En alguna otra ocasión he referido aquí alguno de los “detalles” que la por entonces “portavoza” del mal llamado grupo municipal socialista en el ayuntamiento de Madrid, acostumbraba a tener en los, para ella, aburridísimos plenos del citado consistorio. Hoy les contaré otro más y no de los menos significativos.
Como los días de pleno eran ocasiones de presencia obligada en la Plaza de la Villa, y por lo tanto, la Trini, por 24 escasas horas había de cesar en sus contubernios contra el que ella consideraba el usurpador de su destino vital, el ministro Moratinos, ocupabase esos días en relajarse y tomar fuerzas para al día siguiente volver a las maledicencias contra el ministro de Exteriores más serio de todos los desgobiernos de Zp.
Así, sentada a la cabeza de la bancada progresista, que no socialista, dedicaba una gran parte del tiempo del pleno municipal a timarse con su homologo de posición en los bancos populares, el portavoz de la otra derecha, Manolo Cobo, el resto se lo dedicaba al entonces plumilla de "El Mundo", Fernando Mas.
Como los días de pleno eran ocasiones de presencia obligada en la Plaza de la Villa, y por lo tanto, la Trini, por 24 escasas horas había de cesar en sus contubernios contra el que ella consideraba el usurpador de su destino vital, el ministro Moratinos, ocupabase esos días en relajarse y tomar fuerzas para al día siguiente volver a las maledicencias contra el ministro de Exteriores más serio de todos los desgobiernos de Zp.
Así, sentada a la cabeza de la bancada progresista, que no socialista, dedicaba una gran parte del tiempo del pleno municipal a timarse con su homologo de posición en los bancos populares, el portavoz de la otra derecha, Manolo Cobo, el resto se lo dedicaba al entonces plumilla de "El Mundo", Fernando Mas.
Notitas que iban y venían de la mano de discretos conserjes que dejaban de serlo cuando, al final del pleno, más de una de esas notas eran abandonadas por sus manuscritores y miren por dónde acababan en manos tan poco apropiadas como las de un servidor de Vds.
Ni por un momento piensen que voy a desvelar el contenido de esas pocas notas que aún creo conservar. Y no lo haré ya que siempre he considerado que los lances caballerescos, (¿por qué se llamaran así a los cortejos que se dan recíprocamente entre dos de distinto sexo?), son tema de estricta intimidad de los aspirantes a recíprocos intercambiadores de fluidos. La cuestión que siempre me ha asaltado es si esa intimidad merece respeto si los esos lances se efectúan en tiempo retribuido por los ciudadanos y cuando uno de los tuyos, uno de sus progresistas estaba en el uso de la palabra.
Cualquiera que no haya conocido a la interfecta,-a la aludida, que interfecta no es un insulto-, podrá, en su legitimo derecho, poner en duda lo que antes he afirmado, pero permítanme que sobre la volubilidad, la inconsecuencia y la frivolidad de la ministra les traiga a su recuerdo dos afirmaciones recentísimas de esta planta trepadora.
Hace unos días dijo doña Trini que esto de Libia no era exactamente una guerra, que era una forma legal de defender a los ciudadanos libios. Bien, pero hubiera sido más exacto decir que sin previa declaración de guerra, es decir, de forma absolutamente ilegal, están atacando y matando, al menos, a militares leales al régimen al que hasta hace unas semanas decían respetar y con el cual mantenían excelentes relaciones institucionales, comerciales y hasta personales, ya que dicen que la Trini visitó la jaima de Gadafi en Sevilla.
Hoy cuando todos los demás países atacantes aceptan estar en guerra contra el régimen de Gadafi, poniendo en el más absoluto de los ridículos al zapaterismo patrio que de nuevo huye del diccionario y, como antaño, acuden a eufemismos para tratar de ocultar la desvergüenza de sus hechos, y así, a lo que solo hace tres años todos llamaban, de forma correcta y certera, crisis, ellos lo llamaban desaceleración, hoy, estos zapateristas agonizantes, de la misma vergonzante forma llaman intervención a lo que es, y por desgracia parece que seguirá siendo, una guerra colonial a favor de los intereses petrolíferos occidentales.
Pues bien en esta situación la “ministrini” nos comunica, -agárrense que esta es gorda-, que no hay ninguna manera posible de evitar que Gadafi siga en el poder.
