martes, 14 de octubre de 2008

A MI MODESTO ENTENDER

De todo lo que cuentan aquellos que dicen entender de esto del catacrac del capital y que mas o menos he acabado entendiendo, se puede resumir de forma simplificada en que de la pasta que ganaban los bancos se derivó la conveniencia, su conveniencia, de, en el mundo mundial, generar una demanda orientada hacia el acceso a la vivienda en propiedad para particulares y en la financiación a pequeñas y medianas empresas respaldada por lo que llaman garantías reales, la propia vivienda y los bienes de la empresa financiada.
Tal fue la acogida que en los pasados periodos de bajos intereses tuvo esa oferta, que la pelota creció de forma monstruosa, de forma que lo que antes se financiaba como mucho al 80 % del valor de mercado, en poco tiempo llego a financiarse al 100 % e incluso mas, ya que el crecimiento artificial de los precios de la vivienda era tan desbocado que la tramitación administrativa de las hipotecas hacÍa que cuando se aplicaban los créditos, estos, para entonces, eran ya inferiores a la cantidad que el tomador necesitaba.
Así la pelota inmobiliaria creció y creció hasta el punto de agotar las disponibilidades de los bancos, los cuales se pedían dinero unos a otros respaldando tales peticiones con paquetes de hipotecas con esas garantías reales, paquetes de hipotecas entre las que las había buenas, las correctamente tasadas y otorgadas a gente solvente, y las había de las llamadas hipotecas toxicas, aquellas otras hipotecas cuyo respaldo había sido sobre tasado y otorgadas a tomadores poco solventes y por ello generadores de morosidad.
Cuando la burbuja llega a su cenit y los tipos de interés comienzan a subir y al tiempo, los salarios bajan disparando la morosidad, y cuando se empieza a descubrir que unos bancos a otros y todos entre si, se han pasado mucha hipoteca, mas que toxica, letal, entonces la desconfianza se asienta en los mercados financieros y las cañerías de la financiación se secan, tanto para la vivienda, como para el consumo, como para la actividad económica productiva.
Para entonces, los gestores de esos bancos hoy escaldados, se han puesto las botas, ya que han logrado en el disfrute diario de la estallada burbuja, unos ingresos personales astronómicos, y hoy, esos mismos gestores están comprobando el acierto que sus gabinetes de prospectiva les aventuraron en su momento con gran ventura, que el sistema saldría a su rescate y se irían de rositas sin rasguño alguno, endosando el estropicio a los bolsillos de sus conciudadanos, estén estos hipotecados o no, ya que los paganos finales de las alegrías rescatadoras de todos los gestores gubernamentales vamos a ser de nuevo, y como siempre, los trabajadores.
En esta situación se les atasca la principal arteria por la que discurre la sangre del capital, el dinero, y esa arteria, la confianza de recobrar lo prestado más los intereses, se seca, afectando a la generación de riqueza que les permitiría a medio y largo plazo cerrar el círculo del retorno de lo prestado más los sustanciosos intereses. El quid de la cuestión es que los bancos tienen dinero y que salvo algunos que han de hacer frente al pago de capitales a amortizar en el corto plazo, la inmensa mayoría disponen de liquidez como para asegurar los depósitos de sus clientes y al tiempo proseguir, eso si con la cautela adecuada, su actividad prestamista, su actividad financiera.
Hoy lo llamen como lo llamen, rescate, intervención, inyección, lo que sea menos nacionalización, lo cierto es que les trae mas a cuenta pillar el dinero ajeno, el de los trabajadores a quienes los gobiernos de una forma u otra nos sacarán, que mover el suyo. Vean si no fuese así lo que hoy la prensa nos anuncia, que el banco central europeo ha subastado 98403 millones de dólares a un interés medio del 2,23 %. Si ellos lo prestan a un mínimo del 6,5 %, el negocio está clarísimo, y aprendida la lección, seguro que afinarán el lápiz antes de soltar el dinero con la alegría de antes.
En estas estamos que ya sabemos que el conjunto de los gobiernos capitalistas que en la economía pintan algo van a destinar tres billones de euros, quinientos billones de las antiguas pesetas, casi tres veces el valor de todos los bienes y servicios producidos en España en un año, un dineral nunca por nada invertido, lo van a destinar a engordar a las mas sanas y lustrosas entidades que el mundo capitalista alumbró, los bancos, unos bancos que ni uno solo ha depurado a sus gestores, ni uno solo ha reconocido su mal hacer con lo cual se va a poner en manos de los mismos pirómanos la gasolina que necesitan para seguir con su gran negocio que es incendiar en su provecho los pocos haberes del resto de los mortales.
Y como algún contrasentido parece que tiene esta medida, repito, por todos los gobiernos practicada, están surgiendo las primeras voces criticas, ya que dar dinero, salvar de la quema a quienes han sido los provocadores de tal desastre no parece lo más acertado, y más cuando, por lo que se ve, se va a aplicar sin establecer cautela alguna que, primero, produzca ingresos a los erarios públicos en la misma forma y cuantía en que ellos los obtienen cuando son ellos los que prestan, y segundo, que el dinero se va a facilitar sin establecer mecanismos de control e intervención globales que impidan actuaciones como las que han llevado a la economía mundial a esta situación.

(continuará)

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