En un artículo tan largo como certero, Vicent Navarro desgranaba ayer en “El Plural” toda una batería de pasados hechos que soportaban su tesis por la cual la bajada de cotización del euro frente al dólar es el resultado de una acción concertada de la banca y financieros internacionales que casualmente se ha centrado en las economías de los tres países integrados en la moneda única europea, que a su juicio tienen una estructura económica más débil.
Primero Grecia, y después España y Portugal en la reserva, han sido objeto de ataques concertados de los centros de poder económico globales y de sus brazos armados los medios de comunicación liberales, los mismos que habiendo provocado la mayor crisis económica en casi un siglo, demuestran que no están dispuestos a que los estados pongan límites o regulación alguna a su codicia.
Y así en Grecia han conseguido que, tras un gobierno de derechas que manipulo y oculto los datos reales de su situación financiera, el gobierno del socialista Papandreu se vea obligado a establecer una serie de medidas que impuestas por los representantes europeos de la oligarquía capitalista mundial.
Del mismo modo, el ataque al euro se cebó en España, logrando que sus agencias de calificación económica modificasen a la baja, de forma tan artificial como intencionada, el “rating” de calificación de la deuda pública a la vez que sus medios de comunicación, incluidos los españoles, descalificaban al conjunto de la economía española.
La reacción del gobierno español no se hizo esperar y tan rápida como servilmente desplazo a la Sra. Salgado y a su Secretario de Estado, Sr. Campa a explicar a los centros de poder financieros la autentica situación de la economía española y las cuentas públicas, logrando que al menos por ahora se ralentice la tendencia al alza de los intereses que por su deuda ha de pagar el estado español, es decir, nosotros.
Si la cosa hubiese quedado en lo hasta ahora expuesto, podría tener un pase el que los liberales de Zp hayan perdido las posaderas para rendir cuentas a quienes no están obligados a rendirlas, pero queda por llegar lo peor.
En la última parte de su artículo V. Navarro afirma: “Todos estos autores, rotativos, agencias y medios comparten la ideología liberal (que es la ideología del capital financiero y del mundo empresarial), promovida también en nuestros rotativos de mayor difusión. De ahí su acción coincidente, que tiene como objetivo común: disminuir el nivel de vida de las clases populares aplicando medidas de gran austeridad que les permitan salir de la crisis en términos favorables a sus intereses. Cuando el grado de coincidencia es tan amplio, no hace falta ninguna conspiración o conjura. Tal ideología les define, motiva y marca lo que promueven y creen en ello, pues coincide, y justifica sus intereses. Lo que es frustrante es que el gobierno Zapatero parece estar creyéndose lo que sus críticos liberales le dicen, tomando toda una serie de iniciativas (desde la reducción del gasto público –que es una nota de suicidio en estos momentos de gran recesión- hasta las reformas del sistema de pensiones) que, como bien ha dicho el Premio Nóbel de Economía, Joseph Stiglitz, no tienen nada que ver con la crisis del euro o de la economía española”.
Tan solo me resta añadir a la demostrada acción conjunta del liberalismo internacional que su afán pedagógico no puede pasar desapercibido para cualquier atento observador, los tres países atacados son los que, nominalmente, están gobernados por autodenominados gobiernos socialistas.
Claro que en el caso de España los chicos de Zp, en su despendolado y rendido viaje a las cuevas de la explotación mundial, deben haberles convencido de la ortodoxia de las medidas que nos van a aplicar, ya que tras su peregrinación han logrado colocar, en solo tres días, más de 12500 millones de euros en los mercados internacionales de la deuda, cierto que a un tipo marginal medio del 4,81 %, lo cual representa un diferencial respecto al bono alemán de 80 puntos básicos, o lo que es lo mismo, un 16,63 % más que lo que los alemanes pagarán por la deuda que su gobierno emita. Ni que decir tiene que estos ingresos no serán destinados a gasto social puesto que la disminución del mismo es una de las exigencias de los prestamistas internacionales.
En resumen, los trabajadores de hoy y de las generaciones futuras, tendrán que afrontar una creciente presión fiscal que destinarán a amortizar deuda, por lo que no solo no redundará en su beneficio, sino que al mismo tiempo habremos de soportar un drástico recorte de derechos y prestaciones sociales.
