viernes, 9 de abril de 2010

CARTA (ingenua) A RAFA SIMANCAS (I)

Querido Rafa: desde mi más irracional cariño a tu persona, desde la total coincidencia con el fallido proyecto socialdemócrata que antaño representaste, y desde la distancia, respetuosa pero discrepante, a tu actual y estimo que obligado, zapaterismo, me permito hacer pública esta serie de desacuerdos con el último post que has subido a tu blog.
Ya en el primer párrafo de lo que titulas “Gurtel no solo daña al PP”, partes de una consideración con la que no coincido a pesar de ser cierto lo que afirmas, “Gurtel es el episodio de corrupción mas grave de nuestra democracia”. Estimo, Rafa, que solo entender la corrupción tal y como el diccionario de la RAE la define en su cuarta acepción,…“en las organizaciones, especialmente en las públicas, práctica consistente en la utilización de las funciones y medios de aquellas en provecho, económico o de otra índole, de sus gestores” es aplicar una visión limitadísima a uno de los mayores problemas que afectan a la clase política española y por lo tanto a todo el sistema democrático de representación política.
Entiendo además, que a la anterior definición ha de precederla, al igual que en el diccionario, la tercera acepción que los académicos respaldan, y así habríamos de entender que la corrupción material no sería posible sin que previamente se hubiese extendido la práctica definida en esa tercera acepción, aquella que mantiene que ese otro tipo de corrupción, para mi más trascendente, por ser mas profunda, por ser disgregadora de principios éticos que toda sociedad ha de mantener, es la que consiste en la practica de…“Vicio o abuso introducido en las cosas no materiales”.
No se te ocultará, Rafa, que desde hace tantos años como años va teniendo esta democracia española, los partidos políticos han derivado lenta pero incansablemente hacia el cesarismo, tanto, cuanto la democracia interna ha disminuido, y tanto, cuanto las identidades políticas se han diluido a favor de los supuestos amplios espectros políticos que, a decir de interesados “expertos”, dan y quitan victorias electorales. Por eso, para mi, la primera corrupción del sistema, la que en cascada arrastró a las que en el tiempo la siguieron, fue la consciente, premeditada y paulatina traición a la identidad histórica que los partidos de izquierda habían tenido.
Tu, mejor que muchos otros, conoces, Rafa, el vicio y abuso introducido en las practicas internas y externas de los partidos y más en concreto en el que a ti de una forma directa y a mi de forma ya distante, nos interesa.
Desde que el cesarismo inicio su andadura, los ciudadanos militantes comenzaron a perder el legitimo y obligado derecho constitucional de decidir democráticamente la orientación política de los partidos, las estrategias, los tiempos, las alianzas y la representación que ante los ciudadanos y las instituciones el partido respaldaba. Ya me dirás si esta jibarizacion de la democracia interna, que no estanca, no es una corrupción derivada del vicio y abuso de las cúspides partidarias.
A fin de no hacer un relato exhaustivo de todo el devenir de practicas de vicios y abusos introducidos en las cosas no materiales de la politica, -democracia, participación, transparencia, igualdad, acceso a la información, rendición de cuentas, métodos de selección de personal, y tantos otros etcéteras que componen el cuerpo inmaterial de la medula democrática del sistema de representación ciudadana a través de los partidos políticos, déjame que te pregunte sobre lo que para mi son dos claros ejemplos de corrupción inmaterial, la que a mi entender ha sostenido y facilitado la extensión y profundización de la corrupción material y con ellas la, no se si definitiva, descalificación ética de la clase política española.
¿Consideras Rafa, o no, que es un comportamiento corrupto el incumplimiento de las leyes internas de los partidos, cual pudiera ser el caso de las designaciones para ocupar puestos o cargos atribuidos al partido sin que se cumplan los principios de difusión, información e igualdad en las oportunidades para todos los militantes, y la posterior selección por criterios de mérito y capacidad, tal y como recogen los estatutos federales del PSOE?
Si como estoy convencido, ambos coincidimos en valorar en su máximo grado principios y valores como la igualdad, la verdad y hacemos de la lealtad un compromiso libremente asumido, no hacia personas sino hacia la coherencia y correspondencia entre valores y practica política, dime si no habrían de ser tachados de corruptos, como los “gurtelianos”, aquellos que diciendo hacer más por los que menos tienen, se han rendido a los encantos del capital y están haciendo pagar los costes de una crisis a quienes ni de los momentos álgidos de la economía sacaron provecho, los que menos tienen.
Por ultimo, Rafa, ¿es o no una flagrante corrupción de inmensas ramificaciones el estar en la política con el primer y casi exclusivo fin de mantener el poder, dejando en rincón olvidado el servicio a los ciudadanos? ¿Es o no una practica tan corrupta como antidemocrática el designar candidatos impidiendo la libre e igualitaria competencia y participación de los militantes que son los que sustentan a los que en las cúspides de los partidos pretenden vivir eternamente de la política sin reparar en nepotismo alguno?

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