Cuando la televisión pública nos regala, en horario estelar, nada menos que toda una hora con sus periodistas estrella entrevistando al presidente estrellado, no cabe esperar de este, dada la situación y los antecedentes, otra cosa que disculpas y propaganda.
Sin embargo hay quien se ha sorprendido de la falta de fuste político del entrevistado, y así, “El País” titula hoy su editorial “Oportunidad Perdida” cuando, si fuesen coherentes con sus planteamientos políticos y económicos, los de Miguel Yuste debieran haberlo titulado…”Pero, ¿en qué manos estamos?”
Sin entrar en las propuestas que el diario respalda como soluciones a la crisis económica, soluciones que no comparto, sí suscribo, en cambio, los retazos que de su editorial siguen:
“La concreción y pertinencia de los asuntos suscitados por los entrevistadores acabaron por poner en evidencia un discurso del presidente genérico y rutinario, que daba la impresión de querer ocultar tras largas parrafadas la falta de congruencia entre las respuestas y las preguntas”.
“Pero lo que sobre todo faltó fue una visión política que jerarquizara las prioridades en un discurso claro”.
“Dio la impresión de no querer ser portavoz de una visión más realista pero desagradable, y prefirió buscar una identificación sentimental con los que sufren los efectos de la crisis”.
Cuando un editorial de este calibre está respaldado por el que ha venido siendo periódico de cabecera y escudo mediático del zapaterismo hasta el momento en que la “infidelidad roureriana” produjo el divorcio aparente que hoy, ambas partes, soportan, es que los puentes se han roto.
Hasta aquí nada nuevo respecto a las relaciones entre esos dos centros de poder, lo novedoso es que, acuciado el de la Moncloa por el poder económico nacional que le exige actuar y rápido en el sentido de favorecer sus intereses, y del otro lado, aparentemente resueltas las dificultades económicas de Prisa, estos se han decantado abierta y, quizás, definitivamente en contra de este régimen que ni chicha ni “limoná” ya que es mas que evidente que es un régimen que apunta medidas en la dirección que les exigen los poderosos pero que no se atreve a implantarlas con contundencia exigida, ya que ventean los zapateristas la reacción adversa de aquellos a los que hasta hace poco decían que harían más por los que menos tienen.
Entre tanta divagación zapateriana sucede que el empleo que se iba a empezar a recuperar en el segundo semestre parece que se retrasará hasta el año que viene o así; que ahora caen en la cuenta que lo de quitar el impuesto sobre el patrimonio fue un error y al parecer imposible de rectificar; que también ahora aceptan que la subida del IVA prevista para junio incidirá negativamente en los precios, y por no hacer eterno el relato de las ocurrencias zapaterianas, se les ha ocurrido que hay que solucionar la crisis luchando contra el fraude fiscal, y se han marcado como objetivo el recaudar mil millones de euros mas de la bolsa de fraude que segun ellos se da en el IRPF, pero por supuesto nada de rebuscar en los oceanos de fraude y economia sumergida que evidencia el impuesto de sociedades o en las sicavs.
En resumidas cuentas, están perdidos, están desconcertados, están asustados y, con perdón, están con el culo al aire, ya que tras dos años y medio de soportar el incremento del malestar social que genera el convivir con cinco millones de parados, el líder de la conjunción planetaria nos acaba de demostrar que ni sabe, ni contesta.
Sin embargo hay quien se ha sorprendido de la falta de fuste político del entrevistado, y así, “El País” titula hoy su editorial “Oportunidad Perdida” cuando, si fuesen coherentes con sus planteamientos políticos y económicos, los de Miguel Yuste debieran haberlo titulado…”Pero, ¿en qué manos estamos?”
Sin entrar en las propuestas que el diario respalda como soluciones a la crisis económica, soluciones que no comparto, sí suscribo, en cambio, los retazos que de su editorial siguen:
“La concreción y pertinencia de los asuntos suscitados por los entrevistadores acabaron por poner en evidencia un discurso del presidente genérico y rutinario, que daba la impresión de querer ocultar tras largas parrafadas la falta de congruencia entre las respuestas y las preguntas”.
“Pero lo que sobre todo faltó fue una visión política que jerarquizara las prioridades en un discurso claro”.
“Dio la impresión de no querer ser portavoz de una visión más realista pero desagradable, y prefirió buscar una identificación sentimental con los que sufren los efectos de la crisis”.
Cuando un editorial de este calibre está respaldado por el que ha venido siendo periódico de cabecera y escudo mediático del zapaterismo hasta el momento en que la “infidelidad roureriana” produjo el divorcio aparente que hoy, ambas partes, soportan, es que los puentes se han roto.
Hasta aquí nada nuevo respecto a las relaciones entre esos dos centros de poder, lo novedoso es que, acuciado el de la Moncloa por el poder económico nacional que le exige actuar y rápido en el sentido de favorecer sus intereses, y del otro lado, aparentemente resueltas las dificultades económicas de Prisa, estos se han decantado abierta y, quizás, definitivamente en contra de este régimen que ni chicha ni “limoná” ya que es mas que evidente que es un régimen que apunta medidas en la dirección que les exigen los poderosos pero que no se atreve a implantarlas con contundencia exigida, ya que ventean los zapateristas la reacción adversa de aquellos a los que hasta hace poco decían que harían más por los que menos tienen.
Entre tanta divagación zapateriana sucede que el empleo que se iba a empezar a recuperar en el segundo semestre parece que se retrasará hasta el año que viene o así; que ahora caen en la cuenta que lo de quitar el impuesto sobre el patrimonio fue un error y al parecer imposible de rectificar; que también ahora aceptan que la subida del IVA prevista para junio incidirá negativamente en los precios, y por no hacer eterno el relato de las ocurrencias zapaterianas, se les ha ocurrido que hay que solucionar la crisis luchando contra el fraude fiscal, y se han marcado como objetivo el recaudar mil millones de euros mas de la bolsa de fraude que segun ellos se da en el IRPF, pero por supuesto nada de rebuscar en los oceanos de fraude y economia sumergida que evidencia el impuesto de sociedades o en las sicavs.
En resumidas cuentas, están perdidos, están desconcertados, están asustados y, con perdón, están con el culo al aire, ya que tras dos años y medio de soportar el incremento del malestar social que genera el convivir con cinco millones de parados, el líder de la conjunción planetaria nos acaba de demostrar que ni sabe, ni contesta.
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