Que lean los de centro-izquierda las páginas 73 a 75 del número de octubre de "Temas para el debate", y comprobarán que alguien muchísimo más cualificado que yo mantiene obviedades que los números demuestran, y nuestros próceres ocultan.
Demuestra Vicent Navarro que los salarios medios de los trabajadores españoles bajan tanto con Aznar como con Zapatero, mientras que en la Europa seria, la de los 15, suben; que los beneficios empresariales se disparan a más del doble de lo que suben en esa misma Europa con la que hay que compararse, no con la trampa de la Europa de los 25, que con las incorporaciones de países del este se ha producido un “arruinamiento” de los indicadores de bienestar social; que el gasto social en el periodo 1995-2005 es casi diez puntos más bajo que la media europea, 38% contra 47,4 % del PIB, el más bajo de los 15, en resumen que el cacareado perfil social de este gobierno debe referirse al perfil societario.
Y es que en su deambular político ni tan siquiera son fieles a los orígenes británicos de su tercera, cuarta o no sé de qué vía muerta, sea Guiddens o “Tory” Blair quien en su momento les atetó. Como dice Navarro, es que hasta Blair, aumentó el gasto público en tres puntos de PIB del 97 al 2005, mientras que en España, en el mismo periodo, ha pasado del 41,5 al 38,2 %. También en esto, cola del león.
Como es lógico, solo quiero coincidir, si es que se me permite, en la concepción política que de tales números, su análisis y lecturas, se desprenden, y añadir, modestamente, algo más.
Según los propios datos del gobierno ZP, en el documento denominado “Recaudación y estadísticas del sistema tributario Español, 1995-2005”, editado por la Dirección General de Tributos, se demuestra, que no se deduce, que la recaudación por IRPF en el año 2005, año de presupuesto y leyes fiscales 100% zapateriles, se elevó a 58.992,1 millones de euros con una tasa de variación respecto a 2004 del 14,5 %.
En el mismo año, 2005, el estado recaudó por impuesto de sociedades 34.326,6 millones de euros, con una tasa de variación respecto a 2004 del 24,8 %. Y por el impuesto sobre el patrimonio, tan actual y polémico como escuálido, se recaudaron 1.391,3 millones de euros, con una tasa de variación del 13,7 %. Completan los impuestos directos, los que tienen en cuenta o deberían tenerla, la real capacidad económica del sujeto pasivo, el impuesto sobre la renta de los no residentes, 1.402,2 MM de euros, y el impuesto de sucesiones y donaciones que alcanzó una recaudación de 2.392,6 MM de euros.
En total el Estado recaudó 98.505,7 millones de euros por impuestos directos de los cuales el IRPF representa el 59,88 % del total y el de sociedades representa el 34,84 %.
Por si mismos, estos datos y estas relaciones porcentuales, no tienen gran significación a no ser que se la ponga en relación con otras. Pero antes de hacerlo recordemos que el IRPF graba fundamental y mayoritariamente las rentas del trabajo mientras que el impuesto de sociedades graba las rentas del capital.
Si los datos anteriores los emparejamos a los que hace unos días aquí reflejé, la participación de las rentas del trabajo y del capital en la renta nacional, datos igualmente oficiales, en el año 2005 las rentas del trabajo participaban del 46,44 % del PIB y las rentas del capital lo hacían por el restante 53,56 %, y hoy vemos que a la hora de aportar al estado, a la hora de pagar impuestos, las rentas del trabajo lo hacen por el 59,88 % y las del capital por el 34,84 %, por lo que cabe preguntarse ¿cómo es que desde una fiscalidad, no ya progresiva ni progresista, sino simplemente equilibrada, se puede mantener que los resultados de tal política fiscal sean los contrarios de lo que la realidad económica demuestra? ¿Cómo se puede salir ante los ciudadanos sin rubor, y mantener que paguen más quienes menos tienen?. Porque esta y no otra es la realidad, y es tan evidente que no lo dicen, lo hacen. Y encima destinan los dineros a lo que los destinan, que como esa es otra, en su momento la desmenuzaré.
Asi que si es cierto, y lo es, que por sus hechos les conoceremos, estos se pueden llamar como quieran, nuevos socialistas, centro-izquierdistas, progresistas, modernos, me da igual, solo les pido que no se llamen socialistas, ni tan siquiera social-demócratas, ya que si lo hiciesen, también en esto mentirían.