Entonces, pedazo de inútil, ¿Qué puñetas es lo que estáis haciendo allí? ¿Pues no estabais defendiendo a la ciudadanía libia de los desmanes del tirano? Si en el poder máximo de Libia siguiese Gadafi, ¿qué magia potagia vais a hacer con él para que cuando decidáis dejar de bombardear se vuelva demócrata y respetuoso con los derechos humanos? ¿O es que como con lo de Lockerbie, necesita la coalición internacional, -la copla de asesinos internacionales-, una nueva “mordida” millonaria para que por otros cuantos años permitáis que siga en el poder este dictadorzuelo de opereta mora?
Ya ven Vds., lo de mi Trini tiene tantos perfiles como poses el Kamasutra, y todos ellos al revés que los del libro, orientados a despistar, engañar y joder al que le digan, ya que esta, por si misma es incapaz de diferenciar entre amigo y enemigo, tal es su voluble carácter y “desinteresado” quehacer.
Ni por un momento piensen que voy a desvelar el contenido de esas pocas notas que aún creo conservar. Y no lo haré ya que siempre he considerado que los lances caballerescos, (¿por qué se llamaran así a los cortejos que se dan recíprocamente entre dos de distinto sexo?), son tema de estricta intimidad de los aspirantes a recíprocos intercambiadores de fluidos. La cuestión que siempre me ha asaltado es si esa intimidad merece respeto si los esos lances se efectúan en tiempo retribuido por los ciudadanos y cuando uno de los tuyos, uno de sus progresistas estaba en el uso de la palabra.
Cualquiera que no haya conocido a la interfecta,-a la aludida, que interfecta no es un insulto-, podrá, en su legitimo derecho, poner en duda lo que antes he afirmado, pero permítanme que sobre la volubilidad, la inconsecuencia y la frivolidad de la ministra les traiga a su recuerdo dos afirmaciones recentísimas de esta planta trepadora.
Hace unos días dijo doña Trini que esto de Libia no era exactamente una guerra, que era una forma legal de defender a los ciudadanos libios. Bien, pero hubiera sido más exacto decir que sin previa declaración de guerra, es decir, de forma absolutamente ilegal, están atacando y matando, al menos, a militares leales al régimen al que hasta hace unas semanas decían respetar y con el cual mantenían excelentes relaciones institucionales, comerciales y hasta personales, ya que dicen que la Trini visitó la jaima de Gadafi en Sevilla.
Hoy cuando todos los demás países atacantes aceptan estar en guerra contra el régimen de Gadafi, poniendo en el más absoluto de los ridículos al zapaterismo patrio que de nuevo huye del diccionario y, como antaño, acuden a eufemismos para tratar de ocultar la desvergüenza de sus hechos, y así, a lo que solo hace tres años todos llamaban, de forma correcta y certera, crisis, ellos lo llamaban desaceleración, hoy, estos zapateristas agonizantes, de la misma vergonzante forma llaman intervención a lo que es, y por desgracia parece que seguirá siendo, una guerra colonial a favor de los intereses petrolíferos occidentales.
Pues bien en esta situación la “ministrini” nos comunica, -agárrense que esta es gorda-, que no hay ninguna manera posible de evitar que Gadafi siga en el poder.
Entonces, pedazo de inútil, ¿Qué puñetas es lo que estáis haciendo allí? ¿Pues no estabais defendiendo a la ciudadanía libia de los desmanes del tirano? Si en el poder máximo de Libia siguiese Gadafi, ¿qué magia potagia vais a hacer con él para que cuando decidáis dejar de bombardear se vuelva demócrata y respetuoso con los derechos humanos? ¿O es que como con lo de Lockerbie, necesita la coalición internacional, -la copla de asesinos internacionales-, una nueva “mordida” millonaria para que por otros cuantos años permitáis que siga en el poder este dictadorzuelo de opereta mora?
Ya ven Vds., lo de mi Trini tiene tantos perfiles como poses el Kamasutra, y todos ellos al revés que los del libro, orientados a despistar, engañar y joder al que le digan, ya que esta, por si misma es incapaz de diferenciar entre amigo y enemigo, tal es su voluble carácter y “desinteresado” quehacer.
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