lunes, 23 de febrero de 2009

DOS TRAICIONES

Dos traiciones habría que recordar hoy. La de hace 28 años, aquella que intentó suprimir de golpe derechos y libertades, y la que de forma sutil, lenta, casi inadvertida, pero también implacable, nos están aplicando a los trabajadores, y no solo en el plano laboral, sino también en el económico y social; y puesto que la primera no triunfó, (tampoco fracasó del todo), hoy hay que centrarse en la segunda, ya que activa y creciente sigue.
No estoy en condiciones de afirmar que el apellido Méndez tenga alguna relación etimológica con el calificativo mendaz, pero si estoy en condiciones de afirmar que mi tocayo Méndez, más que Méndez, que lo es, con todos mis respetos, por su señor padre, es mendaz, por su mal hacer y peor decir.
Dice el diccionario de la Real Academia de la Lengua que mendaz viene del latín “mendax-acis”, y como única acepción, como único sinónimo válido contempla el término mentiroso.
Parece que hoy (ver Publico) le han preguntado al presidente del consejo de administración de la UGT sobre si hay, a su entender, razones para hacer una huelga general, y este ilustre inversor se ha descolgado con insultos a la inteligencia de todos aquellos que estimamos que no solo hay razones que justifican una huelga general, sino que las hay para una huelga general indefinida, que es lo que había que hacerles a políticos, banqueros y empresarios “despedidores”.
Se queda tan pancho el tal Méndez, echándole la culpa al empedrado, asegurando que no hay pérdida de derechos de los trabajadores y que los interesados en la huelga general son grupos políticos-mediáticos que pretenden sacar provecho del ejercicio de ese derecho constitucional.
Calla, oculta y parece olvidar todo el recorrido que su sindicato ha efectuado en los últimos años acogidos al muy rentable para ellos “dialogo social”, y por ello miente al afirmar que no hay pérdida de derechos de los trabajadores. En los últimos años, y especialmente en los años del zapaterismo, los derechos de los trabajadores no solo han disminuido legalmente al ampliarse las modalidades esclavistas de contratación, no solo han tendido a cero los derechos laborales uncidos al ejercicio del trabajo y lo que es mas importante la posibilidad de ejercerlos realmente, es que ha disminuido el derecho básico que sustenta al resto de los derechos laborales, el derecho al trabajo.
Por si fuese poco la evidencia de lo anterior solo cabe recordar cómo al calor, digo bien, al calor de la mordida económica del Pacto de Toledo, las pensiones han bajado tanto cuanto se han ampliado los periodos contemplados para el calculo de cada una de ellas. Tan evidente como lo anterior es cómo, en ese mal llamado pacto, con su beneplácito, los superavits de la Seguridad Social se han destinado mayoritariamente a amortizar deuda pública y a retribuir a amigos ladrilleros y a sus amos banqueros. Igualmente, solo hay que acudir a los datos del INE para ver la acusadísima curva descendente de la participación de los salarios en la renta nacional.
Ya no solo se trata de derechos posibles o no de ejercitar por los trabajadores, se trata de hechos, de sus hechos, de sus realidades, aquellas que han incidido para mal en sus representados y para muy bien en el haber de los representantes.
Este funcionario de la degeneración sindical, a la que los sindicatos se apuntaron hace mucho tiempo alimentándose de fondos públicos de todas las administraciones y mordidas y liberaciones de las grandes empresas privadas, ha perdido definitivamente el norte de su razón de ser, y sabedor de su desabrida verónica verbal, acude a algún remoto rincón de su cerebro y apelando a su deteriorada neurona social, pues quizás le quede una, concluye afirmando que sería peor para los trabajadores si una huelga general respaldada por la derecha, provocase alternancia en el gobierno.
¿Es o no lo anterior, aun cuando el entrevistado pretenda lo contrario, evidencia total de que lo que le preocupa es que cambie el gobierno, no las condiciones laborales semi-esclavistas a las que ha abocado a sus supuestos representados?.
Por si no estuviese suficientemente claro qué le ocupa y qué le preocupa, finaliza afirmando que una huelga general afectaría de forma negativa, principalmente, a las pymes que son las que con la crisis financiera lo están pasando mal. Ni una sola palabra respecto a como lo están pasando aquellos que ya ni subsidio de paro tienen, más de un millón de trabajadores, ni una sola palabra respecto a los más de ochocientos mil hogares españoles en los que todos sus componentes laboralmente activos, están en paro.
Deja entrever implicitamente Méndez, a semejanza de los políticos a los que por su propio interés defiende, que ni él, como amo de la UGT, ni sus varias cúpulas y sus correspondientes virreyes territoriales y sectoriales tienen la más mínima responsabilidad en el actual estado de deterioro de las condiciones de vida, de mala vida, de cada vez más trabajadores. Todos ellos, según ellos mismos, son irresponsables de tal situación, sin embargo deberían estar seguros de que a los ojos de todos los parados, de todos los que “disfrutan” de contratos basura, de todos los que con miedo en las empresas no pueden ejercer los mínimos derechos que aun quedan en el ámbito laboral, de aquellos que en el inmediato futuro pasarán a engrosar las filas del paro, para todos estos millones de ciudadanos, lo que si son es culpables. Culpables y traidores.

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