viernes, 13 de febrero de 2009

PROVOCACION SOCIAL

No hace mucho tiempo fabulaba aquí sobre una ciudadana que atravesando una calle por un paso de peatones fue atropellada por un vehiculo de los que llaman de alto standing, y cuando, después de ser auxiliada por los viandantes, llegó la policía, está, en vez de cooperar a la ayuda la increpó, la maltrató, la negó el auxilio sanitario y por el contrario consoló al altivo conductor, solo preocupado por el ligero abollamiento del frontal de su coche.
Quise reflejar en aquella fabula lo que estaba ocurriendo en este nuestro país, que los poderes públicos protegen a los infractores de las reglas comunes y maltratan al común de los ciudadanos que pretende ejercer sus derechos.
Hoy ya no hace falta metáfora alguna que demuestre como el sistema está establecido para, bajo la apariencia de democracia, bajo el falso engolamiento de ser todos iguales ante la ley, prestar respaldo, ayuda y soporte legal y económico solo y exclusivamente a los más poderosos para que estos utilicen tales medios contra el ciudadano acosado e indefenso.
Mientras que el gobierno viene regalando masas ingentes de nuestro dinero a los plutócratas, -sabido es que los únicos que pagamos impuestos somos los trabajadores-, dinero por el que estos, en el peor de los casos, pagarán un interés del 2,65 % cuando no el 2,45 % anual, sin comisiones ni gastos de apertura, esos mismos banqueros, con ese mismo dinero nuestro se lo prestan al 14 % anual a aquellos desgraciados que angustiados consiguen así pan para hoy y hambre para mañana.
¿Que sucede para que esto sea así y nadie ponga remedio a tal abuso, a tal dolo para con el interés publico, y para que ese interés general, en este país, se interprete y se oriente, a efectos económicos, solo con los intereses de no mas de diez o doce nombres que explotan y expolian a todos sus conciudadanos con el beneplácito vasallo de toda la clase política?
Sucede que a ambos, plutócratas y sus empleados políticos, les importa una higa el bienestar de los que les rodean, les importa absolutamente nada ese país con el que se les llena la boca cuando de patriotismo fascista alardean, sucede que, como se está demostrando en los minúsculos casos de corrupción empresarial y política que vamos viendo, -minúsculos por comparación a la corrupción financiera institucionalizada-, ni el paro, ni la exclusión social y económica de cada vez mas ciudadanos, ni tan siquiera la bulímica situación económica nacional les preocupa. Estos patriotas de hojalata, incluido el autor de la expresión y sus adláteres zetaperistas, son unos traidores refractarios a la mas mínima concepción de solidaridad social, tanto la emanada de visiones laicas, unos, como confesionales, otros, ya que ambos, oscuros sepulcros, son tan falsos como hipócritas.
Desde antiguo sabemos que España es por antonomasia el país del esperpento, y una buena prueba de ello nos la da el gobernador del banco supervisor, don Miguel Ángel Fernández Ordóñez, el cual, en vez de imponer racionalidad en el sector que se supone él debiera regular y controlar, se dedica a exigir libertad absoluta para el despido obrero y desaparición de las indemnizaciones por tal causa.
Este asalariado del capital parece desconocer que cuando el esperpento se convierte en tan densa como injusta nube que a la mayoría oprime, lo aparentemente estable se transmuta en agitado, y en este estado de abuso e injusticia, hasta las más inertes capas sociales devienen en detonadores de respuestas ciudadanas arrasadoras.

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