lunes, 7 de noviembre de 2011

UNA PODEROSA RAZON PARA “BOTARLOS”: LA FISCALIDAD

Si toda la actividad política que los zapateristas han desarrollado estos últimos años hubiese sido acertada, en consonancia con lo que predicaron, alejada de la corrupción económica y conceptual, austera en lo secundario, generosa en lo social y ejemplar en lo personal y colectivo seguirían mereciendo el rechazo de sus votantes por haber hecho de la fiscalidad el mecanismo de transferencia de rentas del trabajo hacia las rentas del capital más persistente e injusto que gobierno alguno jamás acometió en España.
En estos años, tanto en época de inflado, como en los de estallido de la burbuja económica, en todos ellos, la concepción fiscal con la que ha trabajado el Psoe zapaterista ha consistido en recaudar ingresos que mayoritariamente procedían del bolsillo de los trabajadores, para dirigirlos vía inversiones megalómanas o incrementos de tarifas de los servicios sometidos a autorización administrativa, -luz, gas y en cierta forma los combustibles-, a los bolsillos de los plutócratas y ladrilleros que gozaron, y aun gozan, de su amparo.
Sabiendo que el reparto de la renta nacional ha seguido escorándose hacia las rentas del capital en mayor proporción con que lo hizo en tiempos de Aznar, hasta alcanzar la mas desequilibrada relación que en la Europa de los 15 se da, -55% de la renta nacional para el capital y el restante 45 % para las rentas del trabajo-, los ingresos fiscales por impuestos directos, los que tienen en cuenta la realidad económica del sujeto pasivo, han tenido una evolución tal que en 2010 los impuestos ingresados por el Estado procedentes de aplicar la actual fiscalidad a ese 55 % de la renta nacional que acaba en manos de los que más tienen solo representó el 22,3% del total de ingresos por impuestos directos, mientras que el 45 % de la renta nacional que acabó en manos de los trabajadores aportó a la hacienda pública el 77,7 %, según consta en el avance de la liquidación del presupuesto del citado año 2010.
No contentos con ese desequilibrio esquilmador de las rentas del trabajo, para este 2011, el zapaterismo, en su presupuesto de despedida y cierre ha previsto que los ingresos fiscales por IRPF se incrementen nada menos que un 5,9 % respecto a los ingresos de 2010 a pesar de la disminución que las rentas del trabajo vienen sufriendo a causa del brutal e incesante incremento del paro y la consiguiente reducción de los costes laborales. Por el contrario, la previsión presupuestaria del zapaterismo respecto a las rentas del capital, -el impuesto de sociedades-, prevé una disminución de los ingresos fiscales por ese concepto cifrada en el 20,7 %.
Huelga decir que necesitando el estado español incrementar los ingresos fiscales a fin de atender a las obligaciones contraídas, toda la derecha europea, incluido el zapaterismo, han optado por reducir gastos solo en las aéreas sociales, -sanidad, educación, pensiones, servicios sociales y dependencia-, mientras dejan intactos todos los gastos y transferencias que engordan a los que han provocado la crisis, banqueros y ladrilleros, renunciando a “reformar” el desequilibrio fiscal, ese que favorecido por Zp desde su primer presupuesto del año 2005 quedó identificado para los restos al significarse como lo que son, derechistas con disfraces de social-liberales, al bajar el tipo aplicable a las Sicav´s del 3,5 % al 1 %, cuando esas sociedades son un invento fiscal de Aznar a fin de facilitar la elusión fiscal a los grandes plutócratas españoles.
Hoy, cuando la realidad demuestra que el capital cotiza a un tipo medio efectivo del 10 % y las rentas del trabajo al 23 %, desde la gestión fiscal del zapaterismo se prohíbe perseguir a los grandes defraudadores, esos que formando parte del Ibex-35, defraudaron, ellos solitos, más de 42.000 millones de euros solo durante el año 2010, según ha demostrado un reciente estudio de la asociación de inspectores fiscales.
Razón de más para aquellos que sintiendose y siendo gente de izquierda, “botarles” de una vez por todas.

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