Demuestra Vicent Navarro que los salarios medios de los trabajadores españoles bajan tanto con Aznar como con Zapatero, mientras que en la Europa seria, la de los 15, suben; que los beneficios empresariales se disparan a más del doble de lo que suben en esa misma Europa con la que hay que compararse, no con la trampa de la Europa de los 25, que con las incorporaciones de países del este se ha producido un “arruinamiento” de los indicadores de bienestar social; que el gasto social en el periodo 1995-2005 es casi diez puntos más bajo que la media europea, 38% contra 47,4 % del PIB, el más bajo de los 15, en resumen que el cacareado perfil social de este gobierno debe referirse al perfil societario.
Y es que en su deambular político ni tan siquiera son fieles a los orígenes británicos de su tercera, cuarta o no sé de qué vía muerta, sea Guiddens o “Tory” Blair quien en su momento les atetó. Como dice Navarro, es que hasta Blair, aumentó el gasto público en tres puntos de PIB del 97 al 2005, mientras que en España, en el mismo periodo, ha pasado del 41,5 al 38,2 %. También en esto, cola del león.
Como es lógico, solo quiero coincidir, si es que se me permite, en la concepción política que de tales números, su análisis y lecturas, se desprenden, y añadir, modestamente, algo más.
Según los propios datos del gobierno ZP, en el documento denominado “Recaudación y estadísticas del sistema tributario Español, 1995-2005”, editado por la Dirección General de Tributos, se demuestra, que no se deduce, que la recaudación por IRPF en el año 2005, año de presupuesto y leyes fiscales 100% zapateriles, se elevó a 58.992,1 millones de euros con una tasa de variación respecto a 2004 del 14,5 %.
En el mismo año, 2005, el estado recaudó por impuesto de sociedades 34.326,6 millones de euros, con una tasa de variación respecto a 2004 del 24,8 %. Y por el impuesto sobre el patrimonio, tan actual y polémico como escuálido, se recaudaron 1.391,3 millones de euros, con una tasa de variación del 13,7 %. Completan los impuestos directos, los que tienen en cuenta o deberían tenerla, la real capacidad económica del sujeto pasivo, el impuesto sobre la renta de los no residentes, 1.402,2 MM de euros, y el impuesto de sucesiones y donaciones que alcanzó una recaudación de 2.392,6 MM de euros.
En total el Estado recaudó 98.505,7 millones de euros por impuestos directos de los cuales el IRPF representa el 59,88 % del total y el de sociedades representa el 34,84 %.
Por si mismos, estos datos y estas relaciones porcentuales, no tienen gran significación a no ser que se la ponga en relación con otras. Pero antes de hacerlo recordemos que el IRPF graba fundamental y mayoritariamente las rentas del trabajo mientras que el impuesto de sociedades graba las rentas del capital.
Si los datos anteriores los emparejamos a los que hace unos días aquí reflejé, la participación de las rentas del trabajo y del capital en la renta nacional, datos igualmente oficiales, en el año 2005 las rentas del trabajo participaban del 46,44 % del PIB y las rentas del capital lo hacían por el restante 53,56 %, y hoy vemos que a la hora de aportar al estado, a la hora de pagar impuestos, las rentas del trabajo lo hacen por el 59,88 % y las del capital por el 34,84 %, por lo que cabe preguntarse ¿cómo es que desde una fiscalidad, no ya progresiva ni progresista, sino simplemente equilibrada, se puede mantener que los resultados de tal política fiscal sean los contrarios de lo que la realidad económica demuestra? ¿Cómo se puede salir ante los ciudadanos sin rubor, y mantener que paguen más quienes menos tienen?. Porque esta y no otra es la realidad, y es tan evidente que no lo dicen, lo hacen. Y encima destinan los dineros a lo que los destinan, que como esa es otra, en su momento la desmenuzaré.
Asi que si es cierto, y lo es, que por sus hechos les conoceremos, estos se pueden llamar como quieran, nuevos socialistas, centro-izquierdistas, progresistas, modernos, me da igual, solo les pido que no se llamen socialistas, ni tan siquiera social-demócratas, ya que si lo hiciesen, también en esto mentirían.
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