martes, 12 de abril de 2011

LOS IMPUESTOS IMPUESTOS.

Todos sabemos, o debiéramos saber, que ya ha empezado la campaña de declaración de la renta correspondiente al año 2010. Es el tiempo en el que antes o después nos hemos de postrar ante la hacienda pública, ese ente amedrentador de todo el que, con suerte, con la suerte de haber tenido ingresos más o menos regulares durante el año pasado, ha de rascarse el bolsillo para cumplir con su deber ciudadano.

Cierto que hay ciudadanos que no tienen por qué cumplir con este deber ya que siendo los que tienen en nomina a los legisladores se ocuparon hace ya mucho de que estos les eximiesen de tan engorrosa fatiga fiscal, para lo que les crearon esos refugios de patriotas llamadas Sicav´s.

En este tiempo de esfuerzo fiscal es conveniente recordar que no solo es durante el mes de mayo y junio cuando tenemos más que justificado nuestro cabreo fiscal a la vista de en qué se gastan nuestro dinero, es, además, un tiempo en el que es conveniente recordar que junto a esos dos meses de plazo que nos dan para confesarnos ante el fisco, están los 364 días restantes del año en los que también les seguimos pagando impuestos, los indirectos.

Son los impuestos indirectos los que por no tener en cuenta la capacidad económica del sujeto pasivo, (y tan pasivo), cargan con igual desigualdad al rico y al pobre, a los que consumen una barra de pan que a los que se compran un vehículo, sea este de 15 o de noventa mil euros.

Con el tiempo y por aquello de que en las subidas generalizadas y paulatinas se esconde con mayor facilidad la desigualdad fiscal que padecemos, el IVA se ha convertido en la primera fuente de ingresos fiscales del Estado, y mientras, la recaudación por IRPF, la imposición directa que aun mínimamente atiende a los niveles de renta de los ciudadanos, desciende en comparación con la primera.

Que tenemos un sistema fiscal absolutamente impresentable es algo que no merece la pena plantear ya que los propios datos de hacienda así lo demuestran, pero baste un dato para volver a demostrarlo. Mientras que las rentas del trabajo representan el 46 % de la renta nacional, las rentas del capital alcanzan el 54 % de la misma. En injusta correspondencia los ingresos fiscales procedentes de las rentas del trabajo presupuestados para este 2011 alcanzan la cifra de 54.000 millones de euros, mientras que tan solo 74 millones provendrán de la imposición directa sobre las rentas del capital. Volviendo a los indirectos, esos que no parecen notarse salvo cuando los suben y por primera vez nos tomamos un café más caro, son los que al antojo de los que cuidan de nosotros esquilmándonos suben por el simple deseo de los que dilapidando el dinero público se encuentran repentinamente con arcas vacías o imposiciones de gasto sobrevenidas por la avaricia de sus patronos los banqueros.

El agua, la vivienda, el butano, la asistencia sanitaria y dental y hasta los servicios funerarios gozan de un tipo “reducido” del 8 %, habiendo subido este tipo nada más y nada menos que el 14,28 % en este ultimo año.

Algunos alimentos como el pan, las harinas panificables, la leche, los quesos, los huevos, las frutas, verduras, hortalizas y legumbres, así como los libros, periódicos y revistas, los coches de minusválidos así como los vehículos destinados a ser utilizados, las viviendas calificadas como de protección oficial, de régimen especial o de promoción pública, incluidos los garajes y anexos, todos ellos disfrutan de un tipo impositivo “súper reducido” del 4%.

Todo lo demás que a Vds. se les ocurra, excepto alcohol, cerveza, tabaco y carburantes cotiza fiscalmente al 18 %, (excepto alcohol, cerveza, tabaco y carburantes que lo hacen a una media del 35 %), así que, si su masoquismo se lo permite, ya están en condiciones de calcular cuánto de su salario o de su prestación por desempleo o pensión se llevan los asaltantes de los trabajadores.


P.S.: Que nadie piense que me he repetido en el titulo, que no, solo trato de significar que el sistema fiscal español es imperativo para unos y laxo, relajado y complaciente y comprensivo para con otros.

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