viernes, 4 de noviembre de 2011

PROHIBICIONES Y JUVENTUD, DOS RAZONES MÁS PARA “BOTARLOS”

Mientras que el zapaterismo triunfante, allá por el 2004, llevaba en su genética el rechazo al control y regulación de todo lo relacionado con la economía, -tal y como se ha comprobado brutalmente desde mayo de 2010-, en su mismo ADN sectario se alojan infinidad de cromosomas cuya única función es limitar, reducir, controlar, intervenir y condicionar la vida de los demás en base a prohibiciones generalizadas, desde las más estúpidas a aquellas otras que inciden vital y económicamente en la capacidad de libre decisión de los ciudadanos sobre su forma de vivir y de actuar en muchos aspectos de la vida diaria.
Así, durante estos siete años y medio de zapaterismo, nunca nadie se preocupó por el precipicio en el caía y cae el empleo, o los salarios, o las condiciones laborales, ni menos aun por el gravísimo deterioro que está sufriendo la sanidad en España, que de no ser por la entrega de los admirables trabajadores del sistema, pudiera ser que estuviésemos ya en niveles de pandemias que solo se dan en el tercer o cuarto mundo.
Por el contrario, y encabezando una campaña de intromisión en vida y costumbres ciudadanas, la de la Vega se lanzó a prohibir el tabaco, no en edificios publicos que pudieran estar bajo su jurisdicción, no, impuso, primero la separación de espacios en los locales de pública concurrencia, para al poco tiempo y tras haber efectuado los propietarios los correspondientes gastos de adaptación, obligarles a impedir que se fumase en todo local cerrado. Y todo bajo la falsa explicación de velar por nuestra salud.
Dicen que ha bajado el número de fumadores de forma apreciable, lo cual indica que los más recalcitrantes de los que se mantienen adictos al tabaco deben estar fumándose lo que ya no nos fumamos los que lo hemos dejado, puesto que los ingresos fiscales por venta de tabaco no han descendido, como tampoco lo ha hecho la incidencia del cáncer de pulmón en los ciudadanos españoles a tenor de lo que demuestran las estadísticas oficiales del sistema de salud público.
Para qué hablar de los cambios en los límites de velocidad máxima en las carreteras españolas a fin de conseguir ahorros energéticos y de vidas, objetivos ambos debieron tener poca importancia si atendemos a la duración de la medida de reducción implantada, pero sí merece ser recordada la llamada ley Sinde(cencia) sobre descargas por Internet, ya que tal medida, punitiva en cuanto a sanciones y restrictiva en cuanto el libre uso de la red, solo respondía a los intereses de la anterior cúpula directiva de la Sgae comandada por Teddy Bautista y otros colegas de juergas e intereses de la Ministra.
No hay que extenderse mucho para elaborar una foto fija sobre la identidad de la política que respecto a la juventud ha tenido el zapaterismo. Halagos en periodos electorales y desprecio y maltrato en el resto de las legislaturas.
Subidas de tasas universitarias que dificultan el acceso a ella en igualdad de condiciones, encarecimiento de la vivienda respaldado oficialmente que impide la emancipación de los jóvenes, desregulación del llamado mercado de trabajo con el consiguiente incremento de la precariedad y de la inseguridad laboral, el 50% de los jóvenes en paro, de los cuales el 80 % sin cobertura alguna por desempleo, y rizando el rizo en su afan de intromisión ridicula en la vida de los jóvenes han llegado a prohibir el botellón. En resumen, el zapaterismo ha conseguido que la que según ellos era la generación mejor preparada de nuestra historia haya pasado a ser la primera que ve como su futuro, si es que lo tiene, será indefectiblemente peor que el de sus padres.
Zapatero y sus infames, han conseguido en solo siete años que, al contrario de lo que sucedía antaño, cuando la odiosa dictadura, España exporte ingenieros y médicos e importe albañiles y camareros. ¡Como para votarles!

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