Hace ya casi cincuenta años que Kennedy afirmó que se puede engañar a muchos poco tiempo, o a pocos mucho tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo. Y tenía razón.
Hoy ya van quedando al descubierto y a la vista de quien quiera verlo, que la mayor de las mentiras de las últimas décadas es una nueva operación de saqueo que el sistema capitalista está aplicando a las más avanzadas democracias.
Aunque los medios de comunicación mantienen los disfraces que la ideología del dinero les impone, poco a poco va saliendo a la luz que la situación de crisis económica por la que atravesamos los países periféricos de la Unión Europea es una crisis de la banca privada, por más que se empeñen en ocultar bajo la denominación de los respectivos gentilicios la realidad del bloqueo financiero en que se han metido los especuladores bancarios españoles.
Todos estamos al cabo de la calle de oír cuanto le cuesta al estado español colocar sus emisiones de deuda, nada menos que 200 puntos básicos, 2 puntos porcentuales más de interés que lo que el estado alemán paga por obtener financiación con la emisión de bonos a diez años. Todos los medios, de forma machacona, repiten y reiteran cuan mal está la economía española, negándose a diferenciar entre la situación financiera de las cuentas públicas y la situación financiera del resto de los tomadores privados de créditos en el mercado internacional. Y vean cuan mal estamos.
El año 2009, el que finalizó hace cinco meses se cerró con un déficit presupuestario del 6 %, el anterior, 2008, finalizó con un déficit del 3 %, y las previsiones estiman que este año 2010 finalizará con un 11,2 % de déficit por lo que se espera que para final de año la deuda pública acumulada del estado español alcance el 64 % del PIB.
En esta situación es en la que, sin mayores dificultades, se está colocando deuda pública a diez años y con un interés de alrededor del 5 %. Cabe destacar a fin de relativizar la situación económica española que mientras el Euribor, el tipo de interés con el que el Banco Central Europeo presta dinero, es del 1,2 %, Alemania se ve obligada a pagar el 3,2% por sus emisiones de deuda.
Así las cosas, hay que decir bien a las claras que en contraposición a la relativa facilidad o dificultad, -como estime cada uno de Vds.-, con que los estados se financian, la banca española tiene absolutamente cerrado el grifo de su financiación en los mercados internacionales. La banca española, y especialmente las cajas de los políticos metidos a banqueros, llevan más de dos años que no captan ni un solo euro de sus colegas internacionales. Nada, cero.
Y este es el autentico problema. Dado que la banca no es capaz de amortizar la deuda que por su especulación ladrillera en el pasado contrajo, y que el mercado les niega refinanciación o ampliación de los créditos, es de toda lógica capitalista, su lógica, que antes dejan hundirse la economía local, regional y nacional, que aceptan hundirse ellos. Y si aquí quedase el problema habríamos de darnos por satisfechos, pero no. Insaciables como son han puesto en común sus intereses con el sistema del que son deudores para que este conjunto de patriotas del bolsillo presione a los gobiernos y que estos sean los que, endeudándose, los “rescaten”, consiguiendo por añadidura, que se abra de par en par, antes solo estaba entornada, la puerta a la mercantilización de la política y de la democracia.
Si un estado como España, gobernado por quienes se dicen progresistas, acepta sostener con los dineros de todos los intereses del capitalismo, aun sin esperanza alguna de que este coopere a la reactivación económica, ya que esos dineros públicos los están destinando a pagar sus deudas, los carroñeros del FMI, las trilaterales y los Bilderberg varios, han visto el cielo abierto para sus objetivos y se han tirado a la yugular de la democracia española.
Han impuesto que el estado, todos nosotros los que pagamos impuestos, hemos de seguir transfiriendo rentas del trabajo a las manos del capital, y hemos de hacerlo por dos caminos, incrementando los ingresos del estado vía impuestos, indirectos por supuesto, y vía reducción del gasto social.
Y en esas están. Han reducido salarios de los trabajadores públicos, van a reducir las pensiones, ya que una congelación con inflación al alza es una real reducción, van a limitar el gasto en dependencia, han asfixiado la cooperación internacional, van a ayudar económicamente a las empresas a despedir a trabajadores tras reducirles el coste del despido, están dando el primer paso, la facturación en la sombra, para empezar a cobrar por la atención sanitaria, y a no mucho tardar acometerán una reforma en el sistema educativo que conllevará el inicio del pago por parte de los ciudadanos.
Así los cuatro pilares del naciente estado de bienestar español han comenzado a resquebrajarse constatándose así la victoria del neoconservadurismo sobre el modelo de sociedades avanzadas y equilibradas que hasta no hace tanto Europa representaba, y así, en España, se comprueba una vez más que el nuevo socialismo ni era nuevo, ni mucho menos socialista.
Es verdad que cada día también se puede comprobar que no hay peor ciego que el que no quiere ver, ni sordo que no quiera oír.
