jueves, 14 de octubre de 2010

LA ALQUIMIA POLITICA ESPAÑOLA

Con eso de ser de ciencias y acostumbrado como tantos otros a que dos y dos sean cuatro, (salvo que intervenga un “balbas” cualquiera, que entonces la suma dará tres). Habiendo comprobado hasta la saciedad que el orden de los factores no altera el producto; que por más que se empeñen, en física, a toda fuerza de acción se le opone otra de reacción de igual magnitud y sentido contrario, y cansado de ver año tras año que acido más base, igual a sal más agua, siempre me han maravillado las facilidades que contienen las disciplinas humanísticas para que el “letrado” de turno pueda establecer axiomas que solo la casuística puede demostrar, y las más de las veces lo hace con rotunda ironía, ya que en multitud de esas ocasiones se puede demostrar al tiempo una cosa y su contraria.
Déjenme que me refiera hoy solamente a la ciencia política española, la cual cuenta con facultad especifica en multitud de campus universitarios españoles. Déjenme que les confiese que desconozco las disciplinas que en esta rama de las humanidades se imparten. Sigan siendo benevolentes conmigo y pasen por alto el que también ignoro si en el programa de estudios de esta especialidad se contempla la adquisición por parte del alumnado de vastos conocimientos de economía, de sociología, de historia, de estructura de los estados, y de todo el interminable rol de materias que los políticos, licenciados en esta “ciencia” o legos en ella, manipulan cuando obtienen el poder.
Desconociendo todo lo anterior y muchas más cosas que no tengo reparo en aceptar, -de ahí que desprecie a los que dicen saberlo todo-, me voy a permitir establecer un silogismo, o en lenguaje de ciencias, una regla de tres incontestable.
Antes, es imprescindible traer aquí unos datos. Los que la emisora amiga facilita mediante lo que llaman el Pulsómetro. Vean solo cuatro de los resultados que contiene.
Pregunta: ¿Aprueba la gestión de Zapatero?. Respuesta: No el 74 %. De entre los votantes del Psoe el 48,4 % la suspenden.
Pregunta: ¿Es Zp el mejor líder para el Psoe?. Respuesta: No, el 65,9 %, Si, el 22,1 %. El 48,4 % de los votantes del Psoe entienden que no.
Pregunta: ¿Se debe presentar Zp a las elecciones?. Respuesta: No, el 68,7 %. De entre los votantes del Psoe encuestados el 54,3 % estiman que no debe presentarse.
Pregunta: Si mañana hubiese elecciones, ¿Quién cree que ganaría?. Respuesta: el 70,5 % cree que ganaría el PP y el 15,1 % que lo haría el Psoe. De entre los votantes del Psoe el 61,5 cree que ganaría el PP y el 24,2 % que lo haría el Psoe.
Con estos datos, que serán buenos o malos, tan buenos o tan malos como los de cualquier otra encuesta de la emisora amiga, ya estamos en condiciones de formular la regla de tres antes ofertada. Hela ahí.
Si con los datos de una encuesta amiga, Zp considero razonable forzar a Tomas Gómez a “ceder el paso” a la Trini, ¿A qué esperan los socialistas del Psoe para, con estos datos, poner de patitas en la calle a este “piernas”?.
Como pueden comprobar la realidad, la práctica diaria de la ciencia política española produce esperpentos que ni don Ramón María hubiese concebido, porque con estos datos en la mano ¿a quién se le ocurre afirmar públicamente que Zp es el mejor activo que tiene el Psoe?.
Claro que doña María Teresa pudiera estar refiriéndose al concepto de activo que en el mundo del capital, de la empresa, de los negocios se otorga a los bienes que una empresa posee y que en el caso de la empresa zapaterista, entre los activos financieros, los fijos, los intangibles, los corrientes y los circulantes, podrían alcanzan cifras apabullantes, a pesar de que el pasivo de esa empresa pudiera ser muy superior y por lo tanto la empresa zapaterista estuviese, como la encuesta demuestra, en quiebra técnica.
Pero no les importa, saben que los trabajadores tenemos asumido el pagar los platos rotos de las sanguijuelas políticas y bancarias. Por ahora.

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