lunes, 7 de junio de 2010

PEDAGOGIA CAPITALISTA

Hay por ahí un dicho que mantiene que quien debe a un banco cien o doscientos mil euros tiene un problema, pero si alguien debe a ese banco cien millones, quien tiene el problema es el banco. Y no me negarán Vds. que el dicho es certero……pues esta es la situación de España.
El gobierno, es decir, quién legítimamente maneja el dinero de todos, - otra cosa es cómo lo maneje-, antes de la crisis ya debía un dinero, el cual tras las “ayudas” a ladrilleros y políticos metidos a banqueros ha alcanzado el equivalente al 60 % del PIB nacional, lo cual no es mucho ni es poco, sino todo lo contrario.
No es mucho ni poco si este gobierno demostrase tener capacidad suficiente como para ingresar los dineros necesarios y seguir prestando los servicios públicos establecidos y para soportar los gastos de la propia actividad política y de la administración del Estado. Si así fuese este gobierno no tendría la más mínima dificultad crediticia ante sus habituales prestamistas. Pero si este gobierno, con ese bajo nivel de deuda pública, genera las sospechas entre sus prestamistas de no ser capaz de hacer frente a sus deudas, que son las de todos, al haber renunciado a generar los ingresos necesarios para el cumplimiento de tales obligaciones, a pesar de disponer de un amplio margen fiscal tanto por la vía de tipos impositivos como por el camino de la lucha contra el fraude fiscal, lo lógico y natural, en el más benévolo de los escenarios, es que los prestamistas le suban los intereses de sus aportaciones.
Y como escenarios benévolos en temas económicos y financieros no existen, los prestamistas, los sostenedores mundiales del sistema capitalista, no se conforman con cobrar más por sus préstamos, es que ante la cobardía fiscal del gobierno han decidido imponer otras condiciones a España y a aquellos otros países en los que el liderazgo de sus respectivos gobiernos es prácticamente inexistente. Así, tanto a Grecia como a España, a Portugal y a Irlanda, de una forma brutal, caso griego, o de una forma imperativa pero no explicita, caso español y portugués, han conseguido que, en contra de sus soflamas progresistas, en contra de su tan aireada como impracticada ideología socialdemócrata, el gobierno español haya acogido sin rechazo alguno la reducción de gasto social y se disponga a acometer una reforma laboral sin el acuerdo de los que dicen representar a los trabajadores.
Si han llegado Vds. hasta aquí, no les sorprenderá la siguiente pregunta, ¿Por qué actúan de esa manera los zapateristas si en ello les va el poder? Pues para mí la respuesta está en el inicio, en el dicho que precede a todo esto. Vean.
Si el nivel de deuda pública española es el más bajo de las economías centrales de la Unión Europea, si la diferencia entre los intereses que ha de pagar el gobierno alemán por su deuda y el español por la suya es tres veces inferior al griego, ¿a qué viene tanta alarma entre los prestamistas? ¿No será que lo que alarma y preocupa a los prestamistas es la baja capacidad de la banca privada y de las grandes empresas españolas en hacer frente a sus obligaciones como deudores que son por más de 1,8 veces el PIB nacional?
Así las cosas, el gobierno ha sido señalado por los capitalistas internacionales como el menesteroso que, hipotecado por escasa cuantía y en riesgo de impago, (S&P dixit) es amenazado de desahucio, pudiéndose quedar a la postre sin piso, sin identidad política, y sin dinero, sin poder. Por el contrario, la banca privada, -esa a la que el gobierno progresista está destinando cientos de miles de millones, los que auténticamente generan incremento de la deuda pública-, es la que tiene la sartén por el mango al ser la que por la inmensidad de su deuda genera un verdadero dolor de cabeza a los prestamistas internacionales.
Por lo anterior, los colegas de los banqueros españoles, antes que apretar las clavijas a los suyos y correr el riesgo de no cobrar lo más cuantioso de lo que a unos y otros han prestado, se han decidido a imponer sus remedios a algunos paises, remedios que no solo son económicos, son también políticos.
Ya sabemos que los liberales mantienen que mientras menos Estado haya, más terreno para la acción privada hay, así que si se reduce el gasto público, si se reduce el dinero destinado a los ciudadanos acogidos al sistema de protección social, antes o después ese dinero público acabará en manos privadas que, como cínicamente mantienen, saben dar más eficacia y rentabilidad a sus inversiones.
Nadie en su sano juicio matemático aceptaría que por el hecho de pretender reducir el déficit público en año y medio en 15000 millones de euros se arreglan todos los problemas financieros del estado español, porque lo que se comienza a “arreglar”, no sé si de una sola vez, es la desaparición paulatina del estado de bienestar naciente que estábamos consiguiendo. ¿O no es prueba definitiva el que ante el riesgo de suspensión de pagos en España, pagos públicos y privados, hayan dispuesto un fondo de más de 750.000 millones de euros? No es cuestión de dinero, es más importante, es “pedagogía” capitalista.
Para ellos no es lo más importante el recuperar la seguridad de cobro de las deudas públicas que las diversas administraciones públicas han ido generando, lo auténticamente importante, lo que para los detentadores del poder mundial tiene proyección a largo plazo es constatar la victoria que se ocultaba en su aparente derrota, es comprobar en los países europeos que tradicionalmente han sido más inestables, qué reacciones ciudadanas tienen sus imposiciones y es demostrar que las pretensiones de desclasamiento económico en el plano internacional de Zp eran solo una bravuconada que, sin sólidos cimientos ideológicos, políticos y sociales, tenía tan corto recorrido como ha demostrado tener las nuevas vías del socialismo que solo a este lugar de injusticia nos han traído.
Acabaré con otro dicho popular tan certero como el primero. No hay mal que cien años dure, ni cuerpo que lo resista. Y como estos señores del dinero son muy reacios a leer y más aun si se trata de historia, pudiera que nos viésemos obligados a repetírsela, ya que no es tan distinta la situación actual de aquellas otras en las que el pueblo decidió decir basta.

1 comentario:

ElSrM dijo...

Hace poco utilizaba el mismo refrán del principio, el de los problemas dependiendo de cuánto se deba.

Buena reflexión. La recomendaré.

Cordialmente,