En solo dos de los mensajes del candidato zapaterista me voy a centrar hoy a fin de demostrar la imbecilidad que cometerán todos aquellos que al designado crean y/o, en su momento, voten, creyendo que su actual demagogia izquierdista es algo más que eso, el engañabobos al que siempre acude esta otra derecha competidora del PP.Mensaje numero uno: El recobrado impuesto sobre el patrimonio es un impuesto justo y ajustado a la necesidad de que los que más tienen, más cooperen a los ingresos del estado.
Veamos: Si hacemos caso a lo que han venido afirmando tanto el candidato como Pepiño y la Salgado, el “nuevo” impuesto sobre el patrimonio se aplicará sobre los sujetos pasivos que posean bienes por valor de más de 700.000 euros, cuando el año pasado, antes de la abolición del impuesto, la cifra del valor de los bienes y posesiones que obligaba a declarar era de 601.012,10 euros. Cien mil euritos mas exentos de tributacion de un año para otro, no está mal como pista del trato que van a otrogar a los que mas tienen.
Pues bien, volviendo a hacer caso de lo que han dicho estos representantes de lo suyo la reinstauración del impuesto sobre el patrimonio afectará a unos 190.000 sujetos pasivos y supondrá unos ingresos de unos 1200 millones de euros, por lo que aplicando las más elementales matemáticas se demuestra que el esfuerzo suplementario que harán las 190.000 personas más ricas que en esta cosa de país se destornillan cuando les hablan de impuestos pero que mediante esta recuperada limosna cooperarán, -a la fuerza ahorcan-, a que otros salgan de la crisis, será de 6315,78 euros por término medio. Es decir pagarán nada más y nada menos que un tipo medio del 0,90%. Esta, y no otra, es la valoración real, matemáticamente real que de la equidad fiscal hace el zapaterismo fiambre y su embalsamador Rubalcaba.
Mensaje numero dos: “Con la creación de una oficina de coordinación de la lucha contra el fraude declaramos la guerra al fraude”, Rubalcaba dixit.
Realidad actual: La Inspección Fiscal del Ministerio de Hacienda y su asociación profesional acaba de denunciar que solo las grandes empresas que cotizan en el Ibex-35 son responsables de un fraude que en el año 2010 evaluan en 42.000 millones de euros, denunciando asimismo que el Ministerio de Hacienda dió instrucciones para que tal investigación cesase al igual que la incoación de expedientes por fraude fiscal que no fuesen por IRPF.
Es altamente clarificador que desde el año 2005 no se publica el montante dinerario ingresado por el tesoro público imputable a actas de inspección fiscal y multas por fraude, de tal forma que de los 10000 millones descubiertos como fraude fiscal real, no estimado, en el año 2010, nada se sabe acerca de su pago y el de los correspondientes recargos y sanciones.
Del mismo modo la Inspección de Trabajo atendida por el cuerpo de inspectores de trabajo y seguridad social viene viendo torpedeada su actuación desde la correspondiente instancia política del Ministerio de Trabajo, desconociéndose cuál ha sido, desde hace muchos años, el montante económico del fraude empresarial a la seguridad social, cuanto de este ha sido reclamado en tiempo y forma antes de que tal forma de delincuencia caduque, cuanto de lo reclamado ha sido cobrado y a cuánto asciende el total de las sanciones y recargos, así como el volumen y periodificación de los aplazamientos en el pago de las deudas patronales.
Esta es la cruda realidad del fraude español con la que, durante muchos años, todos los del zapaterismo, ha convivido cómodamente Rubalcaba, y tan cómodamente la ha sobrellevado que hoy, cuando se sabe laminado por la izquierda social, no se avergüenza de pregonar justo lo contrario de lo que ha venido haciendo o defendiendo durante estos últimos ocho infectos años de derechización y venta del Psoe.
Después de tantos años de disfrute del poder y de alejamiento de sus antiguas convicciones, hoy y mañana, la historia se cebará en él, ya que pasará a ella como el que intentando mantener el poder del zapaterismo en la cúpula del partido solo atinó a prolongar una agonía sabiendo que tan solo la muerte política, total y absoluta, del zapaterismo, permitirá un lejano resurgimiento de la izquierda en España.
Pues bien, volviendo a hacer caso de lo que han dicho estos representantes de lo suyo la reinstauración del impuesto sobre el patrimonio afectará a unos 190.000 sujetos pasivos y supondrá unos ingresos de unos 1200 millones de euros, por lo que aplicando las más elementales matemáticas se demuestra que el esfuerzo suplementario que harán las 190.000 personas más ricas que en esta cosa de país se destornillan cuando les hablan de impuestos pero que mediante esta recuperada limosna cooperarán, -a la fuerza ahorcan-, a que otros salgan de la crisis, será de 6315,78 euros por término medio. Es decir pagarán nada más y nada menos que un tipo medio del 0,90%. Esta, y no otra, es la valoración real, matemáticamente real que de la equidad fiscal hace el zapaterismo fiambre y su embalsamador Rubalcaba.
Mensaje numero dos: “Con la creación de una oficina de coordinación de la lucha contra el fraude declaramos la guerra al fraude”, Rubalcaba dixit.
Realidad actual: La Inspección Fiscal del Ministerio de Hacienda y su asociación profesional acaba de denunciar que solo las grandes empresas que cotizan en el Ibex-35 son responsables de un fraude que en el año 2010 evaluan en 42.000 millones de euros, denunciando asimismo que el Ministerio de Hacienda dió instrucciones para que tal investigación cesase al igual que la incoación de expedientes por fraude fiscal que no fuesen por IRPF.
Es altamente clarificador que desde el año 2005 no se publica el montante dinerario ingresado por el tesoro público imputable a actas de inspección fiscal y multas por fraude, de tal forma que de los 10000 millones descubiertos como fraude fiscal real, no estimado, en el año 2010, nada se sabe acerca de su pago y el de los correspondientes recargos y sanciones.
Del mismo modo la Inspección de Trabajo atendida por el cuerpo de inspectores de trabajo y seguridad social viene viendo torpedeada su actuación desde la correspondiente instancia política del Ministerio de Trabajo, desconociéndose cuál ha sido, desde hace muchos años, el montante económico del fraude empresarial a la seguridad social, cuanto de este ha sido reclamado en tiempo y forma antes de que tal forma de delincuencia caduque, cuanto de lo reclamado ha sido cobrado y a cuánto asciende el total de las sanciones y recargos, así como el volumen y periodificación de los aplazamientos en el pago de las deudas patronales.
Esta es la cruda realidad del fraude español con la que, durante muchos años, todos los del zapaterismo, ha convivido cómodamente Rubalcaba, y tan cómodamente la ha sobrellevado que hoy, cuando se sabe laminado por la izquierda social, no se avergüenza de pregonar justo lo contrario de lo que ha venido haciendo o defendiendo durante estos últimos ocho infectos años de derechización y venta del Psoe.
Después de tantos años de disfrute del poder y de alejamiento de sus antiguas convicciones, hoy y mañana, la historia se cebará en él, ya que pasará a ella como el que intentando mantener el poder del zapaterismo en la cúpula del partido solo atinó a prolongar una agonía sabiendo que tan solo la muerte política, total y absoluta, del zapaterismo, permitirá un lejano resurgimiento de la izquierda en España.
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