No recuerdo quien dijo aquello de “los problemas, en democracia, se resuelven con más democracia”, pero fuese quien fuese, razón a quintales llevaba.
Hoy 6 de diciembre de 2008, a los treinta años de aprobar, también con mi voto, la Constitución Española, y dado que, como casi siempre en esta fecha, muchos se plantean la reforma constitucional, yo, humildemente quiero aportar a este debate la aplicación del anterior dicho, los problemas constitucionales se resuelven con más Constitución.
No significa lo anterior que me oponga a reformar, incluso, en algún caso, suprimir parte de esta constitución, en especial el Título VIII, pero puesto que la ley de leyes ha de ser fundamental y preferentemente la regla de juego de todos y cada uno de los componentes de una sociedad, entiendo que es fundamental incidir en la aplicación de aquellos aspectos sociales, económicos, laborales y asistenciales que la constitución establece como de obligado cumplimiento.
Por eso, me gustaría que verdaderamente los poderes públicos promoviesen las condiciones favorables para el progreso social y económico y para una distribución de la renta regional y personal más equitativa, en el marco de una política de estabilidad económica. Y que de manera especial realizaran una política orientada al pleno empleo. (art. 40.1)
Me gustaría que verdaderamente los poderes públicos fomentaran una política que garantice la formación y readaptación profesionales; que velaran por la seguridad e higiene en el trabajo y garantizaran el descanso necesario, mediante la limitación de la jornada laboral, las vacaciones periódicas retribuidas y la promoción de centros adecuados. (art. 40.2)
Me gustaría que los poderes públicos velaran por la utilización racional de todos los recursos naturales, con el fin de proteger y mejorar la calidad de la vida y defender y restaurar el medio ambiente, apoyándose en la indispensable solidaridad colectiva. (art. 45.2)
Me gustaría que todos los españoles tuvieran y ejercieran el derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Que los poderes públicos promovieran las condiciones necesarias y establecieran las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación. Y que la comunidad participara en las plusvalías que genere la acción urbanística de los entes públicos. (art. 47)
Me gustaría que de verdad los poderes públicos promovieran las condiciones para la participación libre y eficaz de la juventud en el desarrollo político, social, económico y cultural. (art. 48)
Me gustaría que los poderes públicos garantizasen, mediante pensiones adecuadas y periódicamente actualizadas, la suficiencia económica a los ciudadanos durante la tercera edad. Asimismo, y con independencia de las obligaciones familiares, que promovieran su bienestar mediante un sistema de servicios sociales que atendiera sus problemas específicos de salud, vivienda, cultura y ocio. (art. 50)
Me gustaría que los poderes públicos garantizasen la defensa de los consumidores y usuarios, protegiendo, mediante procedimientos eficaces, la seguridad, la salud y los legítimos intereses económicos de los mismos. (art. 51.1)
Me gustaría que toda la riqueza del país en sus distintas formas y sea cual fuere su titularidad estuviese subordinada al interés general y que mediante Ley se pueda reservar al sector público recursos o servicios esenciales, especialmente en caso de monopolio y asimismo acordar la intervención de empresas cuando así lo exigiere el interés general. (art. 128.1 y 2)
Me gustaría que por ley se establecieran las formas de participación de los interesados en la Seguridad Social y en la actividad de los organismos públicos cuya función afecte directamente a la calidad de la vida o al bienestar general. Del mismo modo me gustaría que los poderes públicos promoviesen eficazmente las diversas formas de participación en la empresa y fomentaran, mediante una legislación adecuada, las sociedades cooperativas. Estableciendo los medios que faciliten el acceso de los trabajadores a la propiedad de los medios de producción.( art. 129.1 y 2)
Me gustaría que los poderes públicos atendieran a la modernización y desarrollo de todos los sectores económicos y, en particular, de la agricultura, de la ganadería, de la pesca y de la artesanía, a fin de equiparar el nivel de vida de todos los españoles. (art. 130.1)
Finalmente, me gustaría que el Estado, mediante Ley, planificase la actividad económica general para atender a las necesidades colectivas, equilibrar y armonizar el desarrollo regional y sectorial y estimular el crecimiento de la renta y de la riqueza y su más justa distribución. (art.131.1)
Porque todo lo anterior es, premeditadamente, mera expresión de deseos tan bien intencionados hace treinta años como arrinconados hoy día, es por lo que antes que reformar la Constitución para que las mujeres puedan ser jefas del estado hay que reformar el sistema político español para que sencilla y llanamente los aspectos sociales, económicos, laborales y asistenciales que, en caso de cumplirse, afectarían positivamente a todos los ciudadanos españoles, empiecen a aplicarse en igualdad de condiciones para todos.
Cualquier otra cosa es interés partidario, corporativo, o dinástico, que al resto de los 44 millones de españoles, ni fu ni fa.
Tenemos una, casi, magnifica constitución que es leída y aplicada por una clase política infame, por una clase judicial condicionada, por una clase empresarial y financiera egoísta y asocial, por unos sindicatos absolutamente corrompidos, y por unos medios de comunicacion que son la voz de sus respectivos amos.
