CALIDAD DEMOCRATICA, CERO

Cuando se empiezan a destapar los detalles de los programas electorales, la propaganda que a nada compromete, estalla una decisión que pone de relieve la ausencia de controles que vigilen la calidad del sistema democrático.

Puede entenderse la anterior afirmacion referida a los mecanismos que aseguren legal y procedimentalmente el ejercicio de los derechos individuales y colectivos en este nuestro país, pero siendo este aspecto fundamental, primordial, capital en la vida democrática española, no es el aspecto en el que me voy a centrar. Lo haré en un aspecto, si se quiere, menor pero que antecede al mencionado, ya que si la clase política que en los roles que le asigna la Constitución está formada por individuos a los que los sistemas de selección de los partidos políticos les ha exigido tanta mediocridad como servilismo, difícilmente puede esa clase política, la que desprecia la preparación y premia la incapacidad y por lo tanto la dependencia, la que rechaza la personalidad política como signo de capacidad intelectual y promueve el seguidismo acrítico, esa clase política que corporativizada mira única y exclusivamente por sus intereses grupales orillando y posponiendo los generales, esa clase política, difícilmente puede promover y ampliar un sistema democrático acogedor, creciente, desprendido de intereses parciales, pedagógico en el día a día del ciudadano, reflexivo, analítico, regenerador de valores sociales transcendentes, de esos valores que fortalecen al conjunto de la sociedad, bien es verdad que en detrimento de las sociedades anónimas no comerciales(¿o sí?) que son las cúpulas dirigentes de los partidos.

Es por ello que la "expulsión" de Gallardón, de Leguina, de Piqué, de Rodriguez Ibarra, y de tantos otros que de forma mas anónima han sido laminados por los aparatos de los partidos, hace que la calidad democrática de este país disminuya. ¿O alguien creé que los Acebes, los Pepiños, los Zaplanas, los Lopez Garrido, las Aguirre y las Trinidades, los Sebastianes y los Pizarros están primordial y fundamentalmente preocupados/as por que los ciudadanos de este país tengan el sistema político que se merecen?.

Estos y sus respectivos jerifaltes no nos pueden dotar de un sistema político abierto y participativo, libre en el interior y en el exterior de los partidos y con los controles de calidad que la mas importante "empresa", la democracia española, ha de tener, ya que lo que fabrica esta empresa es nada mas y nada menos que convivencia cívica.

Estos profesionales de la política, con sus miedos a la calidad personal de algunos, no pueden y no quieren conseguirnos una democracia de calidad. También a ella la temen. Se temen que alcanzada esa calidad democrática, por simple coherencia ciudadana pondríamos en la calle a tanto mediocre, a tanto mezquino, a tanto arribista, y a tanto taliban de quien en cada momento mande.