos al germen del negocio. Puesto que los zapateristas y sus amos los plutócratas han comprobado que la presencia sindical en el Pacto de Toledo responde simplemente a los intereses de cualquier otro pesebrista, han concluido que saltarse las normas que rigen tal Pacto es gratuito tanto para el gobierno como para los empresarios de Díaz Ferrán.
Pero lo más cruento de todo es que este gobierno de mal llamados progresistas ha acometido el penúltimo timo contra los trabajadores.
Cuando la seguridad social ha cerrado el año 2009 con un superávit cercano a los seis mil millones de euros, cuando en ese mismo año, como en los cinco anteriores, las prestaciones del sistema han descendido respecto al PIB español y respecto a la media de la UE de los 15, es en esa situación cuando se han decidido a reforzar los intereses del capital adueñándose de la totalidad de los posibles y futuros superávits a fin de reducir el déficit publico y así dar cumplimiento a las exigencias de los neocon´s europeos.
No es cuestión de echar muchos números, pero si la tendencia de los resultados económicos de la Seguridad Social se mantienen, es probable y posible que de hoy al año 2013, -límite fijado por Bruselas para alcanzar un déficit publico máximo del 3 % del PIB-, con las rebajas salariales y de las pensiones, con la ampliación de los periodos de cotización necesarios para tener derecho a una pensión de jubilación, medida que puede llegar a suponer una disminución de hasta el 28 % de determinadas pensiones, la Seguridad Social siga obteniendo unos superávits que acumulados y “debidamente invertidos”, anulen la diferencia entre el actual déficit del 11 %, -no se olvide, generado por la rebaja de los impuestos a los ricos y la deuda asumida para inyectar liquidez a los bancos y cajas-, y el deseado 3% que los burócratas de la estabilidad presupuestaria ansían.
Para estos, los burócratas neocon´s, para los plutócratas de siempre, para los defensores del “Neu Anschluss” financiero y para estos siervos de la actual “Roma del dinero” el negocio será redondo y casi gratuito.
Mientras, todos los que hemos de vivir de nuestro trabajo o del sistema de protección público que mientras estábamos activos sostuvimos con nuestras aportaciones, veremos cómo nuestra capacidad económica disminuye, como desciende la demanda interna, como nuestros hijos y nietos viven peor, como se incrementa el paro juvenil al aumentar la edad de jubilación, como, en resumen, los que debieran cobrar por hacernos más fácil y feliz la vida hacen todo lo contrario.
Son tan miopes que no atisban a entender que a pesar de que todo les indica que tienen en su poder el mango y la sartén, el pueblo, y especialmente los trabajadores, los podemos hundir si nos lo proponemos. Pero eso otro día. Cuando encuentre la forma de exponerlo sin que me puedan meter en la cárcel por ………..¡desestabilizador!.

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