martes, 17 de agosto de 2010

HAY GENTE “PA” “TÓ”.

Fue Rafael Guerra Bejarano un torero cordobés de finales del XIX, que además de por su arte es conocido por ser el autor de algunas frases lapidarias. La que encabeza estas letras es una de ellas y a buen seguro que la aplicaría hoy a muchos a la vista de situaciones tan chuscas como la de los que aún permanecen en la ejecutiva de Tomas Gómez tras haber decidido traicionarle y apoyar a la misma trepadora a la que hace ocho años se opusieron.
También pudiera haberse referido, “el Guerra”, a los que hace solo seis meses justificaban reducir las inversiones en infraestructuras a fin de disminuir el déficit público, y ahora, sin vergüenza alguna aseguran que retomar esos gastos no supone incurrir en déficit.
Para mí que algo mas fuerte diría respecto a aquellos que ayer sostenían que bajar impuestos, solo a los ricos, era de izquierdas, y hoy, sin sonrojarse lo más mínimo, afirman que subirlos, a los trabajadores, es tanto o más progresista que lo anterior.
Cuando se ha descubierto que, a instancias de los ladrilleros nacionales, encabezados por el adelantado de los negocios en política y hoy representante de su patronal, David Taguas, el mismísimo Zp iba a ser recibido en Moncloa por sus amos, estos deciden anular la audiencia, ya que pretendían que el plan del futuro “atraco” a los contribuyentes fuese tan discreto como grueso.
Hace unos días expresaba mi convicción sobre la certidumbre que tiene Zp de perder las elecciones generales. Solo han pasado unos días y no podía haber encontrado mayor y mejor dato que constatase que el presente de Zp se encamina a ese fracaso futuro que la entrada en escena del que fuera adalid de la utilización del poder político para medrar personalmente en lo económico.
Una vez que los banqueros y los cajeros han alcanzado los fines económicos resultantes de su crisis, transferencias de rentas del trabajo a sus bolsillos con la inestimable ayuda de los progresistas zapaterianos, les llegó el turno a los señores del kilovatio, quienes también con el “comisionista” Sebastián, ese que mantiene que los impuestos no están para hacer políticas redistributivas, están a punto de conseguir que les acabemos de resarcir por sus “pérdidas históricas”, (ver evolución de los beneficios de las eléctricas en la web de la bolsa española).
Y ahora, en la más lógica de las secuencias, les toca pillar a los ladrilleros, esos que han asolado el litoral español, los que cuando sus beneficios no alcanzaron los niveles a los que se habían acostumbrado han mandado al paro a más de millón y medio de trabajadores, los que han sostenido la corrupción política directamente o mediante terceros interpuestos, los que directa y despiadadamente provocan que la banca desposea a los incautos que se creyeron eso de que España era el país donde uno se podía hacer rico más fácilmente y hoy se encuentran sin trabajo y sin hogar.
Lo lejos de ayer, un actorazo gallego, Luis Tosar, uno de los pocos que no necesita adular al poder para alcanzar la más alta cota de reconocimiento por su trabajo, afirmaba que tras seis años de supuestos gobiernos socialistas no se ve el socialismo por ningún lado. Olvida Tosar otra frase del “Guerra”, dijo, “Lo que no “pue” ser, no “pue” ser y además es imposible”.
Permítanme una última anécdota del torero. En una ocasión fue presentado al entonces presidente del Consejo de Ministros, Eduardo Dato, el cual le comentó haberle conocido años atrás en San Sebastián, en plenitud de sus triunfos, entonces, dijo Dato, yo era subsecretario de gobernación, a lo que “El Guerra” respondió, “Ah, sí, ya recuerdo, por entonces era Ud. novillero”.
Hoy para cualquier “Guerra” de la política, -y que nadie piense en el Alfonso-, este Zp se ha quedado en simple puntillero al servicio del capital, y es que, como decía mi madre, de donde no hay (socialismo, en este caso), no se puede sacar.

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