Este es el paradigma liberal que se nos viene encima con el decidido apoyo de los progresistas de Zp.
Primero Grecia, y después España y Portugal en la reserva, han sido objeto de ataques concertados de los centros de poder económico globales y de sus brazos armados los medios de comunicación liberales, los mismos que habiendo provocado la mayor crisis económica en casi un siglo, demuestran que no están dispuestos a que los estados pongan límites o regulación alguna a su codicia.
Y así en Grecia han conseguido que, tras un gobierno de derechas que manipulo y oculto los datos reales de su situación financiera, el gobierno del socialista Papandreu se vea obligado a establecer una serie de medidas que impuestas por los representantes europeos de la oligarquía capitalista mundial.
Del mismo modo, el ataque al euro se cebó en España, logrando que sus agencias de calificación económica modificasen a la baja, de forma tan artificial como intencionada, el “rating” de calificación de la deuda pública a la vez que sus medios de comunicación, incluidos los españoles, descalificaban al conjunto de la economía española.
La reacción del gobierno español no se hizo esperar y tan rápida como servilmente desplazo a la Sra. Salgado y a su Secretario de Estado, Sr. Campa a explicar a los centros de poder financieros la autentica situación de la economía española y las cuentas públicas, logrando que al menos por ahora se ralentice la tendencia al alza de los intereses que por su deuda ha de pagar el estado español, es decir, nosotros.
Si la cosa hubiese quedado en lo hasta ahora expuesto, podría tener un pase el que los liberales de Zp hayan perdido las posaderas para rendir cuentas a quienes no están obligados a rendirlas, pero queda por llegar lo peor.
En la última parte de su artículo V. Navarro afirma: “Todos estos autores, rotativos, agencias y medios comparten la ideología liberal (que es la ideología del capital financiero y del mundo empresarial), promovida también en nuestros rotativos de mayor difusión. De ahí su acción coincidente, que tiene como objetivo común: disminuir el nivel de vida de las clases populares aplicando medidas de gran austeridad que les permitan salir de la crisis en términos favorables a sus intereses. Cuando el grado de coincidencia es tan amplio, no hace falta ninguna conspiración o conjura. Tal ideología les define, motiva y marca lo que promueven y creen en ello, pues coincide, y justifica sus intereses. Lo que es frustrante es que el gobierno Zapatero parece estar creyéndose lo que sus críticos liberales le dicen, tomando toda una serie de iniciativas (desde la reducción del gasto público –que es una nota de suicidio en estos momentos de gran recesión- hasta las reformas del sistema de pensiones) que, como bien ha dicho el Premio Nóbel de Economía, Joseph Stiglitz, no tienen nada que ver con la crisis del euro o de la economía española”.
Tan solo me resta añadir a la demostrada acción conjunta del liberalismo internacional que su afán pedagógico no puede pasar desapercibido para cualquier atento observador, los tres países atacados son los que, nominalmente, están gobernados por autodenominados gobiernos socialistas.
Claro que en el caso de España los chicos de Zp, en su despendolado y rendido viaje a las cuevas de la explotación mundial, deben haberles convencido de la ortodoxia de las medidas que nos van a aplicar, ya que tras su peregrinación han logrado colocar, en solo tres días, más de 12500 millones de euros en los mercados internacionales de la deuda, cierto que a un tipo marginal medio del 4,81 %, lo cual representa un diferencial respecto al bono alemán de 80 puntos básicos, o lo que es lo mismo, un 16,63 % más que lo que los alemanes pagarán por la deuda que su gobierno emita. Ni que decir tiene que estos ingresos no serán destinados a gasto social puesto que la disminución del mismo es una de las exigencias de los prestamistas internacionales.
En resumen, los trabajadores de hoy y de las generaciones futuras, tendrán que afrontar una creciente presión fiscal que destinarán a amortizar deuda, por lo que no solo no redundará en su beneficio, sino que al mismo tiempo habremos de soportar un drástico recorte de derechos y prestaciones sociales.
Este es el paradigma liberal que se nos viene encima con el decidido apoyo de los progresistas de Zp.
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