martes, 30 de agosto de 2011

LA LAPIDA DEL ZAPATERISMO

Como en el dicho del huevo y la gallina, nadie está en condiciones de asegurar qué fue primero, si la traición o la corrupción en el Psoe, pero tengo para mí que, como en la aritmética, el orden de los factores no altera el producto, sobre todo cuando la mentira es el adobo comun de ambas.
Se están dando en estos momentos unos hechos que aportan más luz a la degeneración que la vida política y la de los políticos de nomina zapaterista ya nos venía regalando desde el momento en que, allá por el 2000, las huestes de la nueva vía, -en realidad nueva derecha-, tomaron el poder en el Psoe.
Una vez más ante un hecho consumado de absoluto y total cariz derechista, el golpe de estado constitucional que consagrará la subordinación de la política al dinero y que antes o después provocará un nuevo enfrentamiento entre las "desaparecidas" clases sociales, una vez mas, todos los apesebrados diputados y senadores, del PSC o de Izquierda Socialista, todos los derrotados “barones” e ilustres ex-alcaldes, y todo aquel que en cargo electo por designación de cualquiera de los muchos sanedrines que en el Psoe engordan, todos absolutamente, están a un solo paso de cometer la penúltima traición y su correspondiente penúltima corrupción.
Unos, los menos, los que en su fuero interno saben que el golpe de estado constitucional es un autentico disparate, tanto en el contenido como en la forma, se traicionan a sí mismos y a los que dicen representar, sean ciudadanos o militantes, cuando consienten en sostener y apoyar la ruptura constitucional. Y se corrompen al hacerlo a cambio de promesas de futuros beneficios personales, sea el mantenimiento del pesebre que hoy les alimenta, sea la ensoñación de nuevos y más fructíferos destinos en uno de los muchos y oscuros alojamientos que el actual sistema político pone a disposición de las mafias de los partidos políticos.
Otros, los más, las hordas zapateristas, al votar, apoyar, sostener o defender públicamente el golpe constitucional, ni se traicionan ni se corrompen ya que desde que alcanzaron la manija que el Psoe puso a su disposición en el año 2000, desde ese mismo instante, se afanaron en poner en marcha la más elaborada traición al acerbo cultural del Psoe, a su historia y a los de los esfuerzos y sacrificios de muchos de sus militantes, pusieron en marcha la más descarada corrupción económica que nunca nadie se había atrevido a estructurar; se lanzaron, sin rubor ninguno, a conjugar y compatibilizar la acción política con los negocios que de ella se pueden derivar, engordando así patrimonios ajenos tanto cuanto ellos participaran del botín que del dinero público sus protegidos sacasen.
El resto, los militantes, los simpatizantes y los votantes, mientras tal sucedía, fluctuaban entre la fanática y estúpida defensa del “partido” y el silencio culpable, ese que se “fundamenta” en la consabida frase de “los otros son peores”.
Hoy, y mucho mas mañana, cuando voten, volveremos a comprobar cuan ruines son estos bandoleros de la política “socialista”, los que enriquecidos en su constante corrupción vuelven a aparentar oponerse al más artero ataque a los trabajadores y clases medias, pero que finalmente, convencidos por sus bolsillos, se avienen a vender otra vez mas su podrida alma al dinero o a la esperanza de alcanzarlo o mantenerlo.
A los ciudadanos de izquierda nos queda el consuelo y el poder de hacer que sean estos, y precisamente estos, los que, encaminados el 20-N a su otro valle de los caídos, el valle del desprecio y de la ignominia, comprueben cuanto rechazo ciudadano se han labrado en estos años de traición, de corrupción y mentiras.
Que si por mí fuese, la lapida con la que la historia habría de cubrir estos ocho años de indecencia política, llevaría grabado este epitafio: “Psoe 2000-2011, Mentiras, corrupción y traición. Nunca más”.

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