Aquí, lo que hay que reformar son otras cosas, no la Constitución.
Hoy 6 de diciembre de 2008, a los treinta años de aprobar, también con mi voto, la Constitución Española, y dado que, como casi siempre en esta fecha, muchos se plantean la reforma constitucional, yo, humildemente quiero aportar a este debate la aplicación del anterior dicho, los problemas constitucionales se resuelven con más Constitución.
No significa lo anterior que me oponga a reformar, incluso, en algún caso, suprimir parte de esta constitución, en especial el Título VIII, pero puesto que la ley de leyes ha de ser fundamental y preferentemente la regla de juego de todos y cada uno de los componentes de una sociedad, entiendo que es fundamental incidir en la aplicación de aquellos aspectos sociales, económicos, laborales y asistenciales que la constitución establece como de obligado cumplimiento.
Por eso, me gustaría que verdaderamente los poderes públicos promoviesen las condiciones favorables para el progreso social y económico y para una distribución de la renta regional y personal más equitativa, en el marco de una política de estabilidad económica. Y que de manera especial realizaran una política orientada al pleno empleo. (art. 40.1)
Me gustaría que verdaderamente los poderes públicos fomentaran una política que garantice la formación y readaptación profesionales; que velaran por la seguridad e higiene en el trabajo y garantizaran el descanso necesario, mediante la limitación de la jornada laboral, las vacaciones periódicas retribuidas y la promoción de centros adecuados. (art. 40.2)
Me gustaría que los poderes públicos velaran por la utilización racional de todos los recursos naturales, con el fin de proteger y mejorar la calidad de la vida y defender y restaurar el medio ambiente, apoyándose en la indispensable solidaridad colectiva. (art. 45.2)
Me gustaría que todos los españoles tuvieran y ejercieran el derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Que los poderes públicos promovieran las condiciones necesarias y establecieran las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación. Y que la comunidad participara en las plusvalías que genere la acción urbanística de los entes públicos. (art. 47)
Me gustaría que de verdad los poderes públicos promovieran las condiciones para la participación libre y eficaz de la juventud en el desarrollo político, social, económico y cultural. (art. 48)
Me gustaría que los poderes públicos garantizasen, mediante pensiones adecuadas y periódicamente actualizadas, la suficiencia económica a los ciudadanos durante la tercera edad. Asimismo, y con independencia de las obligaciones familiares, que promovieran su bienestar mediante un sistema de servicios sociales que atendiera sus problemas específicos de salud, vivienda, cultura y ocio. (art. 50)
Me gustaría que los poderes públicos garantizasen la defensa de los consumidores y usuarios, protegiendo, mediante procedimientos eficaces, la seguridad, la salud y los legítimos intereses económicos de los mismos. (art. 51.1)
Me gustaría que toda la riqueza del país en sus distintas formas y sea cual fuere su titularidad estuviese subordinada al interés general y que mediante Ley se pueda reservar al sector público recursos o servicios esenciales, especialmente en caso de monopolio y asimismo acordar la intervención de empresas cuando así lo exigiere el interés general. (art. 128.1 y 2)
Me gustaría que por ley se establecieran las formas de participación de los interesados en la Seguridad Social y en la actividad de los organismos públicos cuya función afecte directamente a la calidad de la vida o al bienestar general. Del mismo modo me gustaría que los poderes públicos promoviesen eficazmente las diversas formas de participación en la empresa y fomentaran, mediante una legislación adecuada, las sociedades cooperativas. Estableciendo los medios que faciliten el acceso de los trabajadores a la propiedad de los medios de producción.( art. 129.1 y 2)
Me gustaría que los poderes públicos atendieran a la modernización y desarrollo de todos los sectores económicos y, en particular, de la agricultura, de la ganadería, de la pesca y de la artesanía, a fin de equiparar el nivel de vida de todos los españoles. (art. 130.1)
Finalmente, me gustaría que el Estado, mediante Ley, planificase la actividad económica general para atender a las necesidades colectivas, equilibrar y armonizar el desarrollo regional y sectorial y estimular el crecimiento de la renta y de la riqueza y su más justa distribución. (art.131.1)
Porque todo lo anterior es, premeditadamente, mera expresión de deseos tan bien intencionados hace treinta años como arrinconados hoy día, es por lo que antes que reformar la Constitución para que las mujeres puedan ser jefas del estado hay que reformar el sistema político español para que sencilla y llanamente los aspectos sociales, económicos, laborales y asistenciales que, en caso de cumplirse, afectarían positivamente a todos los ciudadanos españoles, empiecen a aplicarse en igualdad de condiciones para todos.
Cualquier otra cosa es interés partidario, corporativo, o dinástico, que al resto de los 44 millones de españoles, ni fu ni fa.
Tenemos una, casi, magnifica constitución que es leída y aplicada por una clase política infame, por una clase judicial condicionada, por una clase empresarial y financiera egoísta y asocial, por unos sindicatos absolutamente corrompidos, y por unos medios de comunicacion que son la voz de sus respectivos amos.
Aquí, lo que hay que reformar son otras cosas, no la Constitución.
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