Supongo que todos los que soporten una cierta edad, de cuarenta para arriba, y desearía que también los de menos, conociesen una emblemática canción de Lluis Llach que así se llamaba. Fue, al final de la dictadura, canción emblemática que en la totalidad de su letra a ella, a la “oprobiosa”, se refería.
Tenía una estrofa que, en catalán venía, a decir, “si tú tiras fuerte para allí, y tu estiras fuerte para allá, seguro que cae, cae, cae, bien podrida debe estar”.
Lo que ayer y antes de ayer ha sucedido en el PSM, me la ha recordado.
De un lado don Pepiño, tira de Tomas Gómez para que este fuerce al chiquito de Getafe, David Lucas, devenido en portavoz del grupo municipal socialista, para que dé caña a Gallardón por el tema de la corrupción de funcionarios municipales hasta ahora descubierta, ya que según su desinteresado análisis político el alcalde será candidato en la lista de Madrid y hay que machacarle tanto si pasa el Pisuerga por Valladolid como si no.
De otro lado Alfredo Pérez Rubalcaba tira de teléfono y llama también a Tomas, y le pide que hasta que las cosas no estén judicialmente claras no se pasen, y el trato a Gallardón sea acorde con el nivel de información que se tenga.
Resultado: Si el grupo municipal socialista en el ayuntamiento de Madrid ha de soportar como nudo de confluencia tres fuerzas de distinto sentido y magnitud, la de Pepiño, la de Alfredo y la propia interna que pudiera haber en algunos, pocos, que con sentido político hay en el grupo, lo seguro es que este se bamboleará, se estremecerá, crujirá y sin que nadie lo certifiqué, en este caso, morirá. Políticamente, claro.
Si a alguien le quedaba alguna duda sobre el carisma, la personalidad política de Tomas Gómez, su determinación y coraje. Si alguien no tenía claro el nivel de supeditación de David Lucas a los oscuros influjos de Ferraz. Si alguien se debatía en la sospecha de la falta de personalidad de quienes dirigen el PSM y el grupo municipal socialista en el ayuntamiento de Madrid, aquí tienen otra prueba más del algodón. Y ya saben….el algodón no engaña. Y don Pepiño no está hecho de tan noble, como acogedora fibra.
Tenía una estrofa que, en catalán venía, a decir, “si tú tiras fuerte para allí, y tu estiras fuerte para allá, seguro que cae, cae, cae, bien podrida debe estar”.
Lo que ayer y antes de ayer ha sucedido en el PSM, me la ha recordado.
De un lado don Pepiño, tira de Tomas Gómez para que este fuerce al chiquito de Getafe, David Lucas, devenido en portavoz del grupo municipal socialista, para que dé caña a Gallardón por el tema de la corrupción de funcionarios municipales hasta ahora descubierta, ya que según su desinteresado análisis político el alcalde será candidato en la lista de Madrid y hay que machacarle tanto si pasa el Pisuerga por Valladolid como si no.
De otro lado Alfredo Pérez Rubalcaba tira de teléfono y llama también a Tomas, y le pide que hasta que las cosas no estén judicialmente claras no se pasen, y el trato a Gallardón sea acorde con el nivel de información que se tenga.
Resultado: Si el grupo municipal socialista en el ayuntamiento de Madrid ha de soportar como nudo de confluencia tres fuerzas de distinto sentido y magnitud, la de Pepiño, la de Alfredo y la propia interna que pudiera haber en algunos, pocos, que con sentido político hay en el grupo, lo seguro es que este se bamboleará, se estremecerá, crujirá y sin que nadie lo certifiqué, en este caso, morirá. Políticamente, claro.
Si a alguien le quedaba alguna duda sobre el carisma, la personalidad política de Tomas Gómez, su determinación y coraje. Si alguien no tenía claro el nivel de supeditación de David Lucas a los oscuros influjos de Ferraz. Si alguien se debatía en la sospecha de la falta de personalidad de quienes dirigen el PSM y el grupo municipal socialista en el ayuntamiento de Madrid, aquí tienen otra prueba más del algodón. Y ya saben….el algodón no engaña. Y don Pepiño no está hecho de tan noble, como acogedora fibra.
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