viernes, 20 de febrero de 2009

EL INFANTE LUCAS PARRON

Tranquilos, que no va esto de ni de genealogía monárquica y de psicología pediátrica. O quizás sí. Va, en parte, del "complicadísimo" proceso de información que hay que seguir para meter la pata en nombre del Psoe, en nombre de Zp.
Séase un tierno infante de unos 41 años, a la sazón portavoz neo socialista en el ayuntamiento de Madrid y querellado en Getafe por cohecho, prevaricación y falsedad documental, que afirma un día, ayer, que don Fulanito De Tal, antiguo concejal del PP, le contrató a la empresa de su suegro una pasta, mas de 24 milloncejos de euros, para hacer vivienda pública, y miren por dónde, al día siguiente, hoy, se la tiene que envainar por la sencilla razón de que lo afirmado no es cierto.
Y es que el proceso que habría de haberle conducido a no meter la pata es muy complejo, tanto como lo que sigue: primero se comprueba en el Registro Mercantil las fechas de fundación y de fusión de dos empresas, al tiempo se comprueba la composición de los respectivos consejos de administración y los directivos que los forman, luego se puede pasar a la comprobación, en el registro de contratos del Ayuntamiento, de cuando y cuantos contratos se han suscrito con las mencionadas dos empresas antes y despues de fusionadas, y así ya se está en condiciones de tirar para adelante con la denuncia si hubiese irregularidad constatable alguna, o, si no hay “chicha”, cerrar la boquita. Como ven, tan ardua investigación no requiere hacer máster alguno o tener conocimientos de profesor de la Carlos III.
Lo que sucede, la real explicación de este, por ahora, último desatino, es que estos descerebrados zetaperistas en su afán de alabar al señor, de apuntarse tantos ante la deidad zapateriana, en su pretensión de no ser menos que Garzón, se ponen como motos, sacan la escopeta y ¡zas!, se pegan un tiro en su propio pie, o mejor dicho, le pegan otro tiro a las siglas que dicen representar.
No conciben en su obcecada mente que se pueda dar el siguiente supuesto. Don Perengano de Talycual, concejal de Urbanismo y Vivienda del ayuntamiento de Metrópolis es yerno de don Abulio Todo Ladrillo, el cual posee, legítimamente, una enorme “constructora-promotora-inmobiliaria” que cumpliendo todos los requisitos legales concursa a planes de construcción de la administración municipal y, en buena lid, resulta adjudicatario de varios concursos públicos. Todo legal. Todo correcto. Pues para el infante Lucas Parrón, no. Si se es concejal, eso sí, de los de enfrente, y aunque ese cargo municipal se inhiba de tales concursos por la proximidad familiar, por la posible colisión de intereses entre los de la administración a la que representa y los intereses familiares, diga lo que diga la razón y diga lo que diga la ley, para el portavoz neosocialista, ahí hay donde hincar el diente, hay donde hacer sangre, hay carroña para comer.
Luego viene el pedir disculpas después de haber dejado las siglas centenarias arrastradas, otra vez, por la ciénaga en que han convertido el campo de la política. Para colmo del despropósito, cuentan en su favor con que parece que no hay nadie en su partido que, limpio y legitimado, se atreva a exigir que se aplique la más elemental de las lógicas, que el lugar de los ineptos no es ostentar la representación de un partido centenario, que su lugar es un descampado yermo, frio y al raso. O si uno es benévolo, que lo soy, la más tierna escuela política infantil, porque si no, con tanta querella que le está cayendo, alguna puede acabar conduciéndole a Soto del Real, y ¡hombre!, yo, con que dimita, me conformo.
Y es que estos zapateristas son falsos, mentalmente corruptos, unos pequeños dictadorzuelos y para colmo del ridículo, unos incompetentes.

Postdata alucinada: Una vez acabado este post, veo en eso que llaman web del Grupo Municipal Socialista en el ayuntamiento de Madrid que el infante Lucas Parrón es titular de un máster en Política Territorial y Urbanismo. ¡No les cuento cómo y dónde está mi lorito!.

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