He leído hoy que un preclaro portavoz del PSM, tan preclaro que intelectualmente se transparenta, ha hecho pública admonición a cerca de lo mala que es la prepotencia como compañera. Y en rauda e interrogante secuencia he imaginado que esa oblea política se podía estar dirigiendo a una sucesión de caras que he tenido como acertadas destinatarias de tan cierta afirmación.He imaginado que se dirigía a quien por siete lugares le precedía en la lista electoral, el accesible, afable e infalible Sebastian. He imaginado que destinaba su aserto al más alto dios de su colección de sacras hornacinas, don Zp, el san Pedro de la crisis, ya que la ha seguido negando aunque el gallo de la realidad le hubiese dado el cante. He imaginado que apuntaba el dardo de su frase al más doloroso y profundo lugar de la anatomía intelectual del don Pepiño, su culo. He imaginado que afinando, pero que mucho, su puntería podría dirigir su reproche a la escueta diana de la Vice-fahsion.
Pero no, el muy ilustre, distante, altivo e ignorante David de Lucas ha dirigido su conato de invectiva a quien por cuatro veces consecutivas ha derrotado por mayoría absoluta a todo lo que el PSM, antigua FSM, le ha puesto por delante. Claro que si se repasan los titulares de esas alineaciones zapateristas la cosa pierde pero que mucho merito.
Dentro del salón de Plenos, ha habido quien de tal osadía, -ya se sabe aquello que la ignorancia es muy atrevida-, se ha avergonzado, los menos, pero fuera de ese salón, todos los que a este respecto se hayan informado, avergonzados o no, se habrán distanciado.
En fin, que lo del conejito de Duracell, este se lo aplica a su persistencia en el ridículo.
P.D.: Estando allá por los altos de Arturo Soria, me ha parecido oir, cual trueno imponente, un hondo, profundo y largo suspiro de alivio del portavoz de Hacienda en el grupo socialista al confirmarse el cumplimiento de la orden de Zp de apoyar los presupuestos municipales madrileños. Un ridículo menos, que alguien, pronto compensará.
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