Hoy ya van quedando al descubierto y a la vista de quien quiera verlo, que la mayor de las mentiras de las últimas décadas es una nueva operación de saqueo que el sistema capitalista está aplicando a las más avanzadas democracias.
Aunque los medios de comunicación mantienen los disfraces que la ideología del dinero les impone, poco a poco va saliendo a la luz que la situación de crisis económica por la que atravesamos los países periféricos de la Unión Europea es una crisis de la banca privada, por más que se empeñen en ocultar bajo la denominación de los respectivos gentilicios la realidad del bloqueo financiero en que se han metido los especuladores bancarios españoles.
Todos estamos al cabo de la calle de oír cuanto le cuesta al estado español colocar sus emisiones de deuda, nada menos que 200 puntos básicos, 2 puntos porcentuales más de interés que lo que el estado alemán paga por obtener financiación con la emisión de bonos a diez años. Todos los medios, de forma machacona, repiten y reiteran cuan mal está la economía española, negándose a diferenciar entre la situación financiera de las cuentas públicas y la situación financiera del resto de los tomadores privados de créditos en el mercado internacional. Y vean cuan mal estamos.
El año 2009, el que finalizó hace cinco meses se cerró con un déficit presupuestario del 6 %, el anterior, 2008, finalizó con un déficit del 3 %, y las previsiones estiman que este año 2010 finalizará con un 11,2 % de déficit por lo que se espera que para final de año la deuda pública acumulada del estado español alcance el 64 % del PIB.
En esta situación es en la que, sin mayores dificultades, se está colocando deuda pública a diez años y con un interés de alrededor del 5 %. Cabe destacar a fin de relativizar la situación económica española que mientras el Euribor, el tipo de interés con el que el Banco Central Europeo presta dinero, es del 1,2 %, Alemania se ve obligada a pagar el 3,2% por sus emisiones de deuda.
Así las cosas, hay que decir bien a las claras que en contraposición a la relativa facilidad o dificultad, -como estime cada uno de Vds.-, con que los estados se financian, la banca española tiene absolutamente cerrado el grifo de su financiación en los mercados internacionales. La banca española, y especialmente las cajas de los políticos metidos a banqueros, llevan más de dos años que no captan ni un solo euro de sus colegas internacionales. Nada, cero.
Y este es el autentico problema. Dado que la banca no es capaz de amortizar la deuda que por su especulación ladrillera en el pasado contrajo, y que el mercado les niega refinanciación o ampliación de los créditos, es de toda lógica capitalista, su lógica, que antes dejan hundirse la economía local, regional y nacional, que aceptan hundirse ellos. Y si aquí quedase el problema habríamos de darnos por satisfechos, pero no. Insaciables como son han puesto en común sus intereses con el sistema del que son deudores para que este conjunto de patriotas del bolsillo presione a los gobiernos y que estos sean los que, endeudándose, los “rescaten”, consiguiendo por añadidura, que se abra de par en par, antes solo estaba entornada, la puerta a la mercantilización de la política y de la democracia.
Si un estado como España, gobernado por quienes se dicen progresistas, acepta sostener con los dineros de todos los intereses del capitalismo, aun sin esperanza alguna de que este coopere a la reactivación económica, ya que esos dineros públicos los están destinando a pagar sus deudas, los carroñeros del FMI, las trilaterales y los Bilderberg varios, han visto el cielo abierto para sus objetivos y se han tirado a la yugular de la democracia española.
Han impuesto que el estado, todos nosotros los que pagamos impuestos, hemos de seguir transfiriendo rentas del trabajo a las manos del capital, y hemos de hacerlo por dos caminos, incrementando los ingresos del estado vía impuestos, indirectos por supuesto, y vía reducción del gasto social.
Y en esas están. Han reducido salarios de los trabajadores públicos, van a reducir las pensiones, ya que una congelación con inflación al alza es una real reducción, van a limitar el gasto en dependencia, han asfixiado la cooperación internacional, van a ayudar económicamente a las empresas a despedir a trabajadores tras reducirles el coste del despido, están dando el primer paso, la facturación en la sombra, para empezar a cobrar por la atención sanitaria, y a no mucho tardar acometerán una reforma en el sistema educativo que conllevará el inicio del pago por parte de los ciudadanos.
Así los cuatro pilares del naciente estado de bienestar español han comenzado a resquebrajarse constatándose así la victoria del neoconservadurismo sobre el modelo de sociedades avanzadas y equilibradas que hasta no hace tanto Europa representaba, y así, en España, se comprueba una vez más que el nuevo socialismo ni era nuevo, ni mucho menos socialista.
Es verdad que cada día también se puede comprobar que no hay peor ciego que el que no quiere ver, ni sordo que no quiera oír.
1 comentario:
Aplauso :-)
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