lunes, 25 de febrero de 2008

EN OTRA COSA

Mientras los "lideres" representan el papel que el sistema les ha asignado, uno como talantoso presidente y otro como gallego madrileñizado, a mi, como a otros muchos, me ha llegado una carta que me ha impulsado al teclado.
Me ha escrito don José Luis Rodríguez Zapatero, y si yo fuese un ciudadano que estuviese dudando no ya si votar o no, sino si estuviese dudando a quien votar, después de leerla, ni borracho le votaría. Por muchas razones, de las cuales, la mayoría vengo aquí exponiendo pero en relación con la carta, por las que a continuación siguen.
Me dice don José Luis que el encargo mas importante que puede recibir un español es gobernar España, y esa es mi primera discrepancia. Para mi el mas importante encargo que puede recibir un español/a es, cual fue mi caso, oír a mi madre recomendarme que si a su pesar estaba en un partido político fuese siempre honrado conmigo mismo y con los demás. Ese es para mi el mayor encargo vital que uno puede recibir, lo de gobernar es el resultado de la puesta en practica de un mecanismo democrático tan formal, muy importante, como desequilibrado ya que no valen todos los votos igual, ni dentro ni fuera de los partidos.
Me dice don José Luis que solo concibió una manera honesta de cumplir con su obligación, gobernar desde los principios en los que creé. Y lo lamento pero tengo que decirle que confunde honestidad, virtud directamente relacionada con aquella parte del cuerpo que va de la cintura a los pies, con honradez, virtud consistente en mantener tanto rectitud de ánimo como integridad en el obrar. Y puesto que confunde honestidad con honradez deduzco que ni una ni otra son virtudes que le adornan.
Me dice don José Luis que ha gobernado desde los valores con los que se identifica la mayoría de la sociedad, y yo me sé de algunos "valores" que mayoritariamente o no, se practican desde su entorno, la presión, el acoso, el ventajismo político que da el poder, el aprovechamiento del poder en beneficio propio, el rápido enriquecimiento, el desprecio por el dinero publico, la utilización de este en beneficio propio, etc etc.
Me dice don José Luis que ha gobernado para todos y no estoy de acuerdo. Vd, don José Luis ha gobernado mas para los poderosos, tanto los poderosos de siempre, entre ellos la iglesia católica, como para sus nuevos poderosos, aquellos que le podían servir de soporte o rompeolas mediaticos. Vd. don José Luis no ha gobernado con la misma fuerza e interés por los jóvenes esclavizados por las hipotecas. Vd. don José Luis no ha gobernado con el mismo interés para los ladrilleros y los prestamistas que para los jóvenes titulados casi eternamente "becarios" de empresas multimillonarias.
Me dice don José Luis que entre todos hemos hecho la mejor España. Pues no, don José Luis. Se podía haber hecho la mejor de las Españas si estos cuatro años de bonanza económica los hubiese aprovechado para introducir cambios de carácter social y económico que rebajasen la dependencia económica y con esto aumentase la libertad de todos los que aun siguen siendo dependientes de una voluntad personal y en muchos casos arbitraria que se concreta en la figura de los empleadores.
Me dice don José Luis que no cambiaría esta España actual por ninguna otra. Le creo. Esta es la confesión que pone de relieve que usted ya no tiene, si es que alguna vez lo tuvo, ánimo de transformación social alguno, que su horizonte politico se ha acabado, que su ambición por seguir en el poder es de exclusivo carácter personal, no de servicio a los demás.
Me dice don José Luis a continuación que estamos a la mitad del camino. Sr. Zapatero lo estará usted. Aquellos que creemos en la justicia, en la solidaridad, en la libertad y fundamentalmente en la igualdad, desgraciadamente seguimos estando en el inicio del camino, gracias a vd. y a los suyos.
Me dice don José Luis mas cosas en su carta, pero en este punto la he roto y me he reafirmado en mi decisión. Volveré a votar al Psoe cuando cualquiera de los socialistas que en su seno quedan, sean los que lo encabecen y comiencen a recorrer el camino de la igualdad. Mientras, votaré a quienes al menos no se averguenzan de verbalizar que son de izquierda.

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