miércoles, 15 de diciembre de 2010

ENEMIGOS DEL PUEBLO


Una nueva forma de dictadura se está estableciendo en España con la pasividad de los trabajadores. Si antaño la única forma de dictadura que disfrutamos era la derivada de un golpe militar, hoy, las mismas fuerzas reaccionarias que entonces los financiaban y sostenían, han refinado sus procedimientos, y con la inestimable y bien retribuida ayuda de la izquierda sedicente están consiguiendo todo aquello que con la fuerza bruta de las armas jamás consiguieron, la sumisión del pueblo y la rendición cobarde, sin lucha de los trabajadores.
Hoy ya no les es necesario impedir que nos reunamos, prohibir que opinemos, limitar nuestros movimientos y nuestras manifestaciones. Nuestras reuniones son pacificas, nuestras opiniones divididas y pasajeras, nuestros movimientos solo vacacionales y nuestras manifestaciones simbólicas e inoperantes. Hoy, hasta las huelgas están reguladas por ellos y los trabajadores aceptamos como normal que los días de huelga impongan unos servicios mínimos superiores a los de los días normales.
Si los derechos laborales son papel mojado a los efectos de equilibrio entre el trabajo y el capital, y si los derechos cívicos recogidos en la constitución, -trabajo, vivienda, educación, sanidad, servicios sociales, dependencia y justicia-, están sometidos a la ley del mercado, ese mismo mercado que nos está asfixiando, es que la derecha, se llame como se llame, ha alcanzado sus últimos objetivos en la guerra contra los trabajadores.
En su triunfo tan solo han cuidado de que toda su grey se sienta segura, que toda su manada de señoritos, especuladores, meapilas, clérigos, gentes de orden y bien pensantes, cobardes y atemorizados, amantes del gran dinero y del dinerillo, creyentes de entelequias, y tantos otros aspirantes a esclavos tengan por seguro que la ley y el orden están de su parte y en contra de aquellos a quienes en la libertad, en la igualdad y en la justicia, les va la vida.
Sin trabajo, sin futuro, sin dignidad personal ganada y mantenida en la lucha, sin más anhelo que formar parte de la masa impersonal que día a día se somete a la explotación, la mayoría de los trabajadores españoles parece que han renunciado a su propia historia, que ha cambiado dignidad por subsidios, que han regalado el protagonismo en los avances sociales que sus antecesores ganaron para ellos en la historia reciente, y dejan su futuro y el de sus hijos en manos de los que quieren que ese futuro retorne a ser el pasado más oscuro de los trabajadores.
Han conseguido, de no mediar una rotunda e imparable reacción popular, que los que “democráticamente” nos representan, todos, sean nuestros auténticos enemigos. Las fuerzas del capital han conseguido que aquellos que la ley de leyes debieran observar y defender, la violen, la arrinconen y la usen contra los que en ella depositábamos nuestras esperanzas de libertad.
Hoy los representantes del pueblo soberano solo actúan en su propio beneficio, y su beneficio lo han asociado al beneficio de aquellos plutócratas que favorecidos por sus determinaciones les aseguran bienestar y riqueza. Hoy los representantes de la soberanía popular están al servicio que quienes depauperan a los trabajadores, a la democracia y a la paz social.
¿Quién puede creer que en estos tiempos de crisis interesada se afanen, gobierno, diputados y senadores, en defender el futuro de las pensiones de los trabajadores cuando han esquilmado a la Seguridad Social repartiendo sus superávits entre los banqueros y la deuda pública emitida para seguir financiando a banqueros y especuladores. Cuando han facilitado y abaratado el despido de cinco millones de trabajadores. Cuando eliminan las limosnas temporales a los que se mantienen en la injusticia del paro tras agotar todas las prestaciones. Cuando hay más de un millón de hogares en los que ninguno de sus componentes tiene trabajo?.
¿O es que ya hemos olvidado los privilegios que se aplican a sí mismos, sin decretar alarma alguna, mediante formulas exclusivas para alcanzar las pensiones máximas, las indemnizaciones por cese en sus cargos y los ingresos múltiples que procedentes de la administración están prohibidos a los simples trabajadores publicos?
No hay salida. O los trabajadores reaccionan como en momentos clave de la historia hicieron nuestros antepasados o estamos asistiendo a la apertura del más negro y duradero ciclo de injusticia global que la historia haya podido conocer. Y no hace falta recordar que de esas simas solo se ha salido con la sangre de los valientes. La única incógnita que resta es ¿Cuándo?.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ya lo dije hace unos días en otro comentario. Estoy viendo a "ESPAÑA. S.A.", o debo decir "ESPAÑA, S.A.U." o como se diga. Pero lo que está claro es que estos señores en los que yo confiaba, han terminado de rematar la faena que sus antecesores no pudieron terminar. Han vendido nuestros recursos y nos han "Hipotecado" de por vida.