Siempre he mantenido que en todo colectivo, y más si es amplio como el de los militantes de un partido político, hay de todo. Gente maja, comprometida con sus valores, despegada de sus intereses, y entregada al ideal de la acción política como medio para avanzar hacia el bienestar social, en resumen buena gente. Y en el extremo opuesto gente sin escrúpulos, marxistas sector Groucho, que cambian de principios atendiendo a las posibles fluctuaciones de sus cuentas corrientes, gente, los más, que llegan a vivir de la política de forma casi indefinida con solo rendir constantes alabanzas a aquel que “dedocraticamente” los pone donde algo puedan reportarle.
Hemos tenido estos días una de las mas irrefutables pruebas de la desvergüenza que guía el actuar de muchos de los que en política se aposentan y deciden que cualquier actuación es buena si beneficios personales aporta
El caso de ese innombrable vicesecretario provincial orensano del PS de Galicia que, ni corto ni perezoso, a los pocos días de ser elegido para ese cargo en el correspondiente congreso, se ha visto deslumbrado por el “maravilloso” proyecto del cacique del PP orensano y en volatin político-circense pasa de la “socialdemocracia zapateriaza” a la cazurrería de los de la boina derechosa sin que se le mueva un pelo. Bien es cierto que si el desvergonzado se encontraba a gusto en el PSOE gallego, pues contaban con él y aun así, contento, satisfecho y deslumbrado se pasa, no se si con armas, pero seguro que con abundante y vacío bagaje a llenar, al PP, poca o ninguna diferencia debe haber hallado este saltimbanqui entre los dos partidos.
De otra parte, y abundando en los parecidos, - y nada de mera coincidencia-, si la actuación del PP valenciano respecto a la exposición de fotografías que les retrataban tal cual son, se ha calificado de vergonzosa censura política, ¿Cómo cabe calificar el veto del ministerio de Medio Ambiente, y etc, etc, a la emisión en TVE o la opción de podar unos minutos de un documental que documenta, (y perdón por la redundancia), la corrupción ladrillera en el litoral español.
A pesar de los pesares, yo sigo pensando que, para mal, España sigue siendo diferente, pero aun con alguna esperanza de que la situación cambie, tengo por cierto que Psoé y Pepé, hoy por hoy, son pero que muy parecidos.
Hemos tenido estos días una de las mas irrefutables pruebas de la desvergüenza que guía el actuar de muchos de los que en política se aposentan y deciden que cualquier actuación es buena si beneficios personales aporta
El caso de ese innombrable vicesecretario provincial orensano del PS de Galicia que, ni corto ni perezoso, a los pocos días de ser elegido para ese cargo en el correspondiente congreso, se ha visto deslumbrado por el “maravilloso” proyecto del cacique del PP orensano y en volatin político-circense pasa de la “socialdemocracia zapateriaza” a la cazurrería de los de la boina derechosa sin que se le mueva un pelo. Bien es cierto que si el desvergonzado se encontraba a gusto en el PSOE gallego, pues contaban con él y aun así, contento, satisfecho y deslumbrado se pasa, no se si con armas, pero seguro que con abundante y vacío bagaje a llenar, al PP, poca o ninguna diferencia debe haber hallado este saltimbanqui entre los dos partidos.
De otra parte, y abundando en los parecidos, - y nada de mera coincidencia-, si la actuación del PP valenciano respecto a la exposición de fotografías que les retrataban tal cual son, se ha calificado de vergonzosa censura política, ¿Cómo cabe calificar el veto del ministerio de Medio Ambiente, y etc, etc, a la emisión en TVE o la opción de podar unos minutos de un documental que documenta, (y perdón por la redundancia), la corrupción ladrillera en el litoral español.
A pesar de los pesares, yo sigo pensando que, para mal, España sigue siendo diferente, pero aun con alguna esperanza de que la situación cambie, tengo por cierto que Psoé y Pepé, hoy por hoy, son pero que muy parecidos.
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