Pues resulta que aquel a quien los ciudadanos con sus votos, con su ausencia de votos, echaron de la política, vuelve a la carga con su mono-tema, el tipo único. Pareciera que no da mas de si este chico para que una y otra vez retorne con la monserga del tipo único en el IRPF.
Pero vayamos por partes. En primer lugar, don Miguel Sebastián, al igual que su colega de nuevo zapaterismo, perdón, de nuevo socialismo, don Pepe Andrés Torres Mora, tiene por incompresible que pueda haber alguien que se resista a sus pretensiones, a sus planteamientos “únicos”, y como políticos prácticos que son, quedan desconcertados. Así, el pasado candidato a la alcaldía de Madrid se reviste de pontifical en un artículo de “El País” en sábado, y tira de jerga económica a fin de obtener el reconocimiento como profesor, que no catedrático, que como candidato no obtuvo. Latinajos, percentiles y decilias conviven con unilaterales límites por él establecidos que separan a los pobres de los ricos y de los riquísimos, no le importa que el común de los lectores no le entienda, el escribe para los que más adelante acepta conocer como amigos, aquellos que aprovechan las grietas fiscales que el IRPF tiene para escaquearse de pagar, esos son sus amigos, sus clientes y a quienes beneficiaria su propuesta.
No voy a entrar en desmenuzar, destrozar, la enclenque, y ya hasta olorosa propuesta; solo diré que apesta a sectarismo fiscal. Alguien que reconoce que el sistema fiscal español no es progresivo, y que el IRPF no consigue recaudar más de los que más tienen, y de ninguna forma lo denuncia y/o propone modificaciones estructurales y no parches escorados hacia sus intereses, no se olvide que Don Miguel se negó a hacer declaración de bienes e intereses que como candidato electoral estaba obligado, ese alguien esta descalificado para hablar de progresividad fiscal y/o redistribución de la renta vía gasto social, ese gasto social que él aconseja a don ZP contener y reducir.
No voy a comentar las razones por las cuales don Miguel calla que ese 10 % de ciudadanos que declaran tener ingresos por más de 39000 euros, la arbitraria frontera “sebastianera” entre pobres y ricos, tienen, y muchos otros mas, a su disposición el enorme portillo que desde el punto de vista de escape fiscal es el impuesto de sociedades, ya que todos sabemos de infantiles formulas perfectamente legales, ahí está el marrón que nadie quiere afrontar, por el cual ingresos provenientes de rentas del capital acaban siendo opacos al IRPF, ya que de estos ingresos se dispone mediante otras empresas específicamente creadas para dar tanta satisfacción personal como perdidas que soportan las empresas matrices.
Así que Don Miguel, estimado profesor, asesor de inversiones, consejero áulico de don ZP, no nos haga trampas. En su "mas-turbación" hágase las que quiera, pero entienda que la gente de izquierda tenemos muy claro desde hace mucho tiempo la diferencia entre recaudación progresiva y gasto social, que ya sabe, desde que los nuevos socialistas están al mando, este ultimo baja más que con Aznar.
Y ya que confiesa no entender la oposición de sectores de la izquierda a su tipo único, le receto que se diga a si mismo 100 veces al día lo siguiente en fuerte voz: “Miguel es bueno que haya posiciones políticas y económicas distintas a las mías y además tienen muchas posibilidades de ser mejores. Miguel, tienes que hacerte más demócrata que zapaterista”
Por cierto, tengo que confesar que lo que yo no entiendo es cómo de plantear modelos a los que parecerse tales como Alemania, y sus tan queridos USA, (léase iu, es, ei), pasa el ex-candidato a proponer que sea precisamente la Polonia de los gemelos fascistas el modelo fiscal a seguir. ¿O si lo entiendo y mejor me lo callo?
Para finalizar, que tenga por seguro este derrotado profesor que entre los polinomios de antaño de D. José Borrell y los “poli-momios” intermoneytarios de sus chicos, hay varias cosas que él no atisba a percibir, seriedad, coherencia, dignidad, verdad y honradez.
