lunes, 8 de marzo de 2010

POCO, O NADA, QUE CELEBRAR

Según el Instituto Nacional de Estadística mediante su Encuesta de población activa correspondiente al cuarto trimestre de 2009 pone en nuestro conocimiento que:
1º.- Que la acción despedidora del empresariado español se tradujo en que 310.800 mujeres más hayan engrosado las listas del desempleo durante 2009.
2º.- Que de los 2.470.700 ocupados a tiempo parcial, 1.917.800 eran mujeres, lo cual representa el 77,62 %, evidencia contundente sobre quienes soportan mayoritariamente la inseguridad y la precariedad laboral.
3º.- Que mientras el índice de ocupación entre los hombres es del 66,4 %, el de las mujeres es de solo el 53 %.
4º.- Que mientras la tasa de paro entre los hombres era a 31 de diciembre del 18,64 %, la correspondiente a las mujeres era del 19,07 %.
Y 5º.- Que la diferencia salarial de genero, a igualdad de trabajo, se ha incrementado en ese año 2009 en el 8,66%, ya que de soportar una diferencia del 25,4 % en 2008, hemos pasado a que las mujeres trabajadoras hayan tenido que soportar unos ingresos inferiores en el 27,6 % respecto a lo cobrado por los hombres a igual trabajo.

Claro que ninguna de estas ofensivas desigualdades afecta a todas aquellas y aquellos instalados confortablemente en la propaganda y el dinero del igualitarismo zapaterista. Son todas/os esos que tras años de propaganda no consiguen alcanzar el mas mínimo soporte real, sea económico, laboral o asistencial, que permita adivinar cambio social alguno en las condiciones de la mujer trabajadora en España, esos que con total desfachatez siguen cacareando lo contrario de forma incesante. Mientras, cada día es mas evidente que solo ellas/os obtienen huevos de su falso proceder.
Y es que no puede suceder otra cosa cuando a la igualdad se le posponen calificativos o sustantivos varios. Cuando a la igualdad se la moteja de cualquier forma deja de ser ese concepto global que vino identificando el horizonte hacia el que pretendían caminar los hombres y las mujeres de izquierda, pasando a convertirse en otro espacio de negocio más o menos privado.
En resumen, zapaterismo. Propaganda, mentiras y negocios privados con dinero publico.

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