Dicen que de las nueve sinfonías de Beethoven las números impares son intensas y majestuosas, mientras que las pares son tranquilas y sosegadas, y tranquilo y sosegado creo estar con la nº 4. Tan tranquilo como descorazonado, tan indignado como preocupado.
Ayer, mientras aquí hacia chanzas del PSM, el mundo sufría otra demostración de la criminalidad que domina a la clase política, económica y militar israelí.
Hoy, de nuevo, se está demostrando que todas las potestades que adornan individualmente al ser humano, su natural tendencia hacia el bien, hacia la solidaridad, la generosidad, la libertad, la justicia y el bien común, desaparecen por completo cuando el veneno del poder y la excusa de la seguridad, se inocula en aquellos que pudieran tener más razones que cualquiera otros para imponer colectivamente esas virtudes individuales.
Hoy, quienes antaño sufrieron como pueblo la persecución y el genocidio mas vergonzante e injusto de la historia de la humanidad, han incorporado a su ADN el mismo virus que identificaba al nazismo hitleriano. La opresión a otro pueblo y a otra religión, el confinamiento, los guetos, la utilización de mano de obra esclava, el asesinato indiscriminado como arma de control estatal y la mentira “urbi et orbe” hacen del estado israelí, que no del pueblo, una perfecta replica del nazismo, una recuperación en el siglo XXI de lo peor del siglo XX.
No entraré en diseccionar el conjunto de hechos y de ausencias que han consolidado este proceder criminal, solo quiero dejar constancia de la repetición que la historia hoy nos brinda pues se comprueba que de nuevo la derecha mundial, los distintos poderes, se alinean con los “herederos” de la solución final.
Otro tanto quiero constatar por la vergüenza que siento como miembro de esta raza humana, ya que por mi absentismo ciudadano, por mi vergüenza de hoy y mi olvido de mañana, -y sin que estas letras sirvan de paliativo-, me siento más o menos cómplice de los asesinos.
Cuando la humanidad ha alcanzado científica y tecnológicamente un nivel de conocimiento como jamás en época pasada se disfrutó, cuando se está en plenas condiciones y con medios más que suficientes para poder combinar, en todo el mundo y de forma estable, justicia y libertad, los poderes políticos, económicos y militares, todos ellos con nombres y apellidos, se concitan para que nada cambie, para que el dominio de unos pocos sobre el inmenso resto de la humanidad no sufra alteración alguna, y así los más altos valores que debieran sobreponerse y derrotar a los instintos, desaparecen cada vez que, como hoy, los que dicen ser nuestros representantes a nivel mundial consienten en mantener, soportar y defender a quienes pretenden que se respete su derecho a existir impidiendo la existencia de los demás.
Tanto si existe uno o varios dioses como si no existen, debiera registrarse de forma indeleble en los anales de la infamia mundial las ya innumerables ocasiones en las que los dirigentes del autodenominado pueblo de dios demuestran ser seguidores del dios de los criminales y como a sus antiguos opresores, la historia los condenará al mismo vergonzante rincón.
Ayer, mientras aquí hacia chanzas del PSM, el mundo sufría otra demostración de la criminalidad que domina a la clase política, económica y militar israelí.
Hoy, de nuevo, se está demostrando que todas las potestades que adornan individualmente al ser humano, su natural tendencia hacia el bien, hacia la solidaridad, la generosidad, la libertad, la justicia y el bien común, desaparecen por completo cuando el veneno del poder y la excusa de la seguridad, se inocula en aquellos que pudieran tener más razones que cualquiera otros para imponer colectivamente esas virtudes individuales.
Hoy, quienes antaño sufrieron como pueblo la persecución y el genocidio mas vergonzante e injusto de la historia de la humanidad, han incorporado a su ADN el mismo virus que identificaba al nazismo hitleriano. La opresión a otro pueblo y a otra religión, el confinamiento, los guetos, la utilización de mano de obra esclava, el asesinato indiscriminado como arma de control estatal y la mentira “urbi et orbe” hacen del estado israelí, que no del pueblo, una perfecta replica del nazismo, una recuperación en el siglo XXI de lo peor del siglo XX.
No entraré en diseccionar el conjunto de hechos y de ausencias que han consolidado este proceder criminal, solo quiero dejar constancia de la repetición que la historia hoy nos brinda pues se comprueba que de nuevo la derecha mundial, los distintos poderes, se alinean con los “herederos” de la solución final.
Otro tanto quiero constatar por la vergüenza que siento como miembro de esta raza humana, ya que por mi absentismo ciudadano, por mi vergüenza de hoy y mi olvido de mañana, -y sin que estas letras sirvan de paliativo-, me siento más o menos cómplice de los asesinos.
Cuando la humanidad ha alcanzado científica y tecnológicamente un nivel de conocimiento como jamás en época pasada se disfrutó, cuando se está en plenas condiciones y con medios más que suficientes para poder combinar, en todo el mundo y de forma estable, justicia y libertad, los poderes políticos, económicos y militares, todos ellos con nombres y apellidos, se concitan para que nada cambie, para que el dominio de unos pocos sobre el inmenso resto de la humanidad no sufra alteración alguna, y así los más altos valores que debieran sobreponerse y derrotar a los instintos, desaparecen cada vez que, como hoy, los que dicen ser nuestros representantes a nivel mundial consienten en mantener, soportar y defender a quienes pretenden que se respete su derecho a existir impidiendo la existencia de los demás.
Tanto si existe uno o varios dioses como si no existen, debiera registrarse de forma indeleble en los anales de la infamia mundial las ya innumerables ocasiones en las que los dirigentes del autodenominado pueblo de dios demuestran ser seguidores del dios de los criminales y como a sus antiguos opresores, la historia los condenará al mismo vergonzante rincón.
P.D.: A las puertas de la noche encuentro un trabajo fotografico magnifico que deja la imagen que acompaña a mis letras al nivel que la corresponde, mero aficionado. Enlacen con la dirección que adjunto y no se sorprendan por la similitud de las situaciones que las imagenes reflejan.
http://www.slideshare.net/fsalmeria/del-gueto-de-varsovia-al-gueto-de-gaza-presentation?from=ss_embed
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