Si por la aritmética fuese los comisionistas sociales no se llevarían nada, pero como no hay reglas que, como en las más elementales operaciones matemáticas, regulen que han de hacer los que se dicen representantes de los ciudadanos, solo cabe dudar entre cuanto se van a llevar crudo los sindicatos o, si uno se olvida de su reiterado comportamiento, preguntarse ¿qué es lo que no han entendido del zapaterazo?, ¿Qué explicaciones necesitan sobre el penúltimo ataque del zapaterismo a los trabajadores?.
A los ojos del ciudadano más desinformado es evidente que el zapaterismo, como brazo armado del capital, -supuesto brazo izquierdo-, se ha volcado durante todos sus años de poder en respaldar con los dineros públicos a la banca y a los ladrilleros.
Es evidente que en el tiempo de vacas gordas la riqueza no solo no se ha repartido con más equilibrio, sino todo lo contrario, cada vez hay más concentración de ella en menos manos y más población depauperada y por debajo de los umbrales de la pobreza.
En estos últimos seis años, desde el gobierno que pasará a la historia como el que destrozó todos los valores clásicos de la izquierda social española, se siguió explotando fiscalmente a los que menos tienen, facilitando, cuando no promoviendo, la evasión y el fraude fiscal de los que más tienen.
En los últimos tres años este gobierno ha consentido y aprobado el despido masivo de más de tres millones de trabajadores sin poner el más mínimo inconveniente y aceptando complacido el coste que el desempleo tiene para las arcas públicas, para a continuación culpar a los parados de tal desembolso.
Así las cosas, ¿qué explicación?, ¿qué aclaración están esperando los mal llamados sindicatos de clase?. ¿No será que están negociando la “proporcionalidad” de su respuesta, tal y como les ha pedido Pepiño?
Y como lo de la proporcionalidad, en el plano de las relaciones gobierno-patronal-sindicatos, todos sabemos lo que significa, podemos tener por seguro que de aquí al ocho de junio el déficit público, por este motivo, vuelve a aumentar.
A los ojos del ciudadano más desinformado es evidente que el zapaterismo, como brazo armado del capital, -supuesto brazo izquierdo-, se ha volcado durante todos sus años de poder en respaldar con los dineros públicos a la banca y a los ladrilleros.
Es evidente que en el tiempo de vacas gordas la riqueza no solo no se ha repartido con más equilibrio, sino todo lo contrario, cada vez hay más concentración de ella en menos manos y más población depauperada y por debajo de los umbrales de la pobreza.
En estos últimos seis años, desde el gobierno que pasará a la historia como el que destrozó todos los valores clásicos de la izquierda social española, se siguió explotando fiscalmente a los que menos tienen, facilitando, cuando no promoviendo, la evasión y el fraude fiscal de los que más tienen.
En los últimos tres años este gobierno ha consentido y aprobado el despido masivo de más de tres millones de trabajadores sin poner el más mínimo inconveniente y aceptando complacido el coste que el desempleo tiene para las arcas públicas, para a continuación culpar a los parados de tal desembolso.
Así las cosas, ¿qué explicación?, ¿qué aclaración están esperando los mal llamados sindicatos de clase?. ¿No será que están negociando la “proporcionalidad” de su respuesta, tal y como les ha pedido Pepiño?
Y como lo de la proporcionalidad, en el plano de las relaciones gobierno-patronal-sindicatos, todos sabemos lo que significa, podemos tener por seguro que de aquí al ocho de junio el déficit público, por este motivo, vuelve a aumentar.
Pero que no se intranquilicen los inversores, que para eso estamos los funcionarios, los pensionistas, los consumidores y todos contribuyentes que hacemos el milagro de sus panes y sus peces, el milagro de que los bancos, las grandes empresas, los oligopolios privatizados y los patriotas de las sicav´s, puedan mostrar al mundo la mejor de sus sonrisas y el mejor de los bronceados en el peor momento de nuestra crisis.
Todos sabemos que cuando en el cálculo de una resta el resultado de hallar la diferencia entre el sustraendo y el minuendo no sobrepasa la decena no hay que agregar resto alguno a la siguiente cifra del sustraendo. Pues con estas sanguijuelas no. Cuando a los trabajadores, los poderosos nos restan trabajo, salario y pensiones, estos engordan su “sustraendo”.
Todos sabemos que cuando en el cálculo de una resta el resultado de hallar la diferencia entre el sustraendo y el minuendo no sobrepasa la decena no hay que agregar resto alguno a la siguiente cifra del sustraendo. Pues con estas sanguijuelas no. Cuando a los trabajadores, los poderosos nos restan trabajo, salario y pensiones, estos engordan su “sustraendo”.
2 comentarios:
Para mí que lo han cambiado al 8 porque el 3 es fiesta, muchos en Madrid cogen puente y el 2 lo aprovechan para pedirse la tarde o toda la jornada para aprovechar el solecito. Quedaría bastante triste la mani estando todos en la playita o la casa del pueblo con la cervecita con limón, y la foto de Madrid suele ser la del resto de España
Creo que están esperando a que se legalice el que tu jefe te pegue si te portas mal para proponer el considerar pensarse si hacer huelga general o no.
Basta con ver que se ha tirado la causa contractual a la basura o que el poder adquisitivo de los salarios de los trabajadores ha caído en época de crecimiento del P.I.B. para preguntarse por qué no se ha hecho la huelga general pero, no ahora, sinó en los últimos 10-15 años. Para preguntarse por qué no se han iniciado y mantenido las medidas de conflicto reconocidas en la Constitución hasta que esos desaguisados se resolviesen.
Cordialmente,
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