viernes, 9 de noviembre de 2007

IMPERIALISMO INTERNO

Por los años sesenta e incluso setenta, fue un hecho continuado el ver como los Estados Unidos, sin haber levantado su propio telón de acero, controlaba la política mundial, más acá de los Urales, poniendo y quitando gobiernos títeres para que al menos no supusieran obstáculo alguno a sus designios de potencia mundial.
Del otro lado, ni que decir tiene que el control que ejercían era si cabe más obsceno, ya que ni tan siquiera aireaban fraseología democrática alguna.
En ambos casos la libertad individual y colectiva mundial sufría.
Cabe recordar los casos de injerencias directas y brutales de los USA en su patio trasero, desde Cuba, invasión de Bahía Cochinos, a la clara intervención en Nicaragua, Argentina, Chile, y tantos y tantos países centro y sudamericanos que junto a otros asiáticos y africanos “disfrutaron” de las delicias políticas yankees en plena guerra fría. Muerte, atraso, destrucción, injusticia y expolio fue lo que aportó entonces a la humanidad el más fiero capitalismo estadounidense con la complicidad de muchos países democráticos europeos.
No hay que irse tan lejos para recordar el sustancial y duradero apoyo que a la dictadura franquista prestaron, al punto de ser durante varios años el único país europeo occidental que no tenía mecanismos democráticos. Por esto es raro que alguien se extrañe de la razonable aversión que los gobiernos estadounidenses provocan en la mayoría de la ciudadanía española, al menos en la más concienciada democráticamente.
Ahora es el momento de analizar siquiera sea de forma somera, si estas prácticas se siguen ejerciendo en este nuestro país.
Si alguien desde el poder que da la dirección de un partido determinado, o desde el ejercicio del poder institucional, fuerza desprestigio personal y político de alguien a quien se quiere desplazar, posteriormente se elaboran dosieres de infamias personales y se articulan fuerzas internas que, traidoras al difamado, le llevan al punto del suicidio político, si alguien hace esto, creo que muchos hablaríamos de “golpe de estado encubierto”.
Pues no otra cosa se ha practicado en Navarra, Madrid y Valencia desde la dirección del Psoe con la colaboración de medios que la detentación del poder gubernamental otorga.
Estos Zapateros y su CIA, son sencillamente unos “golpistas” internos, ya que ni tan siquiera cumplen la ley que en forma de estatutos federales ellos mismos se dieron en el 2004.
Antaño, los yankees se escudaban para justificar sus tropelías en la situación de confrontación que con el bloque soviético había, y aun siendo esta excusa una simple excusa, la realidad era que por medio había riesgo de confrontación nuclear más o menos real o artificial, pero hoy día y aquí, en este Psoe, no hay riesgo de confrontación, ya que los posibles discrepantes están alimentados por el poder, y desde Izquierda Socialista al residual guerrismo, ambos callan ante estas situaciones, y ya se sabe…quien calla, otorga
En este Psoe no hay mucho riesgo de pérdida de poder estando como está la derecha española, en este Psoe lo que si hay es mucho mediocre, inseguro de sí mismo, expertos en matar políticamente a todo lo que pudiera descollar intelectual, ideológica o socialmente y que conciben la política como una cortina de humo en la que con métodos goebelianos se puede tener engañados a muchos, sobre todo a los propios, durante mucho tiempo, y eso es lo que les importa, el mucho o poco tiempo en el que ellos y solo ellos estén disfrutando de las injustas canonjías que un sistema democrático imperfecto les adjudica.
Lo demás, la justicia, la igualdad, la equidad, la autentica libertad, la basada en una información veraz y en una participación directa y diaria, eso les importa un bledo y por ello actúan como actúan, como yankees imperialistas de los años sesenta agitando el pelele del “enemigo”.
El enemigo ya llegó en el 2000 y se instaló en el poder del Psoe.

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