Pero hablar a esta gente de estos conceptos es perder el tiempo
Pero vayamos por partes. En primer lugar, don Miguel Sebastián, al igual que su colega de nuevo zapaterismo, perdón, de nuevo socialismo, don Pepe Andrés Torres Mora, tiene por incompresible que pueda haber alguien que se resista a sus pretensiones, a sus planteamientos “únicos”, y como políticos prácticos que son, quedan desconcertados. Así, el pasado candidato a la alcaldía de Madrid se reviste de pontifical en un artículo de “El País” en sábado, y tira de jerga económica a fin de obtener el reconocimiento como profesor, que no catedrático, que como candidato no obtuvo. Latinajos, percentiles y decilias conviven con unilaterales límites por él establecidos que separan a los pobres de los ricos y de los riquísimos, no le importa que el común de los lectores no le entienda, el escribe para los que más adelante acepta conocer como amigos, aquellos que aprovechan las grietas fiscales que el IRPF tiene para escaquearse de pagar, esos son sus amigos, sus clientes y a quienes beneficiaria su propuesta.
No voy a entrar en desmenuzar, destrozar, la enclenque, y ya hasta olorosa propuesta; solo diré que apesta a sectarismo fiscal. Alguien que reconoce que el sistema fiscal español no es progresivo, y que el IRPF no consigue recaudar más de los que más tienen, y de ninguna forma lo denuncia y/o propone modificaciones estructurales y no parches escorados hacia sus intereses, no se olvide que Don Miguel se negó a hacer declaración de bienes e intereses que como candidato electoral estaba obligado, ese alguien esta descalificado para hablar de progresividad fiscal y/o redistribución de la renta vía gasto social, ese gasto social que él aconseja a don ZP contener y reducir.
No voy a comentar las razones por las cuales don Miguel calla que ese 10 % de ciudadanos que declaran tener ingresos por más de 39000 euros, la arbitraria frontera “sebastianera” entre pobres y ricos, tienen, y muchos otros mas, a su disposición el enorme portillo que desde el punto de vista de escape fiscal es el impuesto de sociedades, ya que todos sabemos de infantiles formulas perfectamente legales, ahí está el marrón que nadie quiere afrontar, por el cual ingresos provenientes de rentas del capital acaban siendo opacos al IRPF, ya que de estos ingresos se dispone mediante otras empresas específicamente creadas para dar tanta satisfacción personal como perdidas que soportan las empresas matrices.
Así que Don Miguel, estimado profesor, asesor de inversiones, consejero áulico de don ZP, no nos haga trampas. En su "mas-turbación" hágase las que quiera, pero entienda que la gente de izquierda tenemos muy claro desde hace mucho tiempo la diferencia entre recaudación progresiva y gasto social, que ya sabe, desde que los nuevos socialistas están al mando, este ultimo baja más que con Aznar.
Y ya que confiesa no entender la oposición de sectores de la izquierda a su tipo único, le receto que se diga a si mismo 100 veces al día lo siguiente en fuerte voz: “Miguel es bueno que haya posiciones políticas y económicas distintas a las mías y además tienen muchas posibilidades de ser mejores. Miguel, tienes que hacerte más demócrata que zapaterista”
Por cierto, tengo que confesar que lo que yo no entiendo es cómo de plantear modelos a los que parecerse tales como Alemania, y sus tan queridos USA, (léase iu, es, ei), pasa el ex-candidato a proponer que sea precisamente la Polonia de los gemelos fascistas el modelo fiscal a seguir. ¿O si lo entiendo y mejor me lo callo?
Para finalizar, que tenga por seguro este derrotado profesor que entre los polinomios de antaño de D. José Borrell y los “poli-momios” intermoneytarios de sus chicos, hay varias cosas que él no atisba a percibir, seriedad, coherencia, dignidad, verdad y honradez.
Pero hablar a esta gente de estos conceptos es perder el tiempo
No hay comentarios:
Publicar un comentario