Cuando finaliza este mes de agosto y los progresistas se aprestan a retomar la nunca abandonada senda de mentiras oficiales y negocios privados con dinero público, es oportuno volver la vista atrás y recordar lo que este mes ha sido para el avance y el bienestar social de todos los españoles, avance y bienestar que el zapaterismo generosamente nos ha regalado.
Prohibieron la publicidad en las cadenas de televisión estatales condenándolas financieramente a sobrevivir de las cuotas que en un futuro próximo nos cobraran a todos al tiempo que tal medida lo único que logra, -ese era y es su objetivo-, es engordar los ingresos de sus amigos de las cadenas privadas, dándonos con esta decisión otro claro ejemplo de cómo defienden estos progresistas lo público.
Regalaron prevaricadoramente una licencia de televisión codificada y de pago a sus amigos de Mediapro, a semejanza de lo que hizo la lideresa madrileña con Jiménez Losantos y con los obispos “rouqueños”. Muestra más que elocuente de su especial concepción de cómo compaginar política y negocios.
Nadie sabe cuánto lleva gastado doña Trini en vacunas que no son vacunas, compradas a laboratorios que si lo son; esos que a médicos corruptos, por emitir recetas de tal o cual fármaco, les regalan viajes, enciclopedias y “atenciones” tales que lo de los trajes del amiguito del alma es una risa a su lado.
Se lanzaron al “precipicio izquierdista” de “proteger” con 421,79 euros al mes durante seis meses a aquellos trabajadores que agotasen las prestaciones a partir del 1 de agosto y han conseguido que sus requisitos y condiciones las cumplan a 31 de agosto no más de cinco mil parados. Lo que se dice un exitazo.
Y finalmente y de forma nada casual, cuando tras haber comprometido la increíble, desorbitada y apabullante cifra 345 millones de euros para mal proteger a los parados, nos comunican que se ven en la necesidad de subir los impuestos.
Y como en este país los impuestos solo los pagan los trabajadores y los consumidores, diga lo que diga Zp, Pepiño o la madre, muy señora mía, que los parió, va a resultar que los regalos a ladrilleros y a banqueros, esos cientos de miles de millones de euros que son los que realmente han producido el déficit público, no el gasto en desempleo que tiene sus ingresos propios, los vamos a pagar los de siempre. ¿O es creíble que vayan a sacarles los dineros a aquellos a los que el banco de España les indica como presentar sus cuentas tuneadas y así defraudar a la hacienda pública?.
Mientras, doña Leire, -la hija de esa señora que en Benidorm quiere pillar cacho aliándose con un tránsfuga-, a semejanza de los casi cinco mil trabajadores que han agotado este mes de agosto sus prestaciones por desempleo y así habrán empezado a cobrar durante seis meses los ya citados 421,79 euros, ella, una “parada” más, se está embolsando ya y durante dos años, más de cuatro mil euros al mes por haber cesado como secretaria de estado de cooperación internacional, dando así ejemplo solidario acerca de lo que el zapaterismo entiende como igualdad ante la ley.
Conclusión: Que la vuelta a la “normalidad” viene calentita y tela va haber pero que mucha por cortar, ya que hasta la izquierda verdadera (¿?) está ocupada en explicarle al monarca como llegar a la tercera república, que es lo que realmente interesa y preocupa a los trabajadores. ¡Manda “trillos”!
Prohibieron la publicidad en las cadenas de televisión estatales condenándolas financieramente a sobrevivir de las cuotas que en un futuro próximo nos cobraran a todos al tiempo que tal medida lo único que logra, -ese era y es su objetivo-, es engordar los ingresos de sus amigos de las cadenas privadas, dándonos con esta decisión otro claro ejemplo de cómo defienden estos progresistas lo público.
Regalaron prevaricadoramente una licencia de televisión codificada y de pago a sus amigos de Mediapro, a semejanza de lo que hizo la lideresa madrileña con Jiménez Losantos y con los obispos “rouqueños”. Muestra más que elocuente de su especial concepción de cómo compaginar política y negocios.
Nadie sabe cuánto lleva gastado doña Trini en vacunas que no son vacunas, compradas a laboratorios que si lo son; esos que a médicos corruptos, por emitir recetas de tal o cual fármaco, les regalan viajes, enciclopedias y “atenciones” tales que lo de los trajes del amiguito del alma es una risa a su lado.
Se lanzaron al “precipicio izquierdista” de “proteger” con 421,79 euros al mes durante seis meses a aquellos trabajadores que agotasen las prestaciones a partir del 1 de agosto y han conseguido que sus requisitos y condiciones las cumplan a 31 de agosto no más de cinco mil parados. Lo que se dice un exitazo.
Y finalmente y de forma nada casual, cuando tras haber comprometido la increíble, desorbitada y apabullante cifra 345 millones de euros para mal proteger a los parados, nos comunican que se ven en la necesidad de subir los impuestos.
Y como en este país los impuestos solo los pagan los trabajadores y los consumidores, diga lo que diga Zp, Pepiño o la madre, muy señora mía, que los parió, va a resultar que los regalos a ladrilleros y a banqueros, esos cientos de miles de millones de euros que son los que realmente han producido el déficit público, no el gasto en desempleo que tiene sus ingresos propios, los vamos a pagar los de siempre. ¿O es creíble que vayan a sacarles los dineros a aquellos a los que el banco de España les indica como presentar sus cuentas tuneadas y así defraudar a la hacienda pública?.
Mientras, doña Leire, -la hija de esa señora que en Benidorm quiere pillar cacho aliándose con un tránsfuga-, a semejanza de los casi cinco mil trabajadores que han agotado este mes de agosto sus prestaciones por desempleo y así habrán empezado a cobrar durante seis meses los ya citados 421,79 euros, ella, una “parada” más, se está embolsando ya y durante dos años, más de cuatro mil euros al mes por haber cesado como secretaria de estado de cooperación internacional, dando así ejemplo solidario acerca de lo que el zapaterismo entiende como igualdad ante la ley.
Conclusión: Que la vuelta a la “normalidad” viene calentita y tela va haber pero que mucha por cortar, ya que hasta la izquierda verdadera (¿?) está ocupada en explicarle al monarca como llegar a la tercera república, que es lo que realmente interesa y preocupa a los trabajadores. ¡Manda “trillos”!
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