jueves, 18 de agosto de 2011

EL NACIONAL-CATOLICISMO



Como los que tengan edad suficiente lo habrán padecido y los que no la tengan lo pueden leer si es que leer quieren, no voy a molestarme en dar mi versión sobre lo que es y vuelve a ser el nacionalcatolicismo español.
Por supuesto que asistí ayer a la manifestación contra el gasto público en la visita, dicen que pastoral, de Joseph Ratzinger, pero lo mas llamativo es que en ella se manifestaron no solamente las más de diez mil personas que expresamos nuestro desacuerdo con tal hecho, sino que con nosotros se manifestó uno de los aspectos más hirientes del renacido nacionalcatolicismo, esta vez zapaterista.
Permítanme unas cuantas pinceladas sobre los hechos que allí ocurrieron y que hoy son, como antaño, objeto de deformación, de mentira, y en el mejor de los casos, de ocultación por parte de toda la prensa del sistema.
En primer lugar, señalar que era una manifestación legal, autorizada por la delegada del gobierno de Madrid, una tal Lola Carrión, -a quien dedicare más adelante unas líneas-, por lo que el derecho a transitar por el itinerario marcado debía ser objeto de protección policial y de prevalencia sobre cualquiera otra circunstancia que en ese itinerario se diese. Y no fue así.
De entrada la marcha partió con un escasísimo número de efectivos policiales, no más de veinte que se limitaban a señalar a los viandantes ajenos a la manifestación las aceras como sitio por el que transitar, lo cual entra dentro de lo correcto, y así sucedió desde el arranque de la marcha en la plaza de Tirso de Molina hasta el entronque de la calle Carretas con la Puerta del Sol.
Y fue en ese punto donde por encanto, o mejor, por milagro papista, sucedió que los escasos miembros de la unidad de intervención inmediata de la Policía Nacional desaparecieron, dejando que los miles de papistas que abarrotaban la Puerta del Sol impidiesen el paso a la cabecera de la marcha, iniciándose así los primeros engallamientos verbales entre unos, los que impedían el derecho de manifestación, y otros, los que lo ejercían bajo el supuesto amparo de la ley y de sus defensores.
Desapareció la policía y durante toda una interminable hora la marcha no pudo avanzar un solo paso detenida ilegalmente bajo un sol de justicia, que mas que divina debía ser vaticana por la dureza con que se abatía sobre nosotros y la aparente suavidad con que lo hacía sobre los protegidos de dios y del gobierno.
Con ello consiguieron que parte de los manifestantes se dispersasen buscando la forma de continuar su recorrido por la calle de Alcalá hasta el cruce con Sevilla y por esta hasta la calle de la Cruz para retornar a la plaza de Benavente y de esta de nuevo a Tirso de Molina.
Mantengo que la actuación policial respondió a un premeditado plan para desbaratar una manifestación que no era del agrado del poder político zapateril, el cual no se recató en mostrar a través de sus matones a sueldo uniformados su predisposición a moler a porrazos a los que no comparten con ellos su sumisión a los dictados de una de las sectas más sangrientas de la historia de la humanidad, la iglesia católica.
Cuando debieran haber impedido la confrontación verbal y la obstaculización de la marcha legal, los robots policiales desaparecieron. Cuando la confrontación verbal decaía y los manifestantes antipapistas comenzábamos a circular evitando a los provocadores papistas, de nuevo aparecieron las fuerzas de inseguridad del estado empujando a los manifestantes a fin de habilitar espacio para los papistas, que eran los que interrumpían e impedían la manifestación, y cuando por la calle de Alcalá y Sevilla nos encaminábamos los primeros manifestantes hacia el final del recorrido, se dispusieron en evidente despliegue previo a la carga contra los que amparados por la legalidad debíamos ser objeto de protección y no de represión premeditada.
Todo el que haya tenido algo que ver con tácticas policiales en el control de masas sabe que el primer aspecto a cuidar es la amedrentación del oponente, y esta era ayer mas que evidente. Si la presencia policial era para facilitar el desarrollo de la manifestación, si era para mantener el orden y para en su caso defender a los que, repito, amparados por la ley, circulabamos por la via publica haciendo uso legitimo de su derecho a manifestarnos, su actitud demostraba todo lo contrario.
La pasma estaba atenta a los movimientos de los manifestantes, no de los papistas que impedían la marcha, los maderos ni respondían a las demandas de los más despistados manifestantes de por donde circular y hacia dónde dirigirse, y las formas en que algunos de ellos acariciaban sus pistolas y sus porras eran todo un preludio de lo que poco después sucedió a fin de dar cumplimiento a un guion previamente establecido. Moler a palos a los osados descreídos que pedíamos que nuestros impuestos no se gasten en visitas de fantoches extranjeros que pretenden condicionar no solo conciencias sino la forma de vivir y relacionarse socialmente, es decir, inmiscuirse en los asuntos políticos internos de un país al que se supone soberano.
La prensa burguesa, la indecente prensa vendida al capital internacional y a sus aliados vaticanistas presenta hoy los hechos como un disturbio causado por los manifestantes, y simple y llanamente no es cierto. La primera provocación vino de una incompetente y asalariada fanática del zapaterismo. Una militante de la Agrupación Socialista de Chamberí a la cual acudió por primera vez con panfletos a favor de Zp cuando este era candidato a secretario general del Psoe, lo cual le ha valido pasar por toda la escala digital de puestos en la Administración zapateril dejando constancia de su inutilidad, llegando por fin a desempeñar el puesto de Delegada del Gobierno a propuesta de Rubalcaba, el cual no debía ese día estar muy fino ya que si alguna delegación gubernativa ha de ser tratada con mano izquierda es la de Madrid, y con esta “mequetrefa” eso es imposible, como se ha demostrado.

La segunda provocación vino de todos aquellos papistas que en su totalitarismo metal, politico y religioso, increparon e impidieron, con el beneplacito de la policia, el normal discurrir de una actividad civica amparada en la constitución y autorizada conforme a la regulación vigente.
Como pueden comprobar todo lo de ayer, represión de la discrepancia, aplicación de la ley y de la fuerza del estado según convenga al poder, y la supeditación y pleitesía de hoy que todos los jerarcas del régimen ofrecen a un nazi protector de pederastas, prueban que el nacionalcatolicismo vuelve a las andadas pues ya controlan la libre disposición de los dineros publicos, de los bienes estatales, y como nunca en sus mas delirantes sueños de opresión poseen y/o controlan todos los medios de comunicación ayudados por sus banqueros y hasta por el mas fascista de los clubes de futbol españoles, el que dice ser real y de Madrid. Hasta ayer tan solo les faltaba la utilización de la fuerza pública en su favor, ese era el único detalle que faltaba a esta foto de lo sucedido ayer en Madrid, que si bien es foto digital y a todo color, no por esto deja de ser sosias inseparable de aquella otra, en sepia, del cardenal Gomá saludando brazo en alto junto a su Excrecencia a la salida de algún Te Deum fascista.

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