Como tantos otros días ni me han entrevistado los de algún periódico digital facha, ni he inaugurado nada junto a supuestos adversarios políticos, ni tan siquiera estoy teniendo un día agobiante de trabajo y ocupaciones. Está siendo un día de lo más normal, y si se quiere hasta de lo más anodino.
Claro que esa atonía, ese discurrir por el tiempo sin mirarme al espejo y sin aplaudirme a mí mismo, me ha conducido, como en tantas otras ocasiones, a hacerme algunas preguntas que a continuación reproduzco y que como se verá son de lo más heterodoxas, si desde el zapaterismo se contemplan. Ahí van.
Resulta que dicen que el mayor problema que tenemos como país es el alto déficit presupuestario y la “enorme” deuda pública. Pues si esto es verdad, ¿cómo es que se presupuestan para este 2010 más de 74000 millones de euros en emisiones de deuda pública los cuales cooperarán decisivamente a que el déficit presupuestario se dispare aun más?. Y mucho más importante que lo anterior, ¿a que se van a destinar los 74000 millones de euros?
Respuesta, (mi respuesta): Dado que los ingresos fiscales están de capa caída ya que las grandes empresas no pagan impuestos, que los más pudientes cuentan con vericuetos legales para evadir la obligación de cooperar al sostenimiento del Estado, y que los que si pagamos impuestos estamos al borde de la asfixia económica, -bajos salarios, hipotecas eternas e inseguridad laboral- pues que los ingresos fiscales derivados del consumo se han desplomado hasta el punto de que se han visto obligados a subir el tipo del IVA a fin de incrementar un poco la recaudación. Y es que estos representantes de la economía nacional, la de los poderosos, han determinado que emitir más deuda para seguir ayudando a los que más tienen es la única fórmula que aceptan y se disponen a aplicárnosla.
Les da exactamente igual que las generaciones futuras carguen con el pago de la deuda que la avaricia e ineptitud de sus amigos los “Cajeros” está provocando, y les da exactamente igual porque lo que es evidente es que los dineros obtenidos por ese procedimiento no los van a destinar a mejorar la sanidad, ni la educación, ni las pensiones, ni las prestaciones por dependencia, ni las prestaciones por desempleo. No, la totalidad de esas emisiones de deuda, mas aquellas otras cantidades que puedan detraer del sistema de protección social irán a parar a los bolsillos de los insaciables depredadores de siempre a cuyo servicio están.
Por lo anterior cabe preguntarse si no existen otras soluciones que corten la sangría e inestabilidad económica que provocan las transferencias de dinero público a esos bolsillos, y la respuesta es sí. Existen otras soluciones. Son las que en los países serios aplican desde hace décadas.
Allí no admiten la economía sumergida, el fraude fiscal es reprimido con toda la fuerza de la ley, persiguen a los evasores fiscales y a las fortunas depositadas en paraísos fiscales, y sobre todo cuentan con una fiscalidad que hace cierto lo que aquí solo se puede declamar, que no practicar, aportar al Estado en función de la capacidad económica de cada uno.
España se encuentra muy por debajo de la media de la Europa de los 15 en cuanto a presión fiscal, en torno a 10 puntos sobre los respectivos PIB, pero es que en gasto social, la distancia que nos separa de la media esos países de referencia es de más del 40 % y aumentando. Pero que nadie piense que para corregir estas desigualdades se decidan a efectuar una autentica reforma fiscal tan revolucionaria que sea simplemente constitucional.
Hoy ya sabemos que hasta en Grecia, un tal Papandreu, que se dice socialista que no progresista, está implantando una reforma fiscal a fin de que todos paguen impuestos con el objetivo de recuperar el equilibrio económico, tanto en las cuentas publicas como en la actividad del conjunto de la economía griega. Mientras, aquí, ante la desconfianza que están provocando en los mercados financieros las medidas del gobierno zapaterista, la ministra Salgado ya nos anuncia que están contemplando una lejana subida de impuestos y posiblemente, una bajada de los salarios de los empleados públicos. O sea que planean volver a atracar los bolsillos de los de siempre.
