jueves, 7 de abril de 2011

EUROSINVERGÜENZAS

Ya sé que no es nada original tocar este tema hoy y hacer leña de estos arbustos a punto de caer, pero no por repetido y sabido deja de tener pelendengues lo de los europarlamentarios.

Para mi lo importante no es el huevo de viajar en clase bussines o turista, que hay una pasta de diferencia entre uno y otro billete, para mí, y supongo que para la mayoría de los ciudadanos europeos, lo que tiene importancia es el fuero que estos empleadillos nuestros se arrogan al tenerse como seres con mas dignidad y derechos a honores y prebendas que los que les pagamos.

Ha llegado a tal punto la desvergüenza de de la clase política mundial, -ya no es posible diferenciar entre derecha o izquierda a la hora de cometer indignidades-, que en el peor momento de la crisis que ellos han ayudado a crear, a mantener y a cobrarnos sus costes, se sienten por encima del mundanal ruido y, como antes decía, se sienten acreedores a más derechos y prebendas que el común de los contribuyentes que les paga.

No están satisfechos con los más de 36.000 euros al mes, si al mes, que cobran, no están satisfechos con “sisar” al parlamento europeo las dietas de los viernes en que hay sesión, -recuerden el ejemplo de la nieta de Ramón Rubial, (el apellido es su merito), fichando de forma consecutiva entrada y salida maleta en mano, para así justificar el cobro de otros 350 euros más-, no les parece suficiente ese dineral que hasta los parados y pensionistas españoles les pagamos, que se creen con derecho, por su “alta dignidad”, a viajar separados de los turistas, de esos ciudadanos que, por el motivo que sea, miran su bolsillo y deciden que es innecesario pagar el triple más por llegar al mismo sitio y a la misma hora.

Pocas veces se han retratado de forma tan clara estos asaltantes del dinero público europeo, pero no piensen queridos lectores que estos parásitos enriquecidos y endiosados de si mismos han alcanzado el límite de la desfachatez, no, hoy su desfachatez alcanza un nuevo record cuando demostrándonos otra vez que nos tienen por sus esclavos, y por sus esclavos imbéciles, nos dicen sin rubor alguno que los cientos de eurosinvergüenzas, de derecha y de derechona, al votar se han equivocado de botón, a lo que el dibujante López Aguilar, portavoz zapaterista en Estrasburgo, para rematar la faena argumenta que los diputados nacionales, los dipu-sinvergüenzas de aquí, también viajan en clase preferente.

Hasta este inconcebible punto ha llegado la corrupción mental, la contaminación de las conciencias, que han perdido la noción y la concepción de lo que está bien y de lo que está mal, pérdida que quizás sea lo de menos, lo de más, lo importante, transcendente y preocupante desde el punto de vista colectivo y ciudadano, desde la percepción de todo el que se sienta demócrata y se ocupe del inmediato futuro es que los millones de ciudadanos decentes que les respaldan y les soportan no los “pasen a cuchillo” votando en blanco en las próximas elecciones y/o votando a aquellos pocos que parecen mantener aun un mínimo grado de respetabilidad bien ganada a pulso por su distinta forma de actuar.

Nunca acepté en mis muchos años de militancia partidaria que todos fuesen iguales. Hoy, sobre ese concreto aspecto, ni me molesto en cuestionarlo. No hay en el mundo agua más clara y transparente que la indecencia general de toda la clase política.

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