MIEDO, MENTIRAS Y DESCONCIERTO

Desde hace meses el “run-run” de la perplejidad invade toda reunión de militantes. El desconcierto cala a todos los que, con criterio propio, observan los vaivenes del zapaterismo y ven sus mentiras y contradicciones, por más que los situados en las proximidades del poder, como dice Ibarra, les venza la cobardía del callar.
Antes, durante y después del Comité Federal, las comidillas, dicen, que coincidían. Esto está mal, pero hay que apretar las filas. Y como el mensaje zapaterista ha sido excesivo, hiperactuado, increíble, hay quien siente que esas filas, de prietas que están, pudieran reventar.
Mantener que se hace frente a los poderosos es, sencillamente, la madre de todas las mentiras de Zp, bien es cierto que ha sido de las más aplaudidas por sus adictos de nomina. ¿A cuál de los banqueros que defraudan legalmente al fisco siguiendo instrucciones del Banco de España ha contrariado Zp?, ¿A qué empresario, presidente de la CEOE le ha negado financiación bajo cuerda, mediante el ICO, llenándole los bolsillos con dineros procedentes de los impuestos de los que los pagan, los trabajadores? ¿A qué ladrillero ha limitado en el pasado en sus corruptores hechos de asolar todo el litoral español? ¿Acaso no ha favorecido el crecimiento de más de uno de ellos? ¿Acaso no ha hecho lo mismo con un nuevo grupo de medios de comunicación en los que figuran antiguos amigos y asesores?
No solo no se ha enfrentado a poderoso alguno, sino que está haciendo el juego a todos los antes citados, vertiendo tan demagógica como falsa identidad izquierdista que solo a los descerebrados engatusa.
Están al alcance de cualquiera los datos que prueban como actúa y ejerce la “confrontación” con los poderosos Zp. Solo hay que sumar los dineros que procedentes de impuestos y de cuotas de los trabajadores ha destinado al bolsillo de esos poderosos y los dineros que procedentes de los bolsillos de los trabajadores ha destinado a protegerlos ante la crisis.
Y si no fuese suficiente prueba tal cumulo de datos, de hechos, que no opiniones, habría de bastar, a los que socialistas se sientan, un botón absolutamente determinante, los encendidos elogios que su actitud viene mereciendo a los proto-golpistas de la calle Pradillo.
Jamás alguien que se diga de izquierda puede transitar por la decencia personal y política sin que, tras los elogios del encorsetado director, no tenga que agacharse recoger su propia cara, caída al más sucio suelo al que su travestismo político ya la debiera haber arrojado.
Así, sin verdad, sin decencia, sin vergüenza, con el miedo a que finalmente quede en evidencia su falsedad, miedo que parece obligar al silencio y a la cobardía de aquellos apesebrados que debieran ser los primeros en la denuncia, verán como a ese miedo le seguirá inmediatamente el desconcierto que, tras la nada que ha sido esa reunión, dominará a todos aquellos que, de dentro o de fuera, siguen sin creer en lo que les dicen, ya que día a día comprueban lo que les hacen.
Cuando haya que escribir el epitafio del zapaterismo, alguna mención habrá que hacer a la reunión del sábado pasado.