Ultima pregunta, ¿se explican Vds. ahora el por qué del continuado apoyo de los dos grandes banqueros a Zp?
Claro que esa atonía, ese discurrir por el tiempo sin mirarme al espejo y sin aplaudirme a mí mismo, me ha conducido, como en tantas otras ocasiones, a hacerme algunas preguntas que a continuación reproduzco y que como se verá son de lo más heterodoxas, si desde el zapaterismo se contemplan. Ahí van.
Resulta que dicen que el mayor problema que tenemos como país es el alto déficit presupuestario y la “enorme” deuda pública. Pues si esto es verdad, ¿cómo es que se presupuestan para este 2010 más de 74000 millones de euros en emisiones de deuda pública los cuales cooperarán decisivamente a que el déficit presupuestario se dispare aun más?. Y mucho más importante que lo anterior, ¿a que se van a destinar los 74000 millones de euros?
Respuesta, (mi respuesta): Dado que los ingresos fiscales están de capa caída ya que las grandes empresas no pagan impuestos, que los más pudientes cuentan con vericuetos legales para evadir la obligación de cooperar al sostenimiento del Estado, y que los que si pagamos impuestos estamos al borde de la asfixia económica, -bajos salarios, hipotecas eternas e inseguridad laboral- pues que los ingresos fiscales derivados del consumo se han desplomado hasta el punto de que se han visto obligados a subir el tipo del IVA a fin de incrementar un poco la recaudación. Y es que estos representantes de la economía nacional, la de los poderosos, han determinado que emitir más deuda para seguir ayudando a los que más tienen es la única fórmula que aceptan y se disponen a aplicárnosla.
Les da exactamente igual que las generaciones futuras carguen con el pago de la deuda que la avaricia e ineptitud de sus amigos los “Cajeros” está provocando, y les da exactamente igual porque lo que es evidente es que los dineros obtenidos por ese procedimiento no los van a destinar a mejorar la sanidad, ni la educación, ni las pensiones, ni las prestaciones por dependencia, ni las prestaciones por desempleo. No, la totalidad de esas emisiones de deuda, mas aquellas otras cantidades que puedan detraer del sistema de protección social irán a parar a los bolsillos de los insaciables depredadores de siempre a cuyo servicio están.
Por lo anterior cabe preguntarse si no existen otras soluciones que corten la sangría e inestabilidad económica que provocan las transferencias de dinero público a esos bolsillos, y la respuesta es sí. Existen otras soluciones. Son las que en los países serios aplican desde hace décadas.
Allí no admiten la economía sumergida, el fraude fiscal es reprimido con toda la fuerza de la ley, persiguen a los evasores fiscales y a las fortunas depositadas en paraísos fiscales, y sobre todo cuentan con una fiscalidad que hace cierto lo que aquí solo se puede declamar, que no practicar, aportar al Estado en función de la capacidad económica de cada uno.
España se encuentra muy por debajo de la media de la Europa de los 15 en cuanto a presión fiscal, en torno a 10 puntos sobre los respectivos PIB, pero es que en gasto social, la distancia que nos separa de la media esos países de referencia es de más del 40 % y aumentando. Pero que nadie piense que para corregir estas desigualdades se decidan a efectuar una autentica reforma fiscal tan revolucionaria que sea simplemente constitucional.
Hoy ya sabemos que hasta en Grecia, un tal Papandreu, que se dice socialista que no progresista, está implantando una reforma fiscal a fin de que todos paguen impuestos con el objetivo de recuperar el equilibrio económico, tanto en las cuentas publicas como en la actividad del conjunto de la economía griega. Mientras, aquí, ante la desconfianza que están provocando en los mercados financieros las medidas del gobierno zapaterista, la ministra Salgado ya nos anuncia que están contemplando una lejana subida de impuestos y posiblemente, una bajada de los salarios de los empleados públicos. O sea que planean volver a atracar los bolsillos de los de siempre.
Ultima pregunta, ¿se explican Vds. ahora el por qué del continuado apoyo de los dos grandes banqueros a Zp?
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