miércoles, 10 de febrero de 2010

EL SILENCIO DEL REBAÑO

En un primer momento, lo que ayer sucedió, aun sin sorprenderme, me provocó esa sonrisa que el ridículo ajeno a veces causa, pero de inmediato desapareció y dio paso a la indignación a la que, otra vez más, los representantes de la voluntad popular, sector Zp, pretenden acostumbrarnos.
Me estoy refiriendo a la reunión ecuménica de diputados, senadores y eurodiputados y en la que, a decir de la prensa, se representaron todas las “virtudes” con que se adorna el zapaterismo “democrático”.

El líder, dicen que desgranó todas las buenas razones que respaldan en la excelencia a todas y cada unas de las determinaciones que estudiadas, valoradas, planificadas y finalmente adoptadas por su gobierno han cooperado a que la opinión publica nacional y extranjera estén, como un solo hombre, respaldando toda esa panoplia de medidas que enraizadas en la mas pura y tradicional izquierda solo están orientadas a alcanzar el bienestar de los trabajadores a quienes ellos representan en exclusiva.
Tan firme, convencida y plena de valores socialistas fue su intervención que a pesar de que hubo decenas de manos alzadas en petición de palabra, solo a tres les fue concedido tal privilegio, tres aforados que comulgan al 110 % con lo que en cada momento diga el líder.
Así, los tres intervinientes hicieron profesión de fe en el zapaterismo, en el laico y en el confesional, sea este luterano, católico, o islamista, se juramentaron para configurar un bloque resistente a los embates de los adversarios antipatriotas que se confabulan en el asedio y certificaron que subir impuestos a los que menos tienen es tan de izquierdas como bajárselos a los que nadan en la abundancia.
Todos los presentes respaldaron sin fisura alguna que bajar las pensiones, prolongar la vida laboral y privatizar parte de la protección social pública es tan de izquierdas como lo contrario y que incrementar la deuda del Estado hasta alcanzar el 74 % del PIB para ayudar a la banca, es perfectamente asumible desde la más elemental óptica solidaria, mientras que hacerlo para mantener el estado de bienestar es reaccionario y de un capitalismo selvático y sin futuro.
Lo que en ningún rincón de la prensa se valora suficientemente es el total grado de coincidencia que los presentes mostraron para con su líder, grado de coincidencia histórico que rompe la indeseable imagen de discrepancias, matices, corrientes de pensamiento y banderías con que se ha identificado históricamente a la izquierda, lo cual supuso que en su intervención final el “lider” agradeciese ese apoyo, esa coincidencia que según él, nadie en el partido ha tenido en tal grado, lo cual, dijo, le impulsará, con mas bríos, a mantener el proyecto que les identifica.

Me confirman que ni uno solo de los cebados corderos tuvo la decencia y la dignidad de no traicionarse a si mismo. Olvidan que el cebadero antecede al matadero.

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