En medio de la marabunta de noticias, comentarios, idas y venidas de los “líderes mundiales” tratando de parar la debacle del sistema, el capitalista, por supuesto, provocando un alud de opiniones de los que dicen entender de economía y finanzas y de los que no, y de aquellos otros que sin entender de economía ni de finanzas, si entienden de las consecuencias que las crisis capitalistas generan siempre en los trabajadores, dos mensajes han de quedar claros en la memoria de todos los que dependemos de nuestro trabajo para comer, y si es posible progresar.
El primer mensaje que se ha de apuntar con letras bien grandes para que nadie pueda borrarlo jamás es que todos los instalados en la política mundial se apelliden como se quiera, sean republicanos o “demócratas”, laboristas o conservadores, socialdemócratas o cristiano-demócratas, comunisto-capitalistas o liberales, zapateristas o “populares”, todos, absolutamente todos sin excepción alguna han corrido a rebuscar en el último rincón de la alcancías de sus estados hasta el último euro, dólar, libra, yen, yuan o rublo de los que pudiesen disponer para en rauda y en nuestro caso, oculta y escondida acción, regalárselos a los plutócratas en problemas.
El segundo mensaje, derivada primera del anterior, es que llevan décadas y décadas diciendo que las disponibilidades de cada uno de esos estados eran escasas y limitadas para hacer frente a los problemas que azotaban, bien que en distinta cuantía, a los trabajadores de esas naciones, y mucho más exiguas, si lo que se pretendiese fuera atender al azote universal del hambre, de la enfermedad, de la insalubridad, de la educación, de las grandes diferencias que ese sistema, que tratan de salvar, genera y mantiene en el mundo.
Han demostrado que no quieren eliminar estas seculares lacras que a toda la humanidad afectan, que viven de la muerte de los más débiles, de la explotación de los trabajadores, del abuso convertido en ley allá donde ha sido necesario contar con sistemas de apariencia democrática. Han demostrado que su sentido de la rapiña les lleva a reproducir el pasaje bíblico del rico Epulón y vampirizar hasta el último euro de las arcas públicas, aquellas que solo, -sí, solo-, se abastecen de impuestos de los trabajadores, antes que poner a circular los miles de millones de euros, dólares, libras, etc. etc. que en sus arcas de paraísos fiscales mantienen.
No hay que olvidar estas enseñanzas para cuando, antes o después, estas generaciones que habitamos este planeta o las venideras, tengan, no solo la ocasión sino también el coraje, no como ahora, de aplastar para siempre a un sistema cínico, injusto, y letal.
Y como por estos pagos el esperpento es genero de larga tradición en la política, también es aconsejable remarcar y no olvidar el mensaje que se transluce en las declaraciones del ministro del paro de gobierno de Zp.
Corbacho ha dicho en unas declaraciones a “El Mundo” refiriéndose al abuso de las jubilaciones anticipadas: "Si certificamos esa cultura como la de futuro, estamos mandando un mensaje a la sociedad tremendamente malo de que aquí lo importante es que te jubilen cuanto antes, cuando el mensaje que hay que mandar es que una sociedad se construye con trabajo, dedicación, esfuerzo y sacrificio".
¡Magnifico!, mientras con unos pocos, muy pocos, -banqueros y ladrilleros-, la cultura que practican es la de los regalos multimillonarios con nuestro dinero, para posteriormente lograr su propia colocación en los sectores a los que se ha servido desde cargos públicos, -caso Taguas-, a los trabajadores, la cultura que nos quieren aplicar, y lo están haciendo, es aquella por la cual quienes tenemos que construir su sociedad somos nosotros y hemos de hacerlo con trabajo, dedicación esfuerzo y sacrificio.
Con todo el respeto a sus santas madres, estos son unos hijos de la grandisima. Claro que aquellos que sigan creyendo que estos zetaperistas son socialistas, es que les gusta eso de estar en la inopia.
El primer mensaje que se ha de apuntar con letras bien grandes para que nadie pueda borrarlo jamás es que todos los instalados en la política mundial se apelliden como se quiera, sean republicanos o “demócratas”, laboristas o conservadores, socialdemócratas o cristiano-demócratas, comunisto-capitalistas o liberales, zapateristas o “populares”, todos, absolutamente todos sin excepción alguna han corrido a rebuscar en el último rincón de la alcancías de sus estados hasta el último euro, dólar, libra, yen, yuan o rublo de los que pudiesen disponer para en rauda y en nuestro caso, oculta y escondida acción, regalárselos a los plutócratas en problemas.
El segundo mensaje, derivada primera del anterior, es que llevan décadas y décadas diciendo que las disponibilidades de cada uno de esos estados eran escasas y limitadas para hacer frente a los problemas que azotaban, bien que en distinta cuantía, a los trabajadores de esas naciones, y mucho más exiguas, si lo que se pretendiese fuera atender al azote universal del hambre, de la enfermedad, de la insalubridad, de la educación, de las grandes diferencias que ese sistema, que tratan de salvar, genera y mantiene en el mundo.
Han demostrado que no quieren eliminar estas seculares lacras que a toda la humanidad afectan, que viven de la muerte de los más débiles, de la explotación de los trabajadores, del abuso convertido en ley allá donde ha sido necesario contar con sistemas de apariencia democrática. Han demostrado que su sentido de la rapiña les lleva a reproducir el pasaje bíblico del rico Epulón y vampirizar hasta el último euro de las arcas públicas, aquellas que solo, -sí, solo-, se abastecen de impuestos de los trabajadores, antes que poner a circular los miles de millones de euros, dólares, libras, etc. etc. que en sus arcas de paraísos fiscales mantienen.
No hay que olvidar estas enseñanzas para cuando, antes o después, estas generaciones que habitamos este planeta o las venideras, tengan, no solo la ocasión sino también el coraje, no como ahora, de aplastar para siempre a un sistema cínico, injusto, y letal.
Y como por estos pagos el esperpento es genero de larga tradición en la política, también es aconsejable remarcar y no olvidar el mensaje que se transluce en las declaraciones del ministro del paro de gobierno de Zp.
Corbacho ha dicho en unas declaraciones a “El Mundo” refiriéndose al abuso de las jubilaciones anticipadas: "Si certificamos esa cultura como la de futuro, estamos mandando un mensaje a la sociedad tremendamente malo de que aquí lo importante es que te jubilen cuanto antes, cuando el mensaje que hay que mandar es que una sociedad se construye con trabajo, dedicación, esfuerzo y sacrificio".
¡Magnifico!, mientras con unos pocos, muy pocos, -banqueros y ladrilleros-, la cultura que practican es la de los regalos multimillonarios con nuestro dinero, para posteriormente lograr su propia colocación en los sectores a los que se ha servido desde cargos públicos, -caso Taguas-, a los trabajadores, la cultura que nos quieren aplicar, y lo están haciendo, es aquella por la cual quienes tenemos que construir su sociedad somos nosotros y hemos de hacerlo con trabajo, dedicación esfuerzo y sacrificio.
Con todo el respeto a sus santas madres, estos son unos hijos de la grandisima. Claro que aquellos que sigan creyendo que estos zetaperistas son socialistas, es que les gusta eso de estar en la inopia.
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