De hacer caso a Rubalcaba lo último que debe hacer un militante del Psoe es arrugarse. Ni ante la bajada de sueldo si es funcionario, ni ante la subida de impuestos indirectos, ni ante la carestía de los productos sometidos a autorización administrativa como son los de gasolinas y electricidad. No cabe arrugarse ante la bajada de las pensiones, ya que para cuando el planchado militante llegue, si es que llega a la nueva edad de jubilación, las arrugas le habrán invadido; claro que para entonces todos calvos y arrugados.
Tampoco cabe arrugarse ante las nuevas formulas de contratación ya que respecto a derechos laborales son papel arrugado, y si uno de esos militantes es joven y suficientemente preparado no le está permitido arrugarse ante la oferta de trabajo de la Merkel, ya que el alemán es como el italiano o el francés, facilito y parecido al castellano, pero es que además muchos de sus abuelos, sabios y previsores, aun conservan la maleta de madera atada con cuerdas que en los sesenta usaron para emigrar y evitar hambre y opresión.
Lo que no ha dicho el nuevo conde de Romanones, es que deben permanecer no ya arrugados, sino silentes y desaparecidos si a algunos de esos militantes les da por preguntarse sobre qué derechos sociales podrá eliminar o reformar el PP que no hayan sido jibarizados por el zapaterismo. O si alguno de ellos se plantea demandar explicación sobre cómo es posible que habiendo superávits en la seguridad social y déficits en las cuentas de las administraciones públicas se bajen las pensiones a los trabajadores y las cuotas patronales y los impuestos a los que más tienen.
Esos tersos militantes que el presunto candidato quiere, nada deben plantearse sobre la privatización de las cajas de ahorro que en breve serán regaladas a los que antaño iban a pagar los costes de la crisis, los bancos de aquí y de allí, los mismos que a los zapateristas les aseguran el futuro cuando esos mismos militantes, arrugadísimos tras el desastre electoral, comprueben que estos zapareristas siguen engordando económicamente vestidos por uno de los más fieles seguidores de Díaz Ferrán, Adolfo Domínguez, el de la arruga es bella.
Tampoco cabe arrugarse ante las nuevas formulas de contratación ya que respecto a derechos laborales son papel arrugado, y si uno de esos militantes es joven y suficientemente preparado no le está permitido arrugarse ante la oferta de trabajo de la Merkel, ya que el alemán es como el italiano o el francés, facilito y parecido al castellano, pero es que además muchos de sus abuelos, sabios y previsores, aun conservan la maleta de madera atada con cuerdas que en los sesenta usaron para emigrar y evitar hambre y opresión.
Lo que no ha dicho el nuevo conde de Romanones, es que deben permanecer no ya arrugados, sino silentes y desaparecidos si a algunos de esos militantes les da por preguntarse sobre qué derechos sociales podrá eliminar o reformar el PP que no hayan sido jibarizados por el zapaterismo. O si alguno de ellos se plantea demandar explicación sobre cómo es posible que habiendo superávits en la seguridad social y déficits en las cuentas de las administraciones públicas se bajen las pensiones a los trabajadores y las cuotas patronales y los impuestos a los que más tienen.
Esos tersos militantes que el presunto candidato quiere, nada deben plantearse sobre la privatización de las cajas de ahorro que en breve serán regaladas a los que antaño iban a pagar los costes de la crisis, los bancos de aquí y de allí, los mismos que a los zapateristas les aseguran el futuro cuando esos mismos militantes, arrugadísimos tras el desastre electoral, comprueben que estos zapareristas siguen engordando económicamente vestidos por uno de los más fieles seguidores de Díaz Ferrán, Adolfo Domínguez, el de la arruga es bella.
Con esta arenga pudiera suceder que las tornas se les volvieran lanzas y tan tersos como decididos, los militantes socialistas, -si es queda alguno en el Psoe-, se comieran con patatas a los doberman que estan comenzando a sacar los arrugados zapateristas y regalasen al lobo de este pastor mentiroso las famelicas ovejas que apacentan los progresistas de lo suyo.
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