domingo, 21 de febrero de 2010

PECANDO EN DOMINGO

Decían hace mucho, y aun hoy lo mantienen pero de forma menos machacona, que los domingos hay que santificar al señor, y como lo de las iglesias no me va, -ni las confesionales, ni las laicas-, un servidor, sin el permiso de los respectivos colegios cardenalicios, estos días los santifico primero leyendo y luego alabando al señor Javier Marías.
Hoy, este “santo” de mi devoción, nos regala sus habituales dos columnas, nada fantasmales, poniendo en su sitio y de forma magistral a la lideresa zafia y malhablada, la “señorita” Aguirre y Gil de Biedma.
Pero hoy el académico, además de admiración y coincidencia, me ha provocado una reflexión que nunca antes había puesto negro sobre blanco. Dice Marías en un pasaje de su artículo: “Los políticos fingen y mienten de manera tan abusiva y permanente en público, que precisamente lo que ya no cuenta es lo que dicen para la galería, cuando se saben vistos, escuchados, filmados y grabados. Todo eso es falso, una patraña, una representación en el mejor de los casos. Para saber cómo son y lo que piensan de veras no nos sirven sus declaraciones ni sus intervenciones en el Parlamento. De modo que, cada vez más, lo único que cuenta es lo que dicen en privado y cuando creen estar “en confianza”.
Y con tener yo más que comprobada la veracidad de su afirmación, esta me ha llevado, por no sé qué mecanismo mental, a recordar que los dos más destacados personajes del PSM cuando el “tamayazo”, Rafa Simancas y Ruth Porta, por aquel entonces Secretario General y Secretaria de Política Institucional, respectivamente, tras ser apeados del poder por el dedazo de Zp, fueron generosamente acogidos en el seno de las dos más altas instituciones de representación democrática españolas.

El uno, diputado en la Carrera de San Jerónimo, la otra senadora y secretaria general del grupo socialista en el senado, y teniendo en cuenta que el “líder progresista” no hace movimiento alguno que no le reporte beneficio personal, sea este de la naturaleza que sea, cabe preguntarse por el contenido del “quid pro quo” o si lo prefieren de la posible “omerta” pactada, para que tal situación se haya dado y se mantenga.
Y ya sé que alguno habrá que, como antaño otros, me recomiende más ver la tele y menos leer y pensar, que el demonio está siempre al acecho y nos inunda de malos pensamientos, así que me voy a ver el “furgol”, y mañana cuando otro post aquí cuelgue, la culpa de estos mis pecados la tendrán el Ronaldo y el Kaká.

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