lunes, 14 de marzo de 2011

LA TRINI QUIERE GUERRA


Tras este título es obligado aclarar que la guerra que quiere la Trini no es a la que nos tiene acostumbrados, mejor dicho, no es la guerra de la que muchos habrán disfrutado, es la de verdad. Esa otra guerra, que a semejanza de la de Gila hacen los españoles de tarde en tarde, cuando quienes ponen la cara, el culo, las armas, la pasta y los muertos son los yanquis. Ejemplo lastimoso, Afganistan.
Pues bien, a la sra. Ministra de Asuntos Exteriores se le han debido alborotar las hormonas al pensar cuanto moro liberal le estaría eterna y enteramente agradecido,y anda por ahí pidiendo una zona de exclusión aérea en Libia, lo cual no es sino el paso previo a la declaración de hostilidades por parte del hoy dictador libio. Hostilidades a las cuales habría que responder tras un acuerdo internacional y una foto en la isla italiana de Lampedusa, en la que Obama, Berlusconi y el líder de la conjunción planetaria, ZP, declararían la obligación de la comunidad internacional, por ellos encabezada, de liberar y llevar a la democracia al pueblo libio y, de paso, extirpar el peligro que supone que un dictador como El Gadafi esté en posesión de armas de destrucción masiva, ya que en esta ocasión, -y no como cuando Bush en Irak-, se han obtenido pruebas irrefutables de que el ejercito de mercenarios yanquis que el neo-dictador ha reclutado, dispone de ametralladoras americanas último modelo que pueden matar pero que muy mucho.
Previamente, estos líderes mundiales, nos habrán demostrado que los beneficios que a sus respectivas poblaciones acarreará tan legítima intervención facilitarán un incremento en nuestro nivel de vida y confort consecuencia de la abundancia y abaratamiento del petróleo.
Lo que a doña Trini aún le queda por puntualizar a sus aliados es si esa guerra ha de ser antes o después de las elecciones de mayo, que ya puestos, no viene mal el aprovechar el tirón que entre sus huestes progresistas tienen las hazañas bélicas con viento fuerte de levante.
¡Cuánto mejor nos iría a todos si esta se dedicase exclusivamente a hacer lo que mejor sabe hacer! Y que conste que no es joder, pues dedicandose a ello, y a semejanza de la lechuga que está entre col y col, (fina metafora que me evita llegar a la ordinariez), quizas pudiera explicarnos qué diferencias hay entre el sátrapa del sur y el de la perilla de Arabia y este otro que, ahora enemigo, miraba antaño arrobado a José Luis.

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