Si, ya sé que este título puede ser equivoco, pero que nadie piense que esto va temática sexual, que hoy tampoco toca.
Sí me voy a referir a la “pequeña” diferencia que hay entre las primarias de abril de 1998 y las que en cuestión de semanas se producirán en Madrid. Pero quizás sea mejor empezar por la única similitud que se da entre el entonces y el ahora.
Antaño, el candidato apoyado por el aparato de Ferraz y el dimisionario Felipe, fue Joaquín Almunia, por entonces secretario general del Psoe y ex ministro de trabajo, que aun posee el más que dudoso honor de ser a quien, en democracia, se le hizo la primera huelga general. Hoy, la candidata a la fuerza del aparato de Ferraz no es ni ha sido secretaria general de nada, solo secretaria en Ferraz y muñidora del balbasismo. Cierto que como la secta zapaterista se nutre en exclusiva de sus propios clones, hoy, para asombro de propios y extraños, la Trini está de ministra de sanidad y políticas sociales.
Y aquí se acaban las similitudes, ya que en aquellas primarias todos los militantes del Psoe sabíamos que el candidato secretario general era el candidato preferido por la derecha política del Psoe, siéndolo también para los poderes económicos y empresariales del conjunto de España.
Por el contrario, el candidato Borrell era el candidato de la izquierda del Psoe, era el candidato de los sindicatos y era el candidato que planteó un autentico programa socialdemócrata claramente diferenciado de las políticas económicas y sociales seguidas hasta entonces por el derrotado González. Fue el candidato vencedor con el 55 % de los votos emitidos por los militantes.
A las alturas que estamos, la pequeña diferencia que a mi entender distancia, al menos parcialmente, aquellas primarias de estas madrileñas, no consiste en la brillantez o su ausencia en los candidatos de entonces y los de ahora, la pequeña diferencia es que entonces, uno de los candidatos demostró que cuando se compite es porque se tienen planteamientos políticos alternativos a los oficiales y propuestas que confieren identidad política propia a quien las enuncia.
Hoy, ni el uno ni la otra tienen programas políticos diferenciados, es más, sencillamente no tienen programas ni proyecto alguno. Ni Tomas Gómez a lo largo de los tres años que lleva de secretario general del Psm, ha pretendido ser reconocido por su identidad política liberal, socialdemócrata, o cualquiera otra de las que en el Psoe “abarcalotodo” de hoy día pueden darse, ni la candidata a la fuerza puede exhibir algo con consistencia política que no sea su seguidismo interesado hacia Zp, como antaño lo fue de González.
No hay proyectos, no hay ideas, no hay, por no haber, ni capacidad de análisis de la realidad social, económica y política de Madrid, de aquí que lo que realmente están haciendo es la obligada representación de una contraposición de intereses de grupo, representación cuyo único fin es hipnotizar a los militantes haciéndoles creer que son la democracia y los que deciden, cuando el reciente pasado alecciona sobre lo que sucede cuando democráticamente no sale lo que el poder determina que tiene que salir.
Y no hay que irse hasta el año 98. Lo tenemos mucho más cercano. 25 de agosto de 2010, Alfredo Pérez Rubalcaba en declaraciones a la SER ha dicho, “si Gómez gana las primarias se convertirá en un "pasivo" y una "rémora" para el partido y para él". A buen entendedor…….
No sé quiénes serán los amigos de Tomas Gómez, tampoco sé de los negocios o intereses que pudiera tener el de Parla, sí sé que de ganar a la del mandil, -por cierto, de sabor añejo-, antes o después le sacarán relaciones peligrosas insospechadas o como a Pepe Borrell, a los Huguet y Aguiar de turno.
Sí me voy a referir a la “pequeña” diferencia que hay entre las primarias de abril de 1998 y las que en cuestión de semanas se producirán en Madrid. Pero quizás sea mejor empezar por la única similitud que se da entre el entonces y el ahora.
Antaño, el candidato apoyado por el aparato de Ferraz y el dimisionario Felipe, fue Joaquín Almunia, por entonces secretario general del Psoe y ex ministro de trabajo, que aun posee el más que dudoso honor de ser a quien, en democracia, se le hizo la primera huelga general. Hoy, la candidata a la fuerza del aparato de Ferraz no es ni ha sido secretaria general de nada, solo secretaria en Ferraz y muñidora del balbasismo. Cierto que como la secta zapaterista se nutre en exclusiva de sus propios clones, hoy, para asombro de propios y extraños, la Trini está de ministra de sanidad y políticas sociales.
Y aquí se acaban las similitudes, ya que en aquellas primarias todos los militantes del Psoe sabíamos que el candidato secretario general era el candidato preferido por la derecha política del Psoe, siéndolo también para los poderes económicos y empresariales del conjunto de España.
Por el contrario, el candidato Borrell era el candidato de la izquierda del Psoe, era el candidato de los sindicatos y era el candidato que planteó un autentico programa socialdemócrata claramente diferenciado de las políticas económicas y sociales seguidas hasta entonces por el derrotado González. Fue el candidato vencedor con el 55 % de los votos emitidos por los militantes.
A las alturas que estamos, la pequeña diferencia que a mi entender distancia, al menos parcialmente, aquellas primarias de estas madrileñas, no consiste en la brillantez o su ausencia en los candidatos de entonces y los de ahora, la pequeña diferencia es que entonces, uno de los candidatos demostró que cuando se compite es porque se tienen planteamientos políticos alternativos a los oficiales y propuestas que confieren identidad política propia a quien las enuncia.
Hoy, ni el uno ni la otra tienen programas políticos diferenciados, es más, sencillamente no tienen programas ni proyecto alguno. Ni Tomas Gómez a lo largo de los tres años que lleva de secretario general del Psm, ha pretendido ser reconocido por su identidad política liberal, socialdemócrata, o cualquiera otra de las que en el Psoe “abarcalotodo” de hoy día pueden darse, ni la candidata a la fuerza puede exhibir algo con consistencia política que no sea su seguidismo interesado hacia Zp, como antaño lo fue de González.
No hay proyectos, no hay ideas, no hay, por no haber, ni capacidad de análisis de la realidad social, económica y política de Madrid, de aquí que lo que realmente están haciendo es la obligada representación de una contraposición de intereses de grupo, representación cuyo único fin es hipnotizar a los militantes haciéndoles creer que son la democracia y los que deciden, cuando el reciente pasado alecciona sobre lo que sucede cuando democráticamente no sale lo que el poder determina que tiene que salir.
Y no hay que irse hasta el año 98. Lo tenemos mucho más cercano. 25 de agosto de 2010, Alfredo Pérez Rubalcaba en declaraciones a la SER ha dicho, “si Gómez gana las primarias se convertirá en un "pasivo" y una "rémora" para el partido y para él". A buen entendedor…….
No sé quiénes serán los amigos de Tomas Gómez, tampoco sé de los negocios o intereses que pudiera tener el de Parla, sí sé que de ganar a la del mandil, -por cierto, de sabor añejo-, antes o después le sacarán relaciones peligrosas insospechadas o como a Pepe Borrell, a los Huguet y Aguiar de turno.
P.S.: Había finalizado este post en el punto y aparte anterior, cuando he reparado en que queriendo destacar la diferencia de este proceso de primarias con el habido en el 98, la ausencia de proyectos políticos diferenciados, he acabado por resaltar más las coincidencias, que por supuesto son todas las negativas. Mala